Luterándonos: mentiras y restricción mental

La teología católica enseña que nunca es lícito mentir[1]; nunca. Sin embargo, a veces, en circunstancias extraordinarias, es lícito ocultar la verdad a quien no tiene el derecho de conocerla (es el caso de un confesor, el de un secreto profesional, el que intenta evitar un mal mayor, etc.).

Santo Tomás, hablando de la virtud de la veracidad, conexa a la de justicia, decía claramente:

“Por el hecho de ser animal social, un hombre le debe naturalmente a otro todo aquello sin lo cual la conservación de la sociedad sería imposible. Ahora bien: la convivencia humana no sería posible si los unos no se fían de los otros como de personas que en su trato mutuo dicen la verdad. Y, según esto, la virtud de la verdad tiene en cuenta de algún modo la razón de débito”[2].

Sin embargo, en circunstancias excepcionales, se podría omitir la verdad, pero jamás diciendo lo contrario a ella, de allí que los buenos confesores y los buenos moralistas, desaconsejan este tipo de recursos a raíz del fomes o mala inclinación que el hombre tiene desde el pecado original, como señala Royo Marín:

“en general hay que desaconsejar a todos el uso de las restricciones mentales, por lo fácil que es alucinarse sobre la existencia de causa proporcionada e incurrir en verdaderas mentiras. Solamente pueden usarse con verdadera y justa causa y a no poder más, o sea, cuando no hay ningún otro procedimiento menos turbio para ocultar una verdad que sea obligatorio callar”[3].

Lamentablemente, esta excepción a la regla ha sido –y es– muchas veces quebrantada o malentendida por círculos religiosos (incluso católicos) que han vuelto de la excepción una regla y, como sabemos, las excepciones regladas, se vuelven reglas.

Algo análogo le sucedió a Lutero; por salvar “su obra”, por dejarse llevar por sus pasiones, Lutero inducirá a sus secuaces a convertirse en hipócritas, aconsejando la restricción mental[4]. Veamos algunos ejemplos.

Ante la ordenación de un subdiácono, en la cual el obispo debía preguntar al candidato, en plena ceremonia, si era o no libre de llevar el yugo de la castidad, Lutero aconseja al joven que responda un “sí” pero que, en su interior, agregue:

 

“En cuanto lo permite la fragilidad humana”[5].

 

Otro ejemplo hablando de lo mismo:

“Delante de Dios parece que la forma del voto debe ser ésta: hago voto de castidad hasta el punto que pueda guardarla, entendiéndose que desde el momento en que no pueda guardarla, me sea lícito casarme”[6].

Sus “restricciones mentales” (por momentos lisa y llanamente mentiras) no le traían ningún problema de conciencia al punto de declarar en 1520 (¡apenas tres años después de su apostasía!):

“Sé que no vivo en conformidad con lo que enseño[7].

Así de simple.

Como señala Denifle, “Lutero es quien arrastrará a los monjes a la más escandalosa hipocresía, a la mentira y al fraude. ¡A tener una cosa en los labios y otra distinta en el corazón!”[8]. Por eso no tendrá empacho al decir que:

“Contra la malicia y perversidad del papado, todo es lícito por el bien de las almas[9] (…) ¿qué mal habría en decir una mentira bien gordapara conseguir algún mejoramiento o provecho en la Iglesia cristiana”[10].

 “Porque ¿qué mal había en que un individuo en beneficio y utilidad de la iglesia cristiana (quiso decir luterana) dijese una mentira mayor de la marca?”[11].

Con estos mismos principios, aconsejará mantener en secreto un segundo matrimonio, así:

“Débese negar en público el doble matrimonio: ‘un tan secreto como éste (se trata del “consejo de confesión” de él y de los otros sobre poder añadir a la primera una segunda mujer), no puede convertirse en público, pues, de otro modo, secreto y público serían una misma cosa indistintamente, lo que no debe ni puede ser así. Por lo tanto el secreto deben continuar como un nopúblico, y viceversa”[12].

“Decir una mentira necesaria, una mentira útil, para ayudarse, no sería ofensa de Dios, y Él mismo cargaría con ella[13].

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

http://quenotelacuenten.org/


[1] Seguimos aquí las fuentes citadas y cotejadas a partir de la monumental obra de Fray Heinrich Denifle (ya ofrecida en castellano aquí y, en francés aquí). Los originales que hemos consultado de Lutero, tanto en alemán y en latín, se encuentran aquí.

[2] Santo Tomás de Aquino, Suma teológica, II-IIae, q. 109, a. 3, ad 2um.

[3] Antonio Royo Marín, Teología moral para seglares, T.1, BAC, Madrid 1996, 748.

[4] Cfr. Heinrich Denifle, Lutero y el luteranismo. Estudiados en sus fuentes,Tip. Col. Santo Tomás de Aquino, Manila 1920, 100.

[5] An den christl. Adel., Weim., VI, 441 y s. (Heinrich Denifle, op. cit., 101).

[6] Weim., VIII, 630 (Heinrich Denifle, op. cit., 103).

[7] Enders, II, 312 (Heinrich Denifle, op. cit., 113).

[8] Heinrich Denifle, op. cit., 103.

[9] Enders, II, 461.

[10] Heinrich Denifle, op. cit., 409, 130 y ssgtes.

[11] Kolde, Anal. Lutherana, p. 363 (Heinrich Denifle, op. cit., 139-140).

[12] Carta de 16 julio de 1540 en De Wette, VI, 263 (Heinrich Denifle, op. cit., 138).

[13] Lenz, p. 375, y s. (Heinrich Denifle, op. cit., 140).

