(157) Inconveniencias eclesiales, XI: autonomía de los valores y movilismo historicista en Bernhard Häring

En anteriores artículos hemos analizado el exceso de lenguaje situacionista de Amoris lætitia, y en concreto su parecido conceptual con la teología del legalismo del teólogo redentorista Bernhard Häring.

El P. José María Iraburu, en su excelente post  (409) El elogiado P. Bernhard Häring, moralista anómico, traza con línea maestra los errores y peligros que supone su sistema anómico.

En este post que menciono, un lector, Esteban de Alemania, dejó un muy oportuno y certero comentario que copio y comento aquí, resaltando en rojo lo que me parece especialmente relevante:

 

Comentario de: : Esteban de Alemania [Visitante]

«Desde la abadía cisterciense de Heiligenkreuz en Austria ha emanado un artículo en el blog “sancrucensis” en lengua inglesa del teólogo moral Edmund Waldstein, O.Cist. (su abuelo ha sido fuertemente citado por Benedicto XVI y padre y madre enseña(ron) teología moral en EEUU), en el cual tambien toca el tema de la afinidad del Papa Francisco con la teología de Bernhard Häring, mostrándola a partir de su preferencia por “iniciar procesos antes que ocupar espacios” (Evangelii Gaudium,223).

 »Waldstein relata, que Bernhard Häring solía citar fuera de contexto una frase del Cardenal Newman para justificar su casi veneración de la conciencia errada. Esta queda manifiesta en una cita de Bernhard Häring, que yo espontáneamente traduciría así al castellano : "Es muy importante, no hablar del juicio erróneo de la conciencia de una manera meramente estática. Sería un error fatal, si un pastor o confesor u cualquier otra persona quisiese presionar a alguien a actuar en contra de una conciencia errada o impidiera el desarollo de su conciencia insistiendo indiscretamente en una norma objetiva” [Bernhard Häring, Frei in Christus, vol. 1 (Freiburg: Herder, 1989), p. 242].

 »Waldstein concluye que “parte de la razón por la cual Häring piensa que es tan importante respetar la conciencia de esta manera es, que él piensa que existen casos, en los cuales la conciencia de hecho acierta, mientras que la “norma objetiva” enseñada por la Iglesia yerra.”

 »Waldstein ve demostrado en ello “la influencia del historicismo moderno sobre el pensamiento de Häring. El piensa, que la respuesta apropiada al amor de Dios es elaborada lentamente a través de la historia y que la Iglesia aprende, que ciertas cosas no sirven para tal respuesta, por la voz profética de personas que se oponen a ella en conciencia. (…) Esto es una versión suave de ciertos hilos de historicismo moderno, heredados de Hegel. Habiendo abandonado la naturaleza y un orden telelógico objetivo, Hegel y algunos de sus seguidores otorgan a la historia un rol análogo al ocupado por la naturaleza en la filosofía clásica. La historia juzga sobre cuáles desarollos sociales están de acuerdo con el florecimiento de la libertad humana y cuáles no lo están. Por ello la omnipresencia en la moderndad del hablar sobre “el juicio de la historia". Häring está proponiendo algo similar para la vida de la Iglesia.”

 »Waldstein indica, que incluso los seguidores “suaves” de Hegel, “asumiendo términos historicistas, estos tienden a formular conclusiones, que implican el entendimiento moderno del bien, básicamente subjetivista, y el entendimiento de la libertad que resulta de el. Thomas Stark [tambien profesor universitario en Heiligenkreuz] ha demostrado, como estos problemas se materializan en la teología del Cardenal Kasper.

 »Con lo cual para mí se cierra el círculo: El idealismo alemán, con Hegel y Schelling, es el fundamento filosófico de los dos autores teológicamente mas influyentes en el pontificado del Papa Francisco, Kasper y Häring. Teológicamente su cátedra se ubica mucho mas en Tübingen que en Roma, aunque resida en Santa Marta.»

 

I.- HISTORICISMO MOVILISTA

Es muy interesante que se mencione esta toxina de la mente moderna que es el historicismo. Podemos sintetizar su error de perspectiva utilizando una palabra que es frecuente en este blog: Maelstrom. El historicismo introduce la ley moral, eterna e inmutable, en el remolino del devenir, transmutándola en puro movimiento, en continuo cambio situacional, sometiéndola a mutaciones de carácter antilegalista. Es un progresismo evolucionista, que podemos llamar, metafóricamente, poliedrismo doctrinal.

Es la lupa con que el progresismo contempla la realidad, considerándola un constructo del tiempo. De aquí la veneración por los procesos, los itinerarios, las dinámicas. Concibe la conciencia no como facultad de aplicación al caso de una ley inmutable, sino como incentivadora de procesos de discernimiento paulatino. La razón práctica queda reducida a discernimiento en etapas de maduración personal. Y la doctrina queda sumergida en el torrente de la mutabilidad circunstancial. Como vemos, es un efecto del movilismo, metástasis del nominalismo moderno.

Dice el comentarista:

«la afinidad del Papa Francisco con la teología de Bernhard Häring, mostrándola a partir de su preferencia por “iniciar procesos antes que ocupar espacios»

Hemos hablado de ello en el post anterior. Hay un gran parecido entre el lenguaje excesivamente movilista de Amoris lætitia y el de la obra de Häring. Y muy especialmente, coinciden en la importancia extrema concedida a los procesos y las dinámicas frente al supuesto estatismo de leyes y doctrinas, acusadas de rigidez.

Del movilismo historicista procede la perspectiva dinámica, madurativa, progresista, de la conciencia errada, que no es más que su justificación bajo la perspectiva de la filosofía situacional de los valores. Como decía el comentarista, para Häring:

«Es muy importante no hablar del juicio erróneo de la conciencia de una manera meramente estática»

Häring mismo es consciente de su historicismo, bajo excusa de historicidad, justificada, por cierto, con argumentos ecologistas:

«Si se quiere anunciar eficazmente la moral de la iglesia en todo el mundo, es necesaria una comprensión más profunda de la historicidad de la cultura humana, comprendidas las normas morales que se derivan de ella. Es preciso recordar que durante milenios se sentía la necesidad de explotar al máximo la fecundidad para la conservación de las costumbres y de la raza, o sea, para garantizar la sobrevivencia del hombre. Hoy nos encontramos frente a una colosal crisis ecológica, relacionada con el problema de la sobrevivencia. Si nacieran todos los millares de individuos no nacidos, debido a la contracepción a la que Caffarra tilda de tener una intención homicida, el agujero de ozono ya existente en nuestro mundo sería tan grande como para provocar en breve tiempo la muerte de todos. También la teología, y especialmente la teología cristiana, no debe huir de la realidad histórica. El Dios en quien creemos es el Dios de la historia, del actuar histórico. La fe implica en consecuencia una reflexión histórica.» (Norma y conciencia creativa)

 

II.- ANTROPOCENTRISMO: LA RESPUESTA DEL HOMBRE (Y NO LA LEY), COMO CENTRO DE LA VIDA MORAL

No olvidemos que el movilismo historicista, con su rechazo de lo estático, lo inmutable, lo absoluto, lo completo, es un humanismo autónomo, que como tal procede, sin duda alguna, del nominalismo moderno y su rechazo de las esencias.

He demostrado en este blog, en numerosos posts, que el antropocentrismo nominalista fue introducido en la mente católica en el Renacimiento. Y con él, el movilismo historicista, fruto del ataque a las esencias realizado por Ockham y sus seguidores, la mayoría eclesiásticos y religiosos.

