Historia e ideologías
Chesterton decía por ahí que un ideólogo es fabricante de sombreros que, al ver que alguno le quedó chico, decide reducir la cabeza antes que cambiar el sombrero…
Y algo de eso hay también en la historia. Los pre-conceptos y las ideologías pueden hacer perder al historiador el sentido de la realidad, siendo que ella es lo más agresivo que hay. La historia se me impone, está ahí y no podemos amputarla sin riesgo de tergiversarla.
Hay una fábula del gran sacerdote argentino, Leonardo Castellani, que puede servirnos de introducción para analizar los temas que vamos a tratar en este blog, y dice así:
“Los Siete Ciegos de Ceylán le mandaron sus informes acerca del elefante al Dalai Lama del Tibet.
“El Elefante es como una enorme serpiente boa” -escribió el primero de ellos. Había atrapado la trompa del animal.
“El Elefante viene a ser algo así como un suave harapo de terciopelo con forma de flor de baobab” -escribió con precisión el segundo, que había agarrado la oreja.
“El Elefante, Santísima Excelsitud, es como una espada o una lanza fría y bruñida” -se pronunció el tercero, que había tocado el colmillo.
“El Elefante es como una gran roca con musgo” -opinó el cuarto, que se había apoyado en la cabeza.
“El Elefante es tal cual un viejo tronco de árbol” -dijo el quinto, que era un petizón que había abrazado la pata.
“El Elefante es un muro blando y convexo” -dijo el que se recostó contra la panza.
“El Elefante es como una cuerda” -dijo el último, que se había prendido de la cola.
El Pontífice Negro del taoísmo se dijo:
- “O todos estos santos varones mienten, o el extraño ente llamado Elefante es un tergiversador: cambia y se muda. Pero como no es posible que estos lamas mientan…”.
No era un tergiversador. Ni tampoco los bonzos mentían. Sabían poco solamente. Les faltaba el órgano para percepción de elefantes"(1).
Sin prejuicios, sin ocultar la verdad (aunque a veces duela) acá intentaremos percibir la historia tal cual fue y no como nos la quieren contar los sabios ciegos de Ceylán.
Que no te la cuenten
P. Javier Olivera Ravasi, IVE
(1) Leonardo Castellani, Camperas.
21 comentarios
Pero bueno, no nos pongamos a juzgar intenciones...
Con la historia pasa poco más o menos igual: Si uno escucha a los empresarios, la Revolución Industrial era el paraíso, con mano de obra abundante y barata y obreros que trabajaban 14 horas diarias y dormían bajo las máquinas. Para los trabajadores, quizás las cosas no eran tan agradables. Ya cuando uno lee Rerum Novarum y Centesimus Annus se da cuenta que el elefante tenía cola y orejas.
Ahora bien, yo creo que hay que renunciar a la ambición de conocer al elefante "tal cual es", porque quizás ni el mismo elefante lo sepa, viviendo bajo su propia piel.
Uno apenas puede saber que el elefante, bien educado, le puede servir de transporte y entretenimiento, pero mal educado lo puede dejar estampado en el suelo como pegatina.
Si es queeeeee....
¡Y no hay cosa más indignante que te mientan!
¿no será que algunos prefieren poner las figuritas fáciles del ultra-remoto-pasado para tapar los grandes hombres y mujeres del no-tan-pasado?
De nuevo: decidir que iría mejor una estatua nada menos que de Juana Azurduy y mover la de Colón a otro lugar, no es ni ignorar a Colón ni mucho menos. Es realzar la figura de alguien que quedó en la sombra de la Historia local de una nación. Los que ponen el grito en el cielo prefieren ver a Colón antes que a Juana Azurduy. Yo prefiero ver a Juana Azurduy. Es una cuestión de gustos, no por eso se atenta contra la Historia.
saludos
Esto va en línea con la supresión del "Día de la Raza" o de la Hispanidad, reemplazado por ese adefesio llamado "Día de la Diversidad Cultural". Algo así como la versión local del "Estado Plurinacional" del coya cocalero.
Enhorabuena por su aterrizaje en InfoCatólica y por abocarse nada menos que a la historia. Menuda tarea tendrá...
Un sacerdote amigo dice que la corrupción de los jóvenes comienza por la corrupción de la historia.
Y me parece que los no tan jóvenes pueden corromperse por la misma vía.
De antemano gracias y comprometo mi plegaria por su trabajo en este Blog... Dios lo ayude a exorcizar a los "sabios ciegos de Ceylán", que en Argentina son legión.
Un fuerte abrazo.
Cristian Iglesias
saludos
En el año 2.012 fue nuevamente elegido presidente de la dicha federación, cargo sindical éste que en esa nación pareciera no ser incompatible con el ejercicio de la primera magistratura.
Ante la duda, mejor informarse.
... vergüenza es ser tan despectivo...
O sea, contar la verdad. Ah la verdad...¿Quién tiene la verdad?
Yo me contentaré con conocer la versión que sobre muchos hechos y circunstancias de la historia (especialmente de la historia de la Iglesia) tenga a bien comunicarnos un sacerdote católico, docto en la materia, pero no por ello, poseedor de la verdad.
Oportunísimo el artículo y la cita del querido P. Castellani (No se me olvide del Dr. Jauretche, un verdadero cazador de "mitos" históricos). Un abrazo grande
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