Vínculo: http://www.quenotelacuenten.org/2017/03/02/luterandonos-mentiras-y-restriccion-mental/

30 comentarios

  
Comentarista
La frase "en cuanto permite la fragilidad humana" no va contra la doctrina católica si se le suma el auxilio de la gracia. Las promesas matrimoniales, sacerdotales, los votos religiosos...han sido y serán violados en mayor o menor medida. Por no decir, las promesas bautismales. De hecho, ningún católico vive en coherencia cien por cien el Evangelio.
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Es cierto, pero si bien lee el post (yo sólo elegí algunas de las tantas frases del monje alemán que rompió no sólo sus votos, sino también con la Iglesia), lo que es una excepción Lutero lo planteará a nivel de regla. Dios lo guarde y nunca, como recuerda San Pablo, "non sunt mala ad bonum facienda" (Rm 3,8). PJOR
02/03/17 12:29 PM
  
HojaVerde
¿Qué ocurre con el siguiente caso? ¿Sería pecado venial? ¿No sería lícito?

Un señor en la época de la Alemania nazi tiene escondidos en su casa a una familia de judíos. Los oficiales nazis van casa por casa preguntando si están incumpliendo la norma de acoger judíos y por alguna razón no están registrando las casas, solo preguntan. El señor que tiene en la suya a los judíos escondidos, ¿no haría BIEN en decir que él no tiene escondidos judíos? O para hacer BIEN debería decir que no puede responder a la pregunta. Es que no veo tan claro que no existan situaciones como esta donde no sea una obligación moral mentir, para salvar vidas. Gracias.
02/03/17 1:19 PM
  
chico
Querido Padre Javier: No gaste tanta pólvora en chimangos. Lutero, ni fue, ni es ni será "Testigo fiel del Evangelio" dígalo quien lo diga, excepto para los ignaros.
02/03/17 2:15 PM
  
Tulkas
Hoja Verde:

En mi opinión en el caso propuesto NO se dan las condiciones de libertad que son imprescindibles para que haya pecado mortal, no hay un consentimiento libre al acto.

Creo q sería materialmente falso testimonio.
02/03/17 2:28 PM
  
jose
Muchas gracias por ilustrarnos sobre cómo justificaba Lutero las mentiras, algo que no conocía.
Nos viene bien para saber dónde tenemos que situar a Lutero, teniendo en cuenta que Jesús dijo del "diablo" que "no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira" (Juan 8, 44).
02/03/17 2:44 PM
  
otilio
HojaVerde:

No es lo mismo mentir que decir una cosa falsa.

Para mentir es necesario ser libre para hacerlo. Se puede decir algo falso por estar en un error o en ignorancia, y no se podría acusar a la persona de mentir, sino solo de estar equivocado.

En tu caso, si alguien usa de violencia para arrancar una verdad o forzar una falsedad en algo tan grave no podría considerarse un acto libre por parte del coaccionado, ni por lo tanto una mentira.

Para pecar es condición indispensable realizar un acto libre.

Ojo, no confundir la coacción por violencia, que anula la libertad, que el miedo, que en términos generales, no lo hace. La mentira es un tema moralmente muy resbaladizo.

Espero no haber dicho ninguna burrada, pero creo que la cosa es más o menos así.
02/03/17 2:52 PM
  
Frayescobabcn
Que personaje! Si la modernidad nació de este infame, ahora me explico las tantas taras qUE venimos arrastrando
02/03/17 3:02 PM
  
Alfredo de Argentina
HojaVerde:

En caso de que fuera pecado (como así creo que es, pero pueden rebatirme con argumentos) sería pecado venial, en todo caso. Hay tres tipos de mentiras: jocosa, oficiosa y dañina. La primera se dice en broma, por juego; la segunda en beneficio propio (o de terceros); y la tercera conlleva daños a terceros (si el daño es leve, sera venial el pecado, si es grave, sera grave el pecado). La primera y la segunda, no suelen pasar de pecado venial.
02/03/17 5:07 PM
  
Luis Piqué Muñoz
¡La Verdad os hará Libres! No puede haber Libertad en la Mentira. La Corrección Política Nazi del mundo moderno se basa en la Mentira, en disfrazar la Verdad y la Realidad ¡perversamente! haciéndola aparecer de manera contraria ¡la Inversión de la Modernidad! a lo que realmente se pretende, o sea, Bien por Mal, y Mal por Bien ¡y el satanismo es tan sutil y enrevesado que crees defender la Verdad y la Justicia, cuando sólo colaboras con los verdugos de la Perversión y el Abuso ¡la Injusticia! ¡El Padre de la Mentira! La Confusión y Disparate que ha creado Satán con la apasionada ¡sucia! colaboración del Hombre moderno es tal que hoy el que defiende la Verdad y la Inocencia, o simplemente el Sentido Común y la Ley Natural, es Perseguido como si fuera un Criminal de la Modernidad por el delito ¡Pecado! de lesa Majestad de Discriminación ¡El Bien del Mal! ¡Ese es el Pecado hoy que se Niega el Pecado! Y el lavado de Cerebro es masivo porque la Masa, el Hombre se deja engañar fácilmente por la Mentira y la falsedad ¡El Mal es poderoso! ¡El Príncipe de este Mundo! Pero siempre acaba triunfando la Verdad y el Bien ¡en este mundo o en el otro! aunque la gloriosa Cruz no nos la quite nadie y nos redima y llene de Infinito y Eterno Amor. Nada más.
02/03/17 5:27 PM
  