Antropocentrismo y movilismo laten poderosamente en la teología de Häring. Sabido es que el redentorista establece la respuesta humana como centro de la vida moral del cristianismo, bajo el nombre de responsabilidad. No la ley moral, es decir la sabiduría de Dios, sino el hombre, es decir, su discernimiento personal. En su opinión, la esencia de la vida moral no es la ley eterna inserta en la naturaleza, sino la respuesta del hombre:

«Por lo dicho aparece claramente que los conceptos propia salvación, leyes y mandamientos conservan toda su importancia. Pero en ninguno de ellos vemos la idea central de la moral católica. Más apropiado nos parece el concepto de responsabilidad, entendiéndolo en sentido religioso. En este sentido, podemos decir que su misma estructura verbal señala el carácter religioso, propio de la moral, que es el carácter dialogal respuesta : responsabilidad. Nos parece que por ella se expresa mejor la relación personal del hombre con Dios. El Dios personal dirige al hombre la palabra, mediante el llamamiento que le hace a cumplir su divina voluntad; responde el hombre al tomar una decisión y así se responsabiliza ante Dios.» (La ley de Cristo, Sección 2ª, II, 3)

Es sorprendente que un teólogo católico afirme que la idea central de la moral cristiana no es la ley de Dios, sino la respuesta que elabora el hombre. Coherente con este antropocentrismo es una de las tesis centrales de la teología moral de Häring: la gracia no se da exactamente para cumplir los mandamientos, sino para el seguimiento personal de Cristo y la comprensión vivencial de los valores cristianos.

Lo veremos más adelante. Vamos a quedarnos por ahora con esta idea: si la esencia de la vida moral NO ES LA LEY divina sino la elección moral humana, entonces es mezquino confrontar la conducta del hombre con la ley moral, como propone Amoris lætitia 304:

«Es mezquino detenerse sólo a considerar si el obrar de una persona responde o no a una ley o norma general, porque eso no basta para discernir y asegurar una plena fidelidad a Dios en la existencia concreta de un ser humano»

 

III.- AUTONOMÍA DE LOS VALORES Y CREATIVIDAD DE LA CONCIENCIA

La teología moral de Häring, a lo largo del tiempo, fue radicalizando su teoría de los valores, hasta el punto de independizarlos de las esencias e insubordinándolos de la ley eterna, afirmándolos en cuanto tienen de mutables y adaptables a las circunstancias y situaciones del sujeto moral.

Esto supone la inserción de la conciencia en un mero movimiento de valoraciones (valores) personales cambiantes, y su introducción en un proceso de maduración personal, cada una de cuyas etapas podría ser supuestamente grata a Dios (aun implicando la transgresión de la ley moral).

En definitiva: se substituye la ley natural, reguladora de la vida moral del ser humano, por el valor autorregulador discernido por la conciencia. La vida moral adopta una tendencia autorredentiva: son la historia, las situaciones, el devenir existencial, las fuerzas que impulsan a la conciencia a independizarse de los límites esclavizantes de la ley moral, y hacerse creativa. Por eso debe ser incorporada a la praxis eclesial, como pide A.L. 303:

«A partir del reconocimiento del peso de los condicionamientos concretos, podemos agregar que la conciencia de las personas debe ser mejor incorporada en la praxis de la Iglesia en algunas situaciones que no realizan objetivamente nuestra concepción del matrimonio.»

La creatividad de la conciencia contra la rigidez legalista de las normas estáticas es una de las tesis militantes de la teología del antilegalismo de Häring: la conciencia debe ser incorporada a la praxis eclesial porque la pastoral no puede limitarse a la aplicación rígida de preceptos estáticos, sino debe contar con el aporte extra de la conciencia creativa. Lo sintetiza Häring con claridad en este artículo:

«¿Existe una conciencia creativa? A mi parecer, la respuesta puede ser solamente un claro sí. Notando enseguida que la conciencia de aquél que está totalmente aferrado a preceptos rígidos y a normas prohibitivas no puede ser creativamente activa. Esta se aferrará literal y escrupulosamente, en la medida en que podrá, a las normas consideradas como algo inflexible. El que mide su relación con Dios en base a normas inflexibles entendidas de manera estática estará totalmente aferrado a la voluntad de obedecer a la letra hasta el punto de no ser capaz de cumplir espontáneamente las obras que nacen de la grandeza de corazón.» (Berndhard Häring, Norma y conciencia creativa)

Creo que todo aquel que haya leído el capítulo VIII de Amoris lætitia encontrará un parecido enorme con el mensaje transmitido aquí por este autor.

 

IV.- DESPLAZAMIENTO DE LA LEY MORAL

Pero lo fundamental en esta visión de la vida moral es el desplazamiento de la ley moral del centro a la periferiacomo diría Pío XII de la moral de situación. Se deduce de ello la afirmación de que no es el cumplimiento de la ley lo esencial, sino la vivencia de sus valores y su concreción en una respuesta responsable y generosa. Recordemos que A.L. introduce la dificultad para comprender los valores como condición del juicio moral, dando un paso en contra de lo ya trazado por Juan Pablo II. Se conoce bien el precepto, pero no se comprenden del todo sus valores o cuesta comprenderlos.

Y esta no comprensión o dificultad de comprensión (nótese: de valoración) puede incluso suponer que un sujeto QUE CONOCE BIEN LA LEY MORAL y aún así permanece en adulterio a lo largo del tiempo, no se encuentre en pecado mortal y permanezca en gracia santificante, aun transgrediendo la ley moral que conoce bien. Ley que, no lo olvidemos, se refiere en este caso a actos intrinsecamente malos perpetuados en el tiempo, actos que jamás son lícitos en ninguna circunstancia.

«(301) La Iglesia posee una sólida reflexión acerca de los condicionamientos y circunstancias atenuantes. Por eso, ya no es posible decir que todos los que se encuentran en alguna situación así llamada «irregular» viven en una situación de pecado mortal, privados de la gracia santificante. Los límites no tienen que ver solamente con un eventual desconocimiento de la norma. Un sujeto, aun conociendo bien la norma, puede tener una gran dificultad para comprender «los valores inherentes a la norma»

No se trata aquí, tan sólo, de esa dificultad que encuentran algunos esposos para comprender los valores inherentes a las normas, sino de que esa comprensión del valor ha sido desplazada al centro de la vida moral y determina incluso que se cometan actos intrínsecamente malos (con conocimiento de causa) a lo largo del tiempo y supuestamente se permanezca en gracia santificante y creciendo en virtudes teologales sin arrepentimiento ni cambio alguno en su vida.

Aquí la comprensión del valor se absolutiza y sobrepone al conocimiento de la ley moral por la conciencia, hasta el punto de ser considerada causa de excepción y justificación: se cometen actos intrínsecamente malos y aun así se está supuestamente en gracia santificante y se crece supuestamente en virtudes teologales, siendo ésta “la respuesta generosa que se puede ofrecer a Dios” y “la entrega que Dios mismo está reclamando” (A.L. 303). Pero esto, que el sentido común percibe como error, es coherente con una teología que coloca la respuesta humana en el centro de la vida moral y no la ley eterna.

 

V.- RESPUESTA PERSONAL A DIOS, MÁS ALLÁ DE LA LEY MORAL 

La teología de Häring, pues, es una teología de la respuesta; una teología del discernimiento autónomo de valores, más allá o más bien A PESAR del precepto objetivo. No es extraño que si el teólogo alemán valora la respuesta humana por encima de la ley moral, la valoración de los actos humanos que propone sea más o menos independiente del cumplimiento o no la ley moral.