Javier Olivera Ravasi
Sólo un comentario de mi parte: creo que, ante el mundo moderno, el testimonio de un católico que habla con la verdad, esa verdad que libera, incluso cuando es incómoda, es uno de los modos más eficientes para convertir a los que nos rodean.
En vez de estar buscando "chicanas" y jesuitismos, los católicos debemos volver a la pureza del Evangelio, que es sí par el sí y no para el no. El resto, es devoto-modernismo. Dios los guarde. PJOR
02/03/17 5:34 PM
  
Comentarista
Veo que no ha publicado los comentarios que le escribí anteriormente. "La verdad os hará libres" y esa verdad señala que incluso en la mayoría de los católicos practicantes las promesas bautismales, matrimoniales, sacerdotales y los votos religiosos son quebrantados casi a diario. Por no hablar de la falta de toma en serio del celibato por parte de clérigos. O el consumo masivo de pornografía por clérigos y laicos católicos.
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Si sigue provocando de esta manera, le borraré el resto. Su generalización indebida no sólo es ofensiva, sino infundada. Es verdad que muchos no llevan bien ni si matrimonio ni su sacerdocio, pero no generalice así ud. Dios lo guarde. PJOR
02/03/17 6:51 PM
  
José Ángel Antonio
Javier Olivera, yo también quiero saber su respuesta al caso de quien esconde personas de probable asesinos. Por ejemplo: soy un cristiano iraquí, y en mi casa escondo más cristianos iraquíes, y llegan los de Daesh.

¿Puedo mentir sobre mi fe para evitar que registren la casa? Si me dicen, "buscamos cristianos, dinos si los has visto, si los hay por aquí, no habrá en esta casa"... ¿puedo decir "no, no he visto"? (mentira clara pero salva vidas).

Además, no me costa que vayan a matar a los cristianos: quizá solo violen a las mujeres, se lleven las niñas como esclavas sexuales y luego pidan un rescate... ¿Es pecado mentir para evitar estos males?

Por otra parte, imaginemos que me dedico a rescatar cristianos esclavos de Boko Haram o Daesh... me disfrazo e infiltro y hago pasar por uno de los yihadistas, les miento... de hecho, soy un espía para visitar y ayudar a mis hermanos... ¿puedo mentir? Los espías mienten al servicio de su patria.

NO SON BIZANTINISMOS: pasa a cientos de personas cada día en países comunistas y zonas yihadistas. Responda, por favor. Mark Shea y Peter Kreeft, dos católicos fieles, se enzarzaron en una dura pelea sobre este tema... ¿CUAL ES LA VERDAD?

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"¿CUAL ES LA VERDAD?" pues Aquél quien dijo: "Yo soy la Verdad" y llamó al demonio el "padre de la mentira" (Jn 8,44).

Mentir siempre es pecado; venial o mortal, pero siempre es pecado.

Lo que ud. intenta preguntarse es más bien acerca el ocultamiento lícito de la verdad que es, lo que se llama en la moral católica, la "restricción mental" (que tiene límites muy precisos y un uso muy delicado, cosa que no le dio Lutero y que nosotros intentamos exponer).

Para conocer la doctrina católica, me permito copiar aquí lo que Royo Marín, siguiendo a Santo Tomás, dice en su famosísima "Teología moral para seglares":

794. Escolio. La restricción mental. Nunca es lícito mentir, como hemos demostrado más arriba. Pero hay ocasiones en que el ocultar la verdad no solamente es lícito, sino absolutamente obligatorio; v.gr., cuando se trata de un secreto o del sigilo sacramental. En tales ocasiones es licito echar mano de la llamada restricción mental, rectamente entendida.

Hay que distinguir entre términos equívocos, anfibología y restricción mental.

a) TÉRMINOS Equívocos son los que tienen de suyo dos o más significados (v.gr., la palabra león puede significar el nombre de una persona, un animal, una ciudad, un signo del zodíaco y, metafóricamente, un hombre fuerte y valiente).

b) ANFIBOLOGÍA es una frase de doble sentido, uno de los cuales no es el corriente o habitual; v.gr., la expresión «te digo que no lo sé» significa ordinariamente una contestación negativa; pero, en absoluto, puede significar también: «te digo las palabras siguientes: que no lo sé».

c) RESTRICCIÓN MENTAL es una especie de anfibología que consiste en trasladar con la mente una expresión o frase a un sentido distinto del que se desprende de la significación obvia de las palabras. Si no hay ningún, rastro o indicio por donde pueda descubrirse la verdad, se llama restricción', puramente mental; si, por el contrario, queda alguna rendija por donde pueda vislumbrarse la verdad, se llama restricción latamente mental.

He aquí en dos conclusiones los principios fundamentales que regulan la moralidad de estos rodeos mentales:

Conclusión 1.a: La restricción puramente mental no es lícita jamás.

La razón es porque, siendo del todo imposible descubrir el sentido verdadero, que permanece totalmente oculto, equivale a una pura y simple. mentira en toda la extensión de la palabra. Y así, expresiones como éstas: «He visto Roma» (pensando interiormente: «en fotografía»), «no he cometido tal falta» («cuando tenía dos años»), «no he cogido tal cosa» («con la mano izquierda»), etc., etc., son pura y simplemente mentiras. Si fuera lícito ese modo de hablar, siempre y en todas partes se podría mentir impunemente (cf. D I176-I178).

Conclusión 2.a: La restricción latamente mental es ilícita sin justa causa, pero puede ser lícita con justa y proporcionada causa.

Esta conclusión tiene dos partes:

1a Es ILÍCITA SIN JUSTA CAUSA. La razón es porque, aunque el prójimo podría descubrir la verdad si prestara atención al posible verdadero significado, ordinariamente no la presta y sufre un verdadero engaño; lo cual no se puede permitir, a no ser que haya causa justa y proporcionada, como veremos en seguida. Si siempre, o en la mayor parte de los casos, fuesen lícitas estas restricciones mentales, estaríamos sospechando continuamente fraudes y engaños, con lo que la vida social quedaría gravemente perturbada.

2.a PERO PUEDE SER LÍCITA CON JUSTA Y PROPORCIONADA CAUSA. Es una sencilla aplicación de las reglas del voluntario indirecto, que tantos conflictos resuelven en la práctica. Cuando de una acción se siguen dos efectos, uno bueno y otro malo, es lícito realizar esa acción cuando hay causa proporcionada para permitir el efecto malo intentado únicamente el efecto bueno. En el caso que nos ocupa el efecto malo es el engaño del prójimo; el bueno, la guarda de un secreto profesional, del sigilo sacramental, o evitar un mal mayor, etc. No es lícito jamás intentar o inducir a un mal menor para evitar otro mayor; pero sí lo es permitir el mal menor intentando únicamente conseguir un bien o evitar un mal mayor. Por eso jamás es lícito mentir directamente; pero sí lo es, con causa proporcionada, permitir que el prójimo quede engañado a base de una frase que tiene un aspecto parcial verdadero, sobre el que recae íntegramente la intención interna del que habla.

He aquí las razones que hacen lícitas, con justa causa, estas restricciones latamente mentales:

Porque no son mentiras propiamente dichas, ya que el verdadero sentido puede descubrirse fácilmente por el prójimo. Tal es el caso, v.gr., de la criada que responde: «El señor no está en casa», que muchas veces no significa otra cosa que no puede o no quiere recibir.

Porque a veces es absolutamente obligatorio ocultar la verdad (v.gr., para guardar un secreto cuya revelación causaría grave daño al prójimo) y muchas veces no queda otro recurso, ante la imprudente pregunta del prójimo, que echar mano de la restricción mental, porque el silencio equivaldría a la revelación.

Porque las usó el mismo Cristo en el Evangelio, v.gr., cuando dijo que «nadie sabe, ni el mismo Hijo, la hora del juicio» (Mc. 13,32), lo cual significa que no lo sabía para comunicarlo a los demás, como formando parte de su mensaje mesiánico; o cuando dijo que Lázaro «dormía» (Io. 11,11), aludiendo al sueño de la muerte; cosa que repitió con relación a la hija de Jairo, a la que resucitó también (Lc. 8,52).

Ahora bien, ¿cuándo podrá decirse que hay causa justa y proporcionada para echar mano de esta clase de restricciones mentales?

En general, hay que responder que siempre que sea obligatorio ocultar la verdad o cuando el prójimo formula imprudentemente una pregunta a la que no tiene ningún derecho.

Aplicaciones: 1.» El confesor interrogado sacrílegamente sobre materias relativas a la confesión puede y debe contestar que no sabe absolutamente nada; porque, efectivamente, no lo sabe con ciencia comunicable a los demás. Y si le obligaran a jurarlo (v.gr., bajo pena de muerte), podría tranquilamente jurarlo, a base de la restricción mental, pues en este caso la restricción tiene siempre el carácter de latamente mental, ya que el interlocutor puede fácilmente comprender que el confesor está usando de restricción mental al ser interrogado sobre una materia de la que no puede decir una sola palabra aunque la sepa. Fuera de este caso, no se debe jurar jamás con restricción mental. Si trataran de hacernos jurar, debemos contestar rotundamente: «No me da la gana; sí, sí, y no, no, como Cristo nos enseñas.

2.a El abogado, médico, secretario, farmacéutico, etc., pueden y deben usar la restricción mental (si no hay otro medio de ocultar la verdad) para guardar el secreto profesional.

3.a A base de la restricción mental, la criada puede usar la fórmula «el señor no está en casas; el reo puede negar que cometió el crimen, porque nadie está obligado a confesar públicamente el propio delito, como admite expresamente el Código canónico (cn.I743 § I), etc.

4.a No es lícito, sin embargo, usar la restricción mental cuando es obligatorio manifestar la verdad por exigirlo así la fe, la caridad, la justicia, la religión, etc. Y así no puede usarse cuando equivaldría a negar la fe ante el tirano que interroga sobre ella o en la confesión sacramental de los pecados que se acusan por primera vez (pero sí en caso de estar ya confesados); cuando se trata de alguna condición substancial para la validez de un contrato; ante el juez que interroga legítimamente (a no ser que se trate de la confesión del propio delito, como ya hemos dicho); ante el legítimo superior que interroga sobre cosas necesarias para el gobierno de los súbditos; cuando de la restricción surgiría algún daño injusto para el prójimo, etc.

5.a En general hay que desaconsejar a todos el uso de las restricciones mentales, por lo fácil que es alucinarse sobre la existencia de causa proporcionada e incurrir en verdaderas mentiras. Solamente pueden usarse con verdadera y justa causa y a no poder más, o sea, cuando no hay ningún otro procedimiento menos turbio para ocultar una verdad que sea obligatorio callar.