Resulta altamente inconveniente el profundo parecido de esta tesis con la propuesta del punto 303 de Amoris lætitia:

«(AL 303) Ciertamente, que hay que alentar la maduración de una conciencia iluminada, formada y acompañada por el discernimiento responsable y serio del pastor, y proponer una confianza cada vez mayor en la gracia. Pero esa conciencia puede reconocer no sólo que una situación no responde objetivamente a la propuesta general del Evangelio. También puede reconocer con sinceridad y honestidad aquello que, por ahora, es la respuesta generosa que se puede ofrecer a Dios, y descubrir con cierta seguridad moral que esa es la entrega que Dios mismo está reclamando en medio de la complejidad concreta de los límites, aunque todavía no sea plenamente el ideal objetivo. De todos modos, recordemos que este discernimiento es dinámico y debe permanecer siempre abierto a nuevas etapas de crecimiento y a nuevas decisiones que permitan realizar el ideal de manera más plena.»

Bajo la perspectiva movilista (historicista) del situacionismo, considerar estáticamente el juicio de la conciencia supone NO confrontarla con una ley moral supuestamente inmutable y por ello estática, cerrando así caminos y dinamismos de maduración. Hacer esto, según A.L., es mezquino.

El comentario de Esteban de Alemania incide, también, en este aspecto importante del situacionismo de Häring y las resonancias que parece pueden encontrarse de él en A.L.. Dice el comentarista:

«Waldstein ve demostrado en ello “la influencia del historicismo moderno sobre el pensamiento de Häring. El piensa, que la respuesta apropiada al amor de Dios es elaborada lentamente a través de la historia y que la Iglesia aprende»

Ciertamente, hallamos ecos de esta tesis en el capítulo 8 de la exhortación, punto 303, en que afirma explícitamente que la Iglesia debe incluir en su praxis pastoral el papel de la conciencia entendida no en cuanto a facultad formada que aplica la ley al caso, sino en cuanto respuesta activa, creativa, en casos de transgresión de la ley.

 

VI.- GRACIA QUE NO SE DA EXACTAMENTE PARA CUMPLIR LOS MANDAMIENTOS

Pero, ¿qué ideas subyacen bajo esta concepción de la vida moral? Como se sabe, Häring enseña en sus obras que la gracia no se da exactamente para cumplir los mandamientos, sino para seguir a Cristo. Lo formula, por ejemplo, aquí:

«La gracia del Espíritu Santo no es algo accesorio, que se añade de una manera postiza a la ley nueva. Tampoco es exactamente una ayuda o una fuerza que se nos concedió después para que pudiésemos cumplir los preceptos de una ley exigente y difícil.» (La nueva Alianza vivida en los sacramentos, Pág.112)

—Conforme a esta idea, para Häring el cumplimiento de los mandamientos no es el centro de la vida moral cristiana, como se afirma en La ley de Cristo. Si esto es así, entonces, la conciencia tampoco tiene como objeto principal aplicar la ley universal al caso particular. La ley moral, bajo esta perspectiva, no basta para comprender la situación personal ni valorar el grado de seguimiento de Cristo por parte del sujeto. Por esto, en La ley de Cristo, Sección 2ª, II, 2, compara la visión tradicional del papel de la conciencia con el eticismo kantiano, y afirma:

«b) Con semejante perspectiva kantiana, la “conciencia” se degrada a una simple función lógica. Al reducir la vida moral a lo exigido por la ley general, la conciencia no tendrá más oficio que el de la aplicación silogística de lo general a cada caso particular. Cierto es que de los casos particulares se deduce la ley general; pero es cosa grave en demasía que a lo exigido a todos no haya de añadirse nada, teniendo en cuenta los dones individuales de cada uno.»

Como vemos, ya en su temprana obra afirma Häring lo que hemos denominado en el post anterior principio de implenitud (incompletitud) de la ley moral: la ley moral no puede aplicarse a todos los casos y situaciones y por eso no basta para determinar el grado de seguimiento de Cristo de una persona. Y dado que, según el situacionismo del redentorista, es el seguimiento de Cristo lo definitorio de la vida moral cristiana, no el cumplimiento de la ley natural, el hecho de que se incumplan los mandamientos en un determinado caso particular no basta para determinar el grado de perfección moral de un sujeto, ni tampoco para calificar como pecaminoso un obrar contrario a lo mandamientos.

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Sorprendentemente, la misma idea encontramos recogida en el problemático punto 304 de Amoris lætitia, donde afirma primero que la conformidad con la ley moral no indica grado de fidelidad a Dios (separando, como hace Häring, vida moral y mandamientos).

En este mismo punto, 304, afirma claramente el principio de implenitud de la ley moral, es decir, que la ley moral universal no puede abarcar todos los casos particulares:

«Es verdad que las normas generales presentan un bien que nunca se debe desatender ni descuidar, pero en su formulación no pueden abarcar absolutamente todas las situaciones particulares. »

 

VII.- DE NUEVO EL PRINCIPIO SITUACIONISTA DE IMPLENITUD DE LA LEY MORAL

La explicación que Amoris lætitia aporta del principio situacionista de implenitud de la ley moral es, precisamente, el mismo que subyace en la teología moral del teólogo redentorista: la superioridad de los valores sobre los preceptos de la ley. Así lo justifica este conflictivo punto de la exhortación:

«(304) hay que decir que, precisamente por esa razón, aquello que forma parte de un discernimiento práctico ante una situación particular no puede ser elevado a la categoría de una norma. Ello no sólo daría lugar a una casuística insoportable, sino que pondría en riesgo los valores que se deben preservar con especial cuidado»

Y parece que se vuelve a insistir en ello más adelante:

« (311) La enseñanza de la teología moral no debería dejar de incorporar estas consideraciones, porque, si bien es verdad que hay que cuidar la integridad de la enseñanza moral de la Iglesia, siempre se debe poner especial cuidado en destacar y alentar los valores más altos y centrales del Evangelio»

__________

El tema da para mucho y no se agota en estas breves observaciones. Pero recordemos siempre que, según la condena que realizó Pío XII de la moral de situación, ésta se basa en la desconfianza de la aplicabilidad universal de la ley moral y la afirmación de su implenitud. Como enseña Pío XII:

«El signo distintivo de esta moral [de situación] es que no se basa en manera alguna sobre las leyes morales universales, como —por ejemplo— los diez mandamientos» (Pío XII, Discurso sobre la moral de situación, 4).

«Luego la decisión de la conciencia —afirman los defensores de esta ética— no puede ser imperada por las ideas, principios y leyes universales.» (Idem)

También condena Pío XII la subordinación del precepto al valor que realiza la ética situacionista. Bajo esta perspectiva, la vida moral se fundamenta no en una ley “impersonal” y rígida sino en la vivencia personal y concreta de los valores inherentes al bien, del cual la ley es sólo una formulación no plena e insuficiente. Así describe Pío XII esta mentalidad:

«Ella no niega, sin más, los conceptos y los principios morales generales (aunque a veces se acerque mucho a semejante negación), sino que los desplaza del centro al último confín. Puede suceder que la decisión de la conciencia muchas veces esté de acuerdo con ellos. Pero no son, por decirlo así, una colección de premisas, de las que la conciencia saca las consecuencias lógicas en el caso particular, el caso de una vez. ¡De ningún modo! En el centro se encuentra el bien, que es preciso cumplir o conservar en su valor real y concreto; por ejemplo, en el campo de la fe, la relación personal que nos liga a Dios. » (Pío XII, Discurso sobre la moral de situación, 6).