Fuente: www.mercaba.org/MORAL/ROYO/614-646_cap_4_respetar_su_fama_y_honor.htm



Dios lo bendiga
Padre Javier Olivera Ravasi
02/03/17 8:24 PM
  
DJ L
Otro Poncio Pilato que le hubiese preguntado al Papa ¿Qué es la Verdad?
Gracias por el post.
02/03/17 9:16 PM
  
Andrés B.
HojaVerde, pues creo que en casos como el hipotético que usted presenta, sería suficiente con decir algo como "no estoy incumpliendo ninguna norma justa", o algo así, lo que, siendo verdad, ocultaría el hecho de no estar cumpliendo una norma INjusta, como sería una prohibición como la que menciona (dicho sea de paso, dudo seriamente que algo así haya sucedido en la realidad con los nazis, pero bueno, es un lugar común).

En Lutero, cuando más se profundiza, más se ve la tendencia a la manipulación de la Escritura y al sofisma para beneficio propio. No por nada se lo cuenta entre los padres de la modernidad, siendo como fue un sofista en toda regla.
02/03/17 9:44 PM
  
Longinos
Aplicable a los pertenecientes al Yunque, organización secreta pseudocatólica en desobediencia a los obispos españoles, que usan la restricción mental para negar su pertenencia, la mentira para difamar a quienes les denunciamos y la amenaza para intimidarnos.
Hay que luchar contra la mentira siempre.
02/03/17 11:57 PM
  
Ricardo de Argentina
Muchas gracias Padre por este artículo que muestra un aspecto (¡otro más!) de la perfidia de Lutero. Y por la sustanciosa enseñanza del P. Royo Marín.
03/03/17 1:04 AM
  
carmelo
Los ecos de lutero ya se sienten. Dice que Dios indirectsmente te hace pecar, para uqe cresca la fe. O sea que es licito pecar, y por tanto peca fuerte.
Esto es de terror.
Pero de seguro lo que se pone a prueba no es por el pecado sino por la confianza en el Señor que conoce todo lo que hacemos y sabra purificarnos a su tiempo y modo.
Saludos
03/03/17 4:20 AM
  
Alejandro Galván
Muchas gracias, Padre, por este claro artículo, muy necesario hoy en día.
Y coincidiendo con Ricardo de Argentina, el P. Royo Marín sigue siendo insuperable en la claridad de lo expuesto. Hay otros que tratan las materias de manera más profunda u original... pero para entender la exposición, no conozco a otro como él.
03/03/17 10:32 AM
  
otilio
Padre Olivera:

La explicación que da el Padre Royo Marín se refiere a la restricción mental cuando hablamos de actos libres, obviamente. José Angel Antonio y otros exponen un caso donde la voluntariedad del acto es nula, porque la persona está violentada de forma grave.

Ese es el matiz, que todo pecado tiene que ser voluntario.

Santo Tomás:

"La violencia se opone directamente a lo voluntario, como también a lo natural. Pues lo voluntario y lo natural tienen en común que ambos proceden de un principio intrínseco, mientras que lo violento procede de uno extrínseco. Y por eso, lo mismo que en las cosas que carecen de conocimiento la violencia hace algo contra la naturaleza, así en las cosas que conocen hace que algo sea contrario a la voluntad. Ahora bien, lo que es contrario a la naturaleza se llama innatural; del mismo modo, lo que es contrario a la voluntad se llama involuntario. Luego la violencia causa involuntario."

La Iglesia expone infinidad de casos donde la violencia exime de responsabilidad a los actos humanos. Por ejemplo, una persona que se viera obligada a casarse con una pistola puesta en la cabeza, no estaría dando un verdadero consentimiento, y por tanto la boda es nula. Tampoco estaría mintiendo ni estaría cometiendo un sacrilegio por simular el enlace. Según lo que Vd. ha expuesto se podría entender que, o bien, el violentado es un mentiroso y un pecador, o bien la boda es válida.

También se dice que "No matarás", y sin embargo por causa grave no es pecado matar a una persona en defensa propia. Pues también como dice Santo Tomas:

"Nada impide que de un solo acto haya dos efectos, de los cuales uno sólo es intencionado y el otro no.(...) . Ahora bien: del acto de la persona que se defiende a sí misma pueden seguirse dos efectos: uno, la conservación de la propia vida; y otro, la muerte del agresor. (...). No es, pues, necesario para la salvación que el hombre renuncie al acto de defensa moderada para evitar ser asesinado, puesto que el hombre está más obligado a mirar por su propia vida que por la vida ajena."

"No matarás", no es un absoluto, sabemos que se refiere a no cometer un homicidio. La defensa propia no es homicidio, es un efecto no intencionado derivado de la defensa de la propia vida. Es decir, que por violencia muy grave está permitida la defensa hasta incluso acabar con la vida del atacante.

Según esto, y si consideramos que decirle algo abiertamente falso a alguien que amenaza con un arma, es mentira y pecado, se llegar a una aberración manifiesta. Que pudiendo salvar la situación con, o bien decir algo falso que confunda al atacante, o bien con la muerte del propio atacante, Dios no tendría inconveniente en aceptar la muerte del atacante, pero se ofendería con la falsedad dicha. Es más, ¿alguien en su sano juicio se podría ofender porque otro, para salvarle la vida, dice que está en otra ciudad?. Mire lo contrario, ¿sería de algún modo justificable, que alguien, para salvar su conciencia de decir un simple "se fue hace mucho", permitiera, facilitara, no obstruyera la muerte de otro hombre?. ¿De verdad alguien cree que una conciencia resistiría semejante barbaridad sin que los remordimientos le atormentarán el resto de su vida?

Hay que tener cuidado con estas cosas si no se dicen de forma clara y concreta al caso expuesto generan confusión y escrúpulos innecesarios. Perturban el sentido común. Lo que describe José Angel no es tan descabellado y, de hecho, conozco algún caso al que le pusieron un arma automática en la testa. En esos momentos no está uno para pensar cómo se pueden decir las cosas de forma suficientemente ingeniosa para que no sea mentira y que el tipo del arma se vea engañado. En primer lugar, porque muy pocos sabrían como hacerlo.

Otro caso es el uso de la restricción mental en el caso de simple miedo, que como también recuerda Santo Tomás, que no causa involuntariedad. Ahí se puede aplicar perfectamente lo expuesto por Royo Marín. Pero no tiene nada que ver con el caso expuesto. Pero nada, nada.
03/03/17 10:39 AM
  
Javier Olivera Ravasi
Sólo para aclarar algunos puntos porque, de lo contrario, los comentarios se van hacia otro lado.
1) Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
2) El post trata acerca de cómo Lutero confunde (o simplemente hace lo que quiere, a mi juicio) la "restricción mental" (doctrina delicadísima y que, salvo excepciones conviene desaconsejar, como señala Royo Marín) con la mentira simple.
3) Otra cosa es la voluntariedad o involuntariedad del acto, como bien señala Otilio, pero como uno no puede entrar aquí en todos los temas, no entro. Hay mil lugares más en internet donde podrá encontrarse respuesta.
4) El día en que desee colocar sobre el tapete un tema moral a discutir o crear una página acerca de preguntas y respuestas sobre la moral católica, lo haré. Por ahora no.
5) Y repito: el tema es cómo este miserable Lutero, testigo del Evangelio de Judas Iscariote, hacía y recomendaba hacer lo que se le daba la gana con las mentiras, erg, si algún comentarista no se remite al tema específico del post y quiere respuestas de mi parte en temas que necesitaría nuevos posts para desarrollar, pues entonces que espere, salvo que otro quiera responderle ahora. Yo no puedo: "tempus fugit" y es Cuaresma, pero no pa' tanto... Dios los guarde. PJOR
03/03/17 11:53 AM
  
Ricardo de Argentina
"Lutero, testigo del Evangelio de Judas Iscariote"
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¡Brillante Padre!
Quienes le llaman parcamente "Testigo del Evangelio", ¿no estarán practicando la restricción mental...?
03/03/17 1:35 PM
  
claudio
1. Estimado Padre, qué son los testigos del evangelio ?, es que acaso el evangelio necesita testigos ?, alguien que de testimonio que es verdadero ?. Desde cuándo la Palabra de Dios necesita testigos. La Revelación no necesita testigos.
2. La mentira se produce (con el nombre que se le quiera dar) únicamente a partir del conocimiento de la verdad. Lo otro es una creación. Unicamente puede alterar la verdad el que la conoce.
La mentira consiste en decir falsedad con intención de engañar" (S. Agustín, mend. 4,5). El Señor denuncia en la mentira una obra diabólica: "vuestro padre es el diablo...porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira" (Jn 8,44). Catecismo Católico-2482.
Ese mentiroso originario del pecado original sabía de lo que se trataba.
3. Hay una coincidencia actual. Tanto la mentira como la traición se generan desde adentro, por los "miembros del club". También las herejías. Por lo tanto hay que cuidar "el interior" de la Iglesia. Como enseña Cristo Mc. 20-23 «Lo que hace impura a la persona es lo que ha salido de su propio corazón.
21.Los pensamientos malos salen de dentro, del corazón: de ahí proceden la inmoralidad sexual, robos, asesinatos, 22.infidelidad matrimonial, codicia, maldad, vida viciosa, envidia, injuria, orgullo y falta de sentido moral.23.Todas estas maldades salen de dentro y hacen impura a la persona.»
Hay que prestar especial atención al término "falta de sentido moral" (en otras ediciones "insensatez").
Esa falta de sentido moral o insensatez es lo que ocurre ahora con relación a Lutero y otros temas.
Siempre desde dentro vienen las traiciones.........
03/03/17 8:46 PM
  
HojaVerde
Muchas gracias a los comentaristas por las respuestas, creo que ahora entiendo mejor.

Mi pregunta venía por el primer párrafo del artículo.
04/03/17 12:20 AM
  
otilio
Tienes razón Javier. El tema va sobre Lutero.

Solo una cosa más. Encontré esto de la Summa de Santo Tomás:

"Objeción: Se debe elegir el mal menor para evitar un mal mayor, como el médico amputa un miembro para que no se corrompa todo el cuerpo. Pero el introducir en el pensamiento de alguien falsas opiniones es menor daño que el asesinar o ser asesinado. Luego el hombre puede mentir lícitamente para evitar que uno cometa un homicidio y para salvar a otro de la muerte.

Respuesta: La mentira no sólo es pecado por el daño que causa al prójimo, sino por lo que tiene de desorden, como acabamos de decir (en la solución). Pero no se debe usar de un medio desordenado e ilícito para impedir el daño y faltas de los demás; lo mismo que no es lícito robar para dar limosna (a no ser en caso de necesidad, en que todo es común). Por tanto, no es lícito mentir para librar de cualquier peligro a otro. Se puede, no obstante, ocultar prudentemente la verdad con cierto disimulo, como dice San Agustín en Contra mendacium."

Creo necesario ponerlo porque dice justamente lo contrario que yo dije, algo que me ha turbado sobremanera. He buscado mucho acerca de lo que dice el Magisterio sobre el asunto, y no he encontrado nada que resuelva los problemas prácticos más habituales.

El problema surge cuando lo que dice Lutero en su artículo, lo podemos encontrar en la filosofía de vida de muchos católicos sin el menor problema, eso si, con un lenguaje más cuidado. La Iglesia enseña que la mentira es mala intrínsecamente, que nunca es lícito mentir. Voces muy autorizadas interpretan que eso se aplica a todos los casos, incluso en la broma, juegos o para salvar la vida de otra persona.