Aquí Pío XII está condenando la tesis historicista de la prevalencia del valor sobre el precepto de la ley, según la cual lo principal no es el precepto (sería legalismo creer eso) sino el valor del bien preceptuado, valor que está por encima del precepto. Esta tesis parece encontrar cierta resonancia en la exhortación apostólica, enunciada de una manera muy parecida a como la enuncia Bernhard Häring. Justamente, es la tesis fundamental de la Ley de Cristo, radicalizada posteriormente:

«Por lo dicho aparece claramente que los conceptos propia salvación, leyes y mandamientos conservan toda su importancia. Pero en ninguno de ellos vemos la idea central de la moral católica.» (Bernhard Häring, La ley de Cristo, Sección 2ª, II, 3)

Si, como opina el redentorista, la ley eterna no es lo central de la moral católica, por su implenitud, ha de serlo entonces el ser humano individual y concreto, con su toma de decisiones, es decir, su respuesta, su responsabilidad. Así, se desplaza de Dios al hombre (a su conciencia autónoma creativa, es decir, a su discernimiento) el fundamento de la moral. La ley moral sólo queda como guía para lo principal, que es la respuesta del hombre a Dios:

«Más apropiado nos parece el concepto de responsabilidad, entendiéndolo en sentido religioso. En este sentido, podemos decir que su misma estructura verbal señala el carácter religioso, propio de la moral, que es el carácter dialogal respuesta : responsabilidad. Nos parece que por ella se expresa mejor la relación personal del hombre con Dios. El Dios personal dirige al hombre la palabra, mediante el llamamiento que le hace a cumplir su divina voluntad; responde el hombre al tomar una decisión y así se responsabiliza ante Dios.» (Bernhard Häring, La ley de Cristo, Sección 2ª, II, 3)

Una vez más, esta tesis resuena en el punto 303 de Amoris lætitia.

Lo esencial de la moral cristiana, bajo este punto de vista, pues, no sería el cumplimiento de una ley moral inaplicable a todos los casos (sería mezquino basarnos en ello para determinar la moralidad de una persona, enseña A.L. 304) sino, como hemos venido diciendo, LA RESPUESTA CONCRETA (que la ley no es capaz de abarcar) que la persona puede ofrecer a Dios en función de los límites en que se encuentra en su situación concreta, y de su grado de responsabilidad, es decir, de su grado de comprensión del valor.

De esta forma, la toma de decisiones morales dependería no de la aplicación de la ley al caso por parte de la conciencia, sino por el discernimiento del valor por parte de la conciencia activa, cuyo papel, se afirma, ha de ser incorporado a la praxis de la iglesia. Que es lo que enseña A.L.en el punto anteriormente citado.

 

VIII.- DISCERNIMIENTO (CONCIENCIA CREATIVA) CONTRA CONCIENCIA. CREACIÓN DE EXCEPCIONES

No se trata aquí de la conciencia tradicionalmente entendida, que está formada en la ley moral y la aplica, sino de la conciencia que crea valores y que en su capacidad creativa debe ser incorporada a la praxis eclesial. Es la conciencia que responde autónomamente, más allá de la ley moral —(sería legalismo limitarla a su función tradicional, propia de “una pastoral más rígida que no dé lugar a confusión alguna” (AL 308), conforme a esa moral de escritorio rechazada en el parágrafo 312.)

—El rechazo del papel tradicional de la conciencia, entendida ésta al modo católico, y el desplazamiento del precepto al valor, implica la atenuación de lo bueno y lo malo, la relativización, la apología de los grises, el odio al blanco y al negro, al sí y al no. La vida moral no sería cuestión de blanco o negro, de sí o no, sino de una decisión generosa dinamica y en continuo proceso de cambio, de un constante transitar caminos e iniciar procesos. Como dice Häring en el capítulo anteriormente mencionado:

«Pero “decisión moral” no es lo mismo que un “sí” o un “no” »

Así parece sugerirlo Amoris lætitia, cuando habla de ese camino de la respuesta a Dios, que está más allá de la mezquina aplicación de la ley moral: 

«(305) El discernimiento debe ayudar a encontrar los posibles caminos de respuesta a Dios y de crecimiento en medio de los límites. Por creer que todo es blanco o negro a veces cerramos el camino»

Para el movilismo situacionista, pues, no se trata de precepto sí o precepto no, sino de encontrar progresiva y gradualmente posibles caminos a elegir e iniciar dinámicas de maduración, para las cuales se da la gracia, y en las cuales se centra la vida cristiana. Häring lo idealiza en la Sección ya mencionada de La ley de Cristo:

«Sin duda que cuando se presentan al alma diversos caminos, sólo con vacilaciones se arriesgará a decidirse, o lo hará como un acto de atrevimiento y arrojo, pero siempre responsabilizándose de su elección en cada situación particular.»

De lo que se trata, afirma Häring, es de hacer el bien más allá de la ley. Y esto es posible porque la conciencia subjetiva es creativa, y no debe ser esclava de la ley moral. De lo contrario, según dice Häring, hablamos de estéril rigorismo:

«En mi actividad pastoral y en la terapia me he encontrado con moralistas, canonistas y sacerdotes intérpretes despiadados de la inflexibilidad de cualquier norma: estas pobres personas eran prisioneras de su rigorismo y vivían en un estado de continua angustia y sufrimiento. De ello derivaba que su conciencia era de ningún modo creativa. A esas personas se les escapaban todas las ocasiones de cumplir el bien más allá de la ley.» (Norma y conciencia creativa)

Para el teólogo alemán, la elección personal de caminos en base al discernimiento se inserta en un proceso de maduración, no es algo estático. Como dice A.L.,303:

«De todos modos, recordemos que este discernimiento es dinámico y debe permanecer siempre abierto a nuevas etapas de crecimiento y a nuevas decisiones que permitan realizar el ideal de manera más plena.»

Que es lo mismo que opina Häring en la obra citada:

«Además, no hemos de olvidar una cosa : que la formación moral y religiosa del hombre se realiza gradualmente, por un continuo crecimiento.»

Es el movilismo propio de la teología situacional de los valores. Lo mencionaba el sustancioso comentario de Esteban de Alemania:

«el tema de la afinidad del Papa Francisco con la teología de Bernhard Häring, mostrándola a partir de su preferencia por “iniciar procesos antes que ocupar espacios"»

Para Häring, la falta de flexibilidad, la falta de creatividad en la toma de decisiones, el estatismo doctrinal y legalista, la negativa a excepciones en la transgresión de la ley, el centrar la vida moral en preceptos inmóviles y rígidos, es como una enfermedad, una neurosis:

«El que mide su relación con Dios en base a normas inflexibles entendidas de manera estática estará totalmente aferrado a la voluntad de obedecer a la letra hasta el punto de no ser capaz de cumplir espontáneamente las obras que nacen de la grandeza de corazón. El que trabaja en la terapia de neuróticos ansiosos y de personas aquejadas por complejos de culpa comprende el problema. Una vida completamente prisionera de rígidos preceptos y de prohibiciones termina siendo irremediablemente estéril, es decir, lo contrario de creativa. La conciencia, que está frente a conflictos normativos de preceptos que aquí y ahora se contradicen, que no parecen admitir ninguna flexibilidad y ninguna excepción, llegará a ser inevitablemente enferma con reflejos devastadores en la relación con el Dios legislador.» (Norma y conciencia creativa)

Bajo este punto de vista, dada la autonomía de los valores respecto a la ley moral, la conciencia creativa podría crear excepciones a la ley moral, que aspiraran al valor (al ideal) y al mismo tiempo introdujeran singularidades en la rígidamente inculcada ley moral:

«Es más dramático descubrir cómo son ciegos ante estos hechos ciertos moralistas y sobre todo ciertos eclesiásticos. Si un moralista llega a reconocer que su conciencia es sólo una máquina para aplicar leyes claramente definidas, que no admiten excepciones, una simple conciencia obsequiosa frente a normas inculcadas, este pobre hombre deberá ir lo más pronto posible a un psiquiatra» (Norma y conciencia creativa)

Oportuno es recordar aquí lo que parece la tesis central, sugerida, mostrada, no tanto dicha, de Amoris lætitia: la consideración de excepciones a los actos intrínsecamente malos, incorporando el papel de la conciencia creativa a la praxis eclesial al respecto.