Sin embargo, la vida de cualquier persona está llena de bromas a grandes y pequeños, infinidad de casuísticas donde la "mentira" - tal como la entiende Santo Tomas, por ejemplo - es el recurso que utilizaría en conciencia todo el mundo para salvar muchos inconvenientes. El caso que expone Hoja Verde no es solo un ejemplo curioso. Es la constatación de lo que dice Lutero:

“Sé que no vivo en conformidad con lo que enseño”

En ese caso habrá gente que piense que no es pecado, otros pensarán que es pecado venial, pero, al final todos harán lo mismo, inventarse algo para salvar la vida al hombre. Es decir, al final en el orden práctico, con los hechos, todos deciden que lo mejor es "mentir".

Esto es tremendo.

Esto es lo que dice Lutero:

"Decir una mentira necesaria, una mentira útil, para ayudarse, no sería ofensa de Dios, y Él mismo cargaría con ella”

Y esto es lo que en la práctica afirman muchos católicos:

"Decir una mentira necesaria, una mentira útil, para ayudarse, es pecado venial, pero en casos graves no queda otro remedio práctico"

El recurso de la restricción mental que propone Santo Tomás, con todos los respetos, me parece una solución para salir del paso desde el punto de vista intelectual. Es una salida forzada que hay que dar para resolver virtuosamente una situación de colisión. Como por ejemplo entre la obligación de tratar de salvar una vida y no mentir. El problema es que es un recurso al alcance de muy pocos, muy poco o nada efectivo y encima nada recomendable desde el punto de vista de la virtud. El señor que se ejercita en la restricción mental acaba pensando como Lutero.

En resumidas cuentas, al hablar de las restricciones mentales de Lutero, ha saltado la liebre, porque resulta que es un problema que está presente entre los católicos hoy.

Por lo menos a mi, me deja muy inquieto.

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Gracias por este texto y por esta aclaración, Otilio.
Es llamativo cómo Santo Tomás trata este tema de la restricción, darle siquiera un nombre y sólo en el ámbito de la mentira.
Considero que la escolástica decadente y el jesuitismo casuista posterior es quien ha hecho de un punto pequeño, una gran vía de nieve que arrastra a muchos católicos. Dios lo guarde. PJOR

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05/03/17 11:41 AM
  
cosmicom
La mentira es un pecado cuando se dirige a hacer daño a los demás. "no darás falso testimonio contra tu prójimo"

Mentir a un hijo a efectos de su educación: "si no eres bueno no vendrán los reyes magos", a una mujer a efectos de conservar el matrimonio "a mí tu amiga no me gusta, en serio", a un pesado "esta noche me acostaré temprano", las mentiras de un espía, etc no tiene nada de malo. Ahora bien, si en estas situaciones uno se empieza a plantear que si está pecando va a acabar perdiendo la cabeza, y va a pensar que estos ejemplos son los mismos que los preceptos que se dirigen al amor al prójimo, que son los únicos que hay, además de los derivados del amor a Dios.

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Pues lea todos los comentarios y verá los matices. Nunca es lícito mentir pero a veces, con tremendérrimo cuidado, es lícito ocultar la verdad. PJOR
05/03/17 12:02 PM
  
Juan Argento
La noción de que mentir sea siempre pecado da lugar a una interesante paradoja: mientras puede ser lícito, en caso de que sea necesario para la legítima defensa de mi vida o de la de otra persona que esté a mi cuidado, poner una bala en el cerebro del agresor, nunca es lícito poner en su mente un dato falso, ni siquiera de un tema puramente temporal como que un objeto está en el lugar A cuando en realidad está en el lugar B.

Aclaro que no estoy poniendo en duda la ilicitud absoluta de mentir. Simplemente digo que da lugar a una paradoja: puede ser lícito volarle la cabeza a un agresor pero no es lícito poner en su mente un dato falso.



05/03/17 11:57 PM
  
Juan Argento
En este comentario comparto mi explicación de esa paradoja aparente, para que, si a Ud Padre le parece que estoy diciendo sanata [1], directamente borre este comentario.

La razón de la licitud del uso de fuerza letal (sobreentendiendo siempre que ese uso es necesario para proteger la vida propia y/o de las personas a cargo) y la ilicitud de la mentira reside en que ambas acciones usan facultades diferentes, tal que:

- la defensa armada usa una facultad inferior, la fuerza física con el arma como extensión del brazo, de acuerdo a su naturaleza, que es procurar el bien material. Esta facultad es inferior porque es compartida con los animales.

- la mentira usa una facultad superior, la palabra, en contra de su naturaleza, que es comunicar la verdad aprehendida por el intelecto. Esta facultad es superior porque es propiamente humana.

En un mundo ideal en que todos los seres humanos actuaran rectamente de acuerdo a la razón, las armas serían usadas solamente para defenderse de depredadores como felinos, osos, lobos, etc. (ademas de para cazar, obviamente). Ahora bien, en el caso de agresión por otra persona, dado que presuponemos que esa agresión es injusta (por eso nuestra defensa es legítima), esa persona no está actuando de acuerdo a la razón, por lo que se está poniendo a sí misma en el mismo plano que un animal, a partir de lo cual es lícito defenderse de ella usando la misma facultad que se usaría para defenderse de un depredador. La facultad usada en este caso, la fuerza física con el arma como extensión, está siendo usada de acuerdo a su naturaleza.

En cambio, si se le comunicase al agresor un dato que fuese contrario a la verdad aprehendida por el intelecto, se estaría usando una facultad propiamente humana de un modo contrario a su naturaleza, o sea frustrando deliberadamente su fin, en este caso la comunicación de la verdad. Ese curso de acción se llama en filosofía moral "facultad pervertida" [2].

Notas

[1] La sanata es un género humorístico inventado por el comediante argentino Fidel Pintos, que consiste en monologar largamente con murmullos y palabras inconexas y sin sentido, pero manteniendo la postura y dando la apariencia de que se trata de pensamientos profundos y coherentes. Por extensión el término se incorporó al lunfardo, para denominar toda forma de hablar confusa e incomprensible, en la que se expone un argumento sin sentido ni ideas claras; una manera de hablar sin decir nada, pero con el fin de que el interlocutor piense que se ha dicho algo.

[2] Aprendido en el blog de Edward Feser, que en varios artículos trató sobre la anticoncepción como un caso de "facultad pervertida".

06/03/17 12:37 AM
  
Juan Argento
Padre, abusando de su paciencia planteo en este comentario una especulación sobre lo que escribí en el anterior y luego la resuelvo. Por favor no me excomulgue por el párrafo que sigue, sino espere a leer todos.

Por lo dicho antes, es evidente que la única manera en que mentir podría ser moralmente lícito en alguna ocasión es si se sostuviese que el fin de la palabra no es "la comunicación de la verdad", a secas, sino "la comunicación de información que sea conducente al mayor bien". En esta posición, si debido a una deficiente situación intelectual y/o volitiva del interlocutor [1] comunicarle la verdad no sería conducente al mayor bien, hay que elegir entre no comunicar nada o comunicar un dato falso, lo que conduzca al mayor bien.

Es evidente que incluso esta posición no haría lícita la apostasía real o simulada, porque la comunicación de la verdad sobre Dios y sobre Cristo es conducente al mayor bien para absolutamente todas las personas en absolutamente todas las circunstancias. La (hipotética) licitud comprendería solamente mentiras sobre hechos de naturaleza puramente temporal, como la ubicación física de un objeto.

¿Cómo puede refutarse esta posición en este plano especulativo en que la estoy analizando (o sea, previamente a recurrir a la Escritura, la Tradición y el Magisterio de la Iglesia)? Notando que, si una persona A le miente a otra persona B sobre una cuestión de naturaleza temporal, a partir del momento en que B se da cuenta de que A le ha mentido, A deja de ser para él testigo válido sobre cuestiones de cualquier naturaleza, temporal o espiritual. Por lo tanto, al mentirle a B sobre una cuestión de naturaleza temporal, A se ha auto-incapacitado para ser testigo ante B de Dios y de Cristo, o sea de la verdad que puede salvar eternamente. Y dado que no hay mayor bien que la salvación eterna, queda invalidada la presuposición de que podía lograrse el mayor bien comunicando un dato contrario a la verdad. Por lo tanto, el fin de la palabra es "la comunicación de la verdad", a secas, lo cual es en última instancia conducente al mayor bien. QED.

[1] Notablemente, el Catecismo de la Iglesia Católica en su primera edición de 1992 sostuvo esta posición. Cito el # 2483 poniendo entre [] el texto eliminado en la segunda edición de 1997: "Mentir es hablar u obrar contra la verdad para inducir a error [al que tiene el derecho de conocerla]."

06/03/17 1:23 AM
  
Javier Olivera Ravasi
Juan Argento: Sanata no...; un poco rebuscado puede ser...

La verdad es definida como "adaequatio rei et intellectus", es decir, adecuación del intelecto y de la cosa. Si algo no se adecua, es decir, no es conforme a la realidad (res), o nos encontramos frente a un error (si no hay una falla en la percepción) o a una mentira (si hay voluntad de no decir lo real).
Esto es de orden natural y aquí no entra el orden sobrenatural.

¿Qué relación puede haber entre matar en legítima defensa a alguien y mentir? Pues que ambas acciones caen bajo la virtud cardinal de la justicia y, mentir, es una de las faltas contra la justicia, porque no es darle lo debido a quien lo necesita (no se puede vivir en sociedad sin la verdad).

En cuanto a su planteo, le aconsejo dos cosas:
1) Lea la virtud de la verdad (veracidad) en la Suma Teológica, como virtud derivada de la justicia, aquí: www.hjg.com.ar/sumat/c/c109.html
2) Escuche una charla excelente sobre el tema, aquí: www.youtube.com/watch?v=-OcgIeKMUew

Dios lo guarde. PJOR
06/03/17 2:45 AM
  
Juan Argento
Padre, la prohibición absoluta de mentir debido solamente a que es una falta contra la justicia no se sostiene. Porque lo mismo se podría decir de matar, dado que no se puede vivir en sociedad sin cuidar la vida del prójimo, o como minimo minimorum respetar su vida. Y sin embargo es lícito matar a otra persona si ella se ha convertido en un agresor injusto que amenaza la vida de inocentes, ya sea de uno mismo o de personas que uno debe proteger (las cuales, en el caso de la policía y el poder judicial, son toda la sociedad).

Por lo tanto, si el motivo para la prohibición de mentir fuese solamente porque es una falta contra la justicia al igual que matar, entonces le cabrían excepciones análogas a las de la prohibición de matar.

De hecho, la cita de S. Tomás en el comentario de Otilio del 05/03/17 11:41 AM lo dice muy claramente: "La mentira no sólo es pecado por el daño que causa al prójimo, sino por lo que tiene de desorden,".
06/03/17 3:08 PM

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