La encíclica Veritatis splendor, de San Juan Pablo II, que no es citada en la exhortación apostólica Amoris lætitia, es quizá una de las síntesis más perfectas de los principios fundamentales de la moral cristiana. Sería necesario reafirmar sus principios frente al confusionismo teológico del situacionismo, y retener sus enseñanzas acerca de la ilicitud en toda circunstancia de los actos intrínsecamente malos.
 
Es un documento fiable y seguro para hacer frente al movilismo historicista y la teoría antilegalista de Bernhard Häring, resonante, por desgracia, en los ambiguos parágrafos del capítulo VIII de Amoris lætitia.

 

LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI

54 comentarios

  
Mª PIlar V. B.
Protestantismo, en definitiva, dado que de la conciencia creativa al "Peca fuerte, pero cree fuerte..." hay un paso.
Además, se da por supuesto que, en ese proceso dinámico de respuesta en que se encuentra la persona, va a haber una efectiva maduración personal, y se va a pasar de una etapa en la que la respuesta que se da a Dios es menos plena, a otra etapa en que ya se puede dar una respuesta más plena. Pero, ese es un planteamiento falso, porque inevitablemente, la conciencia dinámica acaba durmiéndose, y se acomoda uno en su respuesta limitada, en la que se estanca...
29/12/16 3:06 PM
  
Alonso Gracián
Mª PIlar V. B.:

Sin duda, la teología moral de Häring es profundamente protestante, concretamente proluterana.
29/12/16 3:16 PM
  
Néstor
"Si nacieran todos los millares de individuos no nacidos, debido a la contracepción a la que Caffarra tilda de tener una intención homicida, el agujero de ozono ya existente en nuestro mundo sería tan grande como para provocar en breve tiempo la muerte de todos."

O sea, que una de las cosas que tenemos que aprender de la historia es que el fin justifica los medios, contra lo que siempre ha enseñado la Iglesia.

"La verdad es histórica - Pues no, la Iglesia nos enseña que la verdad es eterna - Es que la Iglesia tiene que aprender de la historia - ¿Porqué? - Porque la verdad es histórica - Pues no..." etc.

Saludos cordiales.
29/12/16 3:30 PM
  
Néstor
Es que el pecado no es un grado menos perfecto de la virtud. No hay transito gradual de uno al otro. Lo que puede haber es una curva asintótica que se acerca indefinidamente al bien sin llegar a tocarlo nunca. Uno puede morir atropellado por un tren, o de cáncer, o por atragantarse con agua. Sin duda que hay toda una gradación entre los diversos motivos del morir, desde los más tremendos a los más "inocuos". Pero los muertos están todos igualmente muertos.

Saludos cordiales.
29/12/16 3:34 PM
  
Alonso Gracián
Néstor,

es que para Häring el pecado procede no exactamente de la transgresión de la ley, sino, como dice en La ley de Cristo, del oscurecimiento de los valores.

Con esto se dice todo.
29/12/16 3:37 PM
  
Rafael
El largo y profundo comentario muestra que la teología moral no se puede reducir a un sí o un no, como pretenden los autores de la dubia.

El filósofo Max Scheler con su profunda ética material de los valores tuvo gran influencia en Juan Pablo II.
29/12/16 4:09 PM
  
Alonso Gracián
Rafael,

se equivoca ud de plano:

respecto a la ley moral, lo que procede es cumplir o no cumplirla, sí sí, no no, en palabras de Cristo Nuestro Señor.

Respecto a Scheller, si ha leído ud a Karol Wojtyla, sabrá que lo que hizo fue concluir la incompatibilidad de su sistema con la fe católica.
29/12/16 4:11 PM
  
Juan Andrés
Y si, creyéndose sabios se hicieron necios. Retorcidos y farragosos discursos que esconden, como bien se dijo arriba, un protestantismo reformulado al lenguaje "siglo XX" plagado de evolucionismo y psicologismo. Pero como quiero ser muy responsable, voy a ir armando mi propio decálogo, que obviamente irá variando en el devenir del proceso, para que Dios no me juzgue por vagancia. Eso de "quien me ama cumplirá mis mandamientos" habrá de depender bajo qué circunstancias le estoy amando. En fin, lo real y cierto es que a los mortales comunes sólo les llegan las conclusiones y así los quieren hacer actuar.
29/12/16 4:12 PM
  
Alonso Gracián
Juan Andrés,

veo muy claro, con ud, que la teología de Häring es protestantismo reformulado en plan católico, pero aderezado con una alta dosis de historicismo, idealismo, situacionismo...

29/12/16 4:16 PM
  
milton
Sobre la inmutabilidad de la ley eterna tengo una inquietud Alonso

-Dios destruye sodoma gomorra adama y zeboim Dt 29,23.
-Dios le da a Moises los mandamientos en Ex 20 entre ellos no matar.
-Después Dios le da la orden a Saúl de matar hombres mujeres y niños en 1Sm 15,3.
-Después dice el profeta Ezequiel que Dios no quiere la muerte del pecador sino que se convierta y viva Ez 18,23.

En el evangelio dice Jesucristo que antes se dijo 21 Habéis oído que se dijo a los antepasados: "NO MATARAS" y: "Cualquiera que cometa homicidio será culpable ante la corte." 22 Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: "Raca " a su hermano, será culpable delante de la corte suprema ; y cualquiera que diga: "Idiota", será reo del infierno de fuego

En el catecismo de referente a la pena de muerte a la pena de muerte dice

2267 La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si esta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas.
Pero si los medios incruentos bastan para proteger y defender del agresor la seguridad de las personas, la autoridad se limitará a esos medios, porque ellos corresponden mejor a las condiciones concretas del bien común y son más conformes con la dignidad de la persona humana.
Hoy, en efecto, como consecuencia de las posibilidades que tiene el Estado para reprimir eficazmente el crimen, haciendo inofensivo a aquél que lo ha cometido sin quitarle definitivamente la posibilidad de redimirse, los casos en los que sea absolutamente necesario suprimir al reo «suceden muy [...] rara vez [...], si es que ya en realidad se dan algunos» (EV 56)

Como entender todo esto? muchas gracias de antemano y disculpe la ignorancia
29/12/16 4:30 PM
  
Alonso Gracián
milton,

la ley natural, que es la misma ley eterna, no cambia, porque es la misma sabiduría de Dios.

No matarás inocentes. Esto es inmutable. La pena de muerte no es una excepción al no matarás, sino la defensa legítima ante el injusto y culpable agresor. Lo explica el Catecismo:

2261 La Escritura precisa lo que el quinto mandamiento prohíbe: “No quites la vida del inocente y justo” (Ex 23, 7). El homicidio voluntario de un inocente es gravemente contrario a la dignidad del ser humano, a la regla de oro y a la santidad del Creador. La ley que lo proscribe posee una validez universal: obliga a todos y a cada uno, siempre y en todas partes.

2267 La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si esta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas.

2263 La legítima defensa de las personas y las sociedades no es una excepción a la prohibición de la muerte del inocente que constituye el homicidio voluntario. “La acción de defenderse [...] puede entrañar un doble efecto: el uno es la conservación de la propia vida; el otro, la muerte del agresor” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 64, a. 7). “Nada impide que un solo acto tenga dos efectos, de los que uno sólo es querido, sin embargo el otro está más allá de la intención” (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 64, a. 7).

2264 El amor a sí mismo constituye un principio fundamental de la moralidad. Es, por tanto, legítimo hacer respetar el propio derecho a la vida. El que defiende su vida no es culpable de homicidio, incluso cuando se ve obligado a asestar a su agresor un golpe mortal
29/12/16 4:36 PM
  
Antonio1
La vida es un proceso. La creación es un proceso. La Revelación es un proceso. La salvación es un proceso. La maduración es un proceso. ¿No te gustan los procesos? Pues hijo, es lo que hay.
29/12/16 6:08 PM
  
carmelo
Muchas gracias estimado Hermano Don Alonso Gracián. Es preciso, al tiempo, ir dando luces del origen de este cáncer.
Y vemos pues como todo radica en la profunda "vanidad" de estos autores que atribuyen la causa y sus efectos del pecado a otras razones buscando burlar la ley natural advertida!
II Reyes 17:15]Despreciaron sus decretos y la alianza que hizo con sus padres y las advertencias que les hizo, caminando en pos de vanidades, haciéndose ellos mismos vanidad, en pos de las naciones que les rodeaban, acerca de las que Yahveh les había ordenado: «No haréis como ellas.».
Simular, estando su consorte vivo/a una “fidelidad probada” (con otra) decir que es moralmente buena (pastoral de rodillas) es mas que un simple “conciencia creativa”, para mi esto no es mas que un proceso de implosión tardía bien encausado por aquellos que de mi parte tendrán de vuelta, la verdad eterna e inmutable que a mi hogar dio vida.
Habría enfrentado los ciclones huracanes, la brava mar, difíciles situaciones en muchos lugares pero jamás hubiera podido lograr una sola ni mucho menos “la de amar a una sola persona para siempre” si aquello eterno e inmutable, fijo y estable no hubiese tocado el centro de mi alma.
Era mi vanidad egoísta frente al todo que me daba a ver quien era realmente yo, era yo frente aquello inamovible, era una aproximación del juicio aquel, vestido de saco y corbata con un anillo mirando todos la prueba de amor por mi: yo frente a quien debo amar hasta que duela " y asi "hasta que la muerte nos separe"
Ahí pude ver cuan vanidoso somos cuando creemos conducirnos con nuestras conciencias y no ser como niños al tiempo que me daban tiempo antes de ese juicio ante lo siempre fiel y eterno que es capaz de ver y en juciar hasta lo profundo de nuestras oscuras y torcidas conciencias que solo buscan despreciar su decretos.
Saludos y feliz navidad!
29/12/16 6:20 PM
  
Néstor
El proceso de la Revelación divina, según la fe católica, terminó con la muerte del último Apóstol, y no hay que esperar otra Revelación pública más hasta la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo.

Saludos cordiales.
29/12/16 7:47 PM
  
Alonso Gracián
Antonio1,

son menos procesos de lo que ud cree.

Por cierto, como bien ha comentado Néstor, la Revelación terminó, no hay progreso. Tampoco hay progreso doctrinal. A lo sumo, aumenta nuestra comprensión, no el Depósito.
29/12/16 7:54 PM
  
Alonso Gracián
carmelo,

no sé si habrá vanidad en Häring, pero en su obra lo que hay es mucha soberbia.

Me gusta cómo lo ha expresado:

«Habría enfrentado los ciclones huracanes, la brava mar, difíciles situaciones en muchos lugares pero jamás hubiera podido lograr una sola ni mucho menos “la de amar a una sola persona para siempre” si aquello eterno e inmutable, fijo y estable no hubiese tocado el centro de mi alma.»
29/12/16 8:01 PM
  
Palas Atenea
En un proceso constante habría que pensar que, entre lo que dijo Jesucristo y lo que nosotros creemos, ya no hay ni siquiera afinidad. La Tradición es imposible y Dios Padre tendría que enviar a su Hijo cada generación para que lo crucificásemos de nuevo y con un mensaje adaptado a la historia. Lo cierto es que sabemos que no es así, y si no es así no podemos estar en constante proceso de transformación, si de comprensión, como apunta Alonso. No podemos "mejorar" el mensaje ni hacerlo irreconocible sólo rumiarlo constantemente.
29/12/16 8:49 PM
  
carmelo
Don Alonso gracias por su comentario y por tomarnos en cuenta.
Asi es es mucha soberbia. Por la vanidad pienso que tambien es porque esta deslumbrantemente embaladas y hacen que sus autores tengan la aceptación querida, la fama y el statu quo, de hecho debemos saber que hoy son la mayoria que le aplauden eso. Es un decir son los iluminados, son los mas buenos que el bueno, son la misericordia esperada la que siempre fue negada por la iglesia de siempre.
Vanidosamente se vende gato por liebre, es un venderle humo a la gente, una salvación o camino virtuoso adecuándolo a su " situación" y en su zona de confort. Una persona vanidosa espera no ser visto en su interior el vacío que lleva ni las cadenas que arrastra, da signos de “fidelidad en la infidelidad” (es posible esto?), da signos de gracia aun sosteniendo un pecado grave (mortal como el adulterio) es posible esto? Pues para la vanidad si es posible porque para ella su fama y vestimenta es lo que interesa y Ella es por lo que figura y hace no por lo que es. El fin justifica sus medios, su situación y siempre quire ser visto como el bueno, y los demas "los malos".
Al vanidoso no le interesa quien ni cual es la verdad, a este solo le interesa su persona “antropocentrismo del que nos hablas en el post”. Si ve antes de quedar mal y tachar su imagen, prefiere (el vanidoso) en lugar de responder un juicio recto, optar por lavarse la manos y encontrar "la garantía en los votos " de otros que juzgaron por el. Así le paso a Pilatos ante la verdad que es una inmutable. Pero al final es siempre igual: ellos corren pero no llegaran lejos y sus iniciatibas son faciles desifrables ante la insondable sabiduria del eterno Justo, Padre del Cielo a quien los angeles del cielo cantan Santo, Santo, Santo es el Señor.
29/12/16 10:01 PM
  
Curro Estévez
Extraordinario. Gran trabajo Alonso, y verdaderamente aleccionador.
Mil gracias. Solo me pregunto por qué sigue habiendo personas preeminentes en la Iglesia que afirman que la Amoris Leticia no es lo que se lee en ella.
/EDIT/
_____________
A.G.:
Amigo Curro Estévez, gracias por el comentario. A.L. es oscura, ambigua, y además, se parece en exceso a estas teologias que estoy analizando.
Le edito su último comentario sobre el Papa, porque que controlemos todos muy bien lo que decimos de él. Espero lo comprenda.
29/12/16 11:39 PM
  
Eagleheart
O sea que antes que contestar dubias, mejor borramos AL.

No creo que pase pero sería mejor.

¡Saludos!
30/12/16 2:48 AM
  
Luis Fernando
La apostasía también es un proceso. Se empieza no condenando la herejía, se continúa dejando que la herejía le hable de tú a tú a la verdad y se acaba imponiendo la herejía y aplastando la verdad.
Menos mal que tenemos las promesas de Cristo. A ellas nos atenemos porque humanamente esto ya no tiene solución.
30/12/16 3:57 AM
  
Antonio1
Así es, la revelación terminó con el Apocalipsis. Aunque algunos parecen confiar más en pseudo revelaciones privadas y supuestas apariciones catastrofistas que no cesan. Pero la Revelación fue un proceso. Como es un proceso la capacidad de los hombres para entenderla plenamente.

La vida entera de principio a fin es un proceso, Dios lo ha querido así. Las concepciones inmovilistas de la existencia están sencilla y llanamente fuera de la vida. Son falsos clavos ardientes a los que algunos Se aferran para engañar a sus miedos y sus inseguridades.
Cristo es un camino, no es un clavo ardiendo.

No ha habido sistema social, político, humano inmovilista que no haya fracasado.
La idolatría del pasado, de lo que no se mueve es enfermiza e incapaz de resolver los problemas.

30/12/16 10:39 AM
  
Antonio1
Respecto a tu respuesta a Milton
Hay una importante falla que hace que tu razonamiento se caiga como un castillo de naipes.

No se puede matar inocentes.
Pero los redactores del Antiguo Testamento ( en su concepción aún imperfecta, en proceso, de Dios) hacen a Dios asesino de inocentes, en el diluvio, por ejemplo, también a niños, también a fetos en el vientre de sus madres. La orden a Saúl es genocida: matar a hombres,mujeres y niños.

Si partimos de una postura inmovilista , (no procesual y progresiva de la toma de conciencia de la verdadera naturaleza de Dios y sus exigencias morales) y si a eso le sumamos una interpretación literalista de la Biblia el cacao que os montáis es de aúpa. Gracias a Dios eso es algo que la Iglesia ha superado hace mucho, entre otras cosas gracias a una impresionante labor de teólogos de primera fila, de los grandes teólogos del siglo XX. Y ya son contados (y despistados) los que propugnan que Dios ordenó matar realmente a mujeres y niños, y fetos en el vientre de sus madres.
Y los que propugnan una moral cristiana despersonalizada.




30/12/16 11:26 AM
  
Alonso Gracián
Antonio1,

la ley natural, que es la misma ley eterna, no cambia, porque no es un invento humano, es la sabiduría misma de Dios, y no hay mutaciones en la sabiduría de Dios.

Respecto a lo que dices de la Escritura, recordarte que es el magisterio el único intérprete válido, no el libre examen. Y el magisterio nos recuerda claramente NO MATARÁS.

El aborto siempre será ilícito, siempre será un crimen. El asesinato siempre será un crimen. No hay progreso en esto, es lo que hay.

La doctrina de la Iglesia siempre considerará que es pecado todo aquello que transgreda los mandamientos de la ley moral: siempre estará mal mentir, siempre estará mal el adulterio, siempre estará mal el aborto, siempre estará mal la anticoncepción, etc., etc.

No hay progreso, si entiendes por progreso que lo que ahora esté mal, mañana esté bien. La ley moral ha sido inscrita por Dios en la propia naturaleza humana, y recordada por la Revelación. Apartarse de ella es suicida. No podemos cambiarla ni introducir procesos de cambio en ella, porque no somos sus autores. No es un constructo, como piensa el nominalismo. Debes desprenderte de tu perspectiva nominalista para poder entenderla, y apreciar que su eternidad e inmutabilidad no es inmovilismo, sino que precisamente permite y suscita todo movimiento de vida, toda salud.

Porque, como dije antes, la ley moral es la misma sabiduría divina, y alejarse de su sabiduría (de su ley) es autodestruirse.
30/12/16 11:48 AM
  
Jordi
Todas estas interrelaciones entre filosofía alemana y teología romana, en mi opinión, superan y desbordan a cualquiera: es entrar en una locura espinosa de proposiciones filosóficas sin referencia a Dios.

Sólo leer a Kant y Hegel supone un gran drama psicológico de entrada en una galaxia Absolutamente Cerrada y Centrada sobre sí misma: autorreferencial a rabiar. Sus dos autores, Kant (+1804) y Hegel (+1831), fueron dos inteligentes pretenciosos ilustrados que quisieron crear, como dioses, la Filosofía Total.

Ya el filósofo Friedrich Schelling resaltó la "deificación necesaria del hombre" (nothwendige Gottwerdung des Menschen) en "Bruno o sobre el principio divino y natural de las cosas", 1802. De ahí surgiría el concepto final de Obra de Arte Total de Wagner: el hombre, dios de sí mismo. Creídos y pretenciosos, muy inteligentes, pero orgullosos... y cayeron...

/EDIT/

Lo único que lo salvaría sería la filosofía aristotélico-tomística, de 2.300 años de desarrollo. Y sentido común, sí, el del porquero y Agamenón...
__________ __________
A.G.:
Jordi, te agradezco el comentario, muy interesante. Pero tengo que editar la parte en que hablas del Papa, prefiero que nos ciñamos única y exclusivamente a las ideas, a Häring y a AL, como he hecho yo en el post, sin hablar personalmente de Francisco.

Te ruego lo comprendas. Muchas gracias.
31/12/16 2:32 AM
  
Alonso Gracián
Amigos del blog,

quisiera que en los comentarios nos limitemos a hablar de las ideas, sin entrar a valorar personalmente a Francisco. Por eso, editaré toda referencia personal. Os ruego lo comprendáis. Pero creo que es más aséptico, más sano para el blog, y más interesante, intelectualmente hablando, limitarnos a las ideas.
31/12/16 10:35 AM
  
Forestier
Algunos esbozos sobre Hegel en relación al post: Para Hegel “lo real es lo racional y lo racional es lo real”, en cambio lo empírico, lo particular sensible, no es real por irracional. (es un concepción similar a la percepción budista e hinduista) Sumergido en el panteísmo del espíritu absoluto y en su pannlogismo, considera que el primer trascendental no es el Ser, sino la Verdad. Sus errores derivan de la confusión de la verdad con la noción de “todo”, ya que el “todo” hegeliano es la concordancia total, el acuerdo de los opuestos, de los contrarios, de la verdad con el error. Pero sostener que en en el conocimiento el error es indispensable y necesario, es inaceptable Sostener que se alcanza la verdad en la misma medida en que se suprime el error, equivale a señalar que el error es una necesidad para poder llegar a la verdad. De ahí que Hegel considere que Dios necesita del mundo, se compone del mundo, se alimenta de él.

31/12/16 1:43 PM
  
Alonso Gracián
Forestier:

interesante su comentario. Lo reflexionaré.

La explicación que da de " Sostener que se alcanza la verdad en la misma medida en que se suprime el error,"

no la termino de pillar del todo.
31/12/16 2:09 PM
  
Forestier
Te paso algunos fragmentos de mi libro "Entender a Leonardo Polo": En la dialéctica de Hegel hay un resto de fisicalismo al intentar suprimir lo empírico para llegar al saber absoluto, olvidándose de que el conocimiento no está contaminado de materialidades. Su idealismo se nutre de lo material, su dialéctica es una pugna entre el conocimiento y la realidad física, perjudicial para ambos. El saber absoluto sólo conserva lo inteligible, y fuera queda lo que no es real, lo irracional, constituido por un inmenso basurero de cáscaras empíricas, que es lo suprimido en el proceso. Si lo real es lo racional; como real y como racional, entonces el absoluto se constituye absorbiendo lo irreal. lo empírico. Esto es falso sin más. ¡El conocimiento, la operación cognoscitiva inmanente conocer-conocido, no necisita nada, no quita nada a la realidad material!. El conocer es acto, no está hecho con materiales. Hegel en vez de la abstracción utiliza la extracción, para él, la forma no está en la materia informando su cognoscibilidad (Aristóteles), sino que el ente material está en el conocimiento, con lo que se ve obligado a echar fuera la materialidad para obtener el absoluto y dejar un desecho.
31/12/16 2:48 PM
  
Alonso Gracián
Interesante.

O sea, según eso, todo el saber queda reducido a un mentalismo incapaz de aprehender esencias, disuelto en movimiento infinito de conceptos. La realidad es transmutada a idea.
31/12/16 2:51 PM
  
Mario
El problema de Häring y de los que se adhieren a un sistema filosófico predeterminado es similar al que descubrimos a continuación:

Si alguien dice «Sí, pues yo soy assistant category manager en la empresa líder de distribución al por menor de productos de belleza. Colaboro en la consecución de los objetivos de venta», pueden pasar dos cosas: que la mente de tu interlocutor desconecte en la cuarta palabra, o que si ha estado atento, a poco listo que sea, piense «tú vendes colonias, cabrón»

Häring yerra en la siguiente afirmación: «Cierto es que de los casos particulares se deduce la ley general; pero es cosa grave en demasía que a lo exigido a todos no haya de añadirse nada, teniendo en cuenta los dones individuales de cada uno.»

De un sólo caso particular se deduce, más bien se induce, la ley general y ése es el motivo por el que todos estamos sujetos a ella con independencia de cualquier circunstancia ajena a esa ley. La ley no es un acuerdo entre diferentes sujetos sobre lo que está bien o está mal.

Todo personaje destacado en la Biblia establece una relación unívoca (una sóla voz) entre Dios y su pueblo. Aunque se hable de los profetas nunca se hace sin olvidar que cada uno de ellos exhortaba en nombre de Dios, pero a título propio, coincidiendo en su declamación.

Con sólo decir que la historia del hombre, de cada hombre, queda circunscrita al período comprendido entre su nacimiento y muerte y al discernimiento de la Ley según los Libros de la Revelación, histórica por sí misma, es suficiente para encuadrar a Häring y a todos los que se le oponen. Para exponer públicamente al teólogo redentorista es suficiente con las palabras de Pío XII. El resto de filósofos, incluido ese tal Polo, no aportan nada al debate.

Por este mismo motivo, cualquier crítica a Amoris Laetitia debe ser hecha a partir de la Revelación y el Magisterio anterior.


31/12/16 5:14 PM
  
Antonio1
Te agradecería que contestaras a los temas que planteó.

Es evidente en que hay un camino a trvés del cual el hombre descubre la verdad De Dios y la verdad moral.

Es evidente que hubo una época en que a l amujer nl se le reconocía igual dignidad que al varón.

Es evidente que hubo una época en que la esclavitud era un hecho que no se discutía.

Es evidente que hubo una época en que la Iglesia utilizaba la tortura más repugnante para arrancar unas confesiones de unas pobres gentes.

Es evidente que la lucha por la dignidad ha sido fruto de un proceso duro , complejo, a veces lleno de prejuicios (la defensa de forma absoluta aquello que se desconoce)

Y por favor te agradecería que contestaras a mis cuestiones sobre la muerte de inocentes "por orden" de Dios en el Antiguo Testamento.

P.D. No he usado la palabra progreso. Es una palabra que no me gusta. Pero eso ya lo explicaré en otra ocasión.
31/12/16 6:20 PM
  
Forestier
Antonio 1: Tus asertos sin pasar por la criba crítica, tienen un cierto aroma de pijo-progre-chupi-guay. Porque fíjate/EDIT/:
-Es evidente que no sólo hubo una época, sino en casi todas las épocas, la Iglesia católica ha canonizado más de 3000 mujeres (esto si es verdadero y sano feminismo)
-Es evidente que la Iglesia es la única institución que muestra una larga lista de Padres de la Iglesia, que destacan por su santidad, su gran sabiduría y su equilibrio psíquico
-Es evidente que varios de los más prestigiosos pensadores, filósofos, artistas, científicos, etc., que ha dado la historia humana, son fieles de la Iglesia católica.
-Es evidente que las más de 50 primeras Universidades del mundo occidental: Bolonia, 1088, Oxford, 1095, Cambridge,1209, Palencia, 1208, Salamanca,1218, Padua, 1222, Nápoles, 1224, París, 1275), etc., etc., fueron mayormente promovidas por los Pontífices de la Iglesia C, y algunas por Reyes o Emperadores. (ya no me alargo más, pero si lo demandas te daré más evidencias) .
__________ ________
A.G.:
Edito la alusión personal. Seamos respetuosos.
31/12/16 7:11 PM
  
José Díaz
A.G., gracias una vez más por arrojar haces de luz sobre una cuestión tan compleja. Es extraordinario también el comentario de Esteban de Alemania. Reflexionando sobre todo ello, encuentro cada vez más incontestable su tesis de que el virus nominalista es la raíz de esos fenómenos que vd mismo ha dado en llamar Catolicismo Reducido y Gran Impostura de la civilización occidental.
Como Esteban de Alemania, también considero inquietante la afirmación, presente ya en Evangelii Gaudium, de que son más importantes los procesos que los espacios. Encuentro plausible la tesis de que ahí subyace un pensamiento historicista de corte hegeliano. Creo que también debe tenerse en cuenta otro elemento, y es el hecho de que, muy a menudo, los historicismos contienen una fuerte carga de evolucionismo. Sabemos, en efecto, que lejos de constituir una mera teoría sobre mecanismos biológicos, la teoría de la evolución ha sido aplicada con frecuencia a los más diversos campos y disciplinas, inspirando formas de pensamiento y convirtiéndose en una suerte de modelo o paradigma. Su tesis fundamental consiste en la afirmación de que, como en los seres vivos, también en las sociedades humanas existe una evolución, un progreso que siempre se desarrolla hacia delante, desde formas y fórmulas inferiores a otras superiores y más perfectas. En la historia de la Iglesia no han faltado herejías provistas de un determinado componente historicista, desde Giacomo di Fiore a Teilhard de Chardin, de un evolucionismo aún no darwinista el primero y pretendidamente científico el del segundo. Esta tentación evolucionista no está del todo ausente en quienes conciben el 'aggiornamento' conciliar en términos de aceptación de cuanto proviene del mundo. La detestable expresión 'ir con los tiempos' expresa cómo se concibe ese supuesto progreso hacia delante. Es el movilismo hacia no se sabe dónde, nunca, desde luego, hacia Aquél que es "el que es, el que era y el que viene" (Ap 1, 4). Movilismo historicista que es el que mueve a quienes, haciendo suya la hermenéutica conciliar de la ruptura, como diría Benedicto XVI, reinterpretan la herejía de Fiore en el sentido de una pretendida evolución desde la Iglesia jerárquica a una Iglesia profética. Pero no debemos permitirlo. Digamos alto y claro que la Iglesia es el Cuerpo Místico y la Esposa sacratísima de Aquél a cuyo encuentro, por Ella y en Ella, nos encaminamos. Un abrazo. Feliz Navidad y un nuevo año repleto de bendiciones de Cristo el Señor y de María Inmaculada
31/12/16 7:38 PM
  
Alonso Gracián
Antonio1,

no puedo entrar a analizar en detalle cada una de sus proposiciones, porque me harían falta varios posts. Pero esta explicación tal vez le sirva:

La ley moral es la misma ley eterna, que no es sino la sabiduría de Dios, participada por criatura. El ser humano recibe, no crea la ley moral.

Pero a la hora de conocerla y practicarla, está presionado, influido, obstaculizado por el pecado y la debilidad de su naturaleza caída. Por tanto, necesita de la Revelación, que se la reproponga y confirme, y de la gracia, que le auxilie para cumplirla. A medida que Dios le auxilia, va comprendiendo y conociendo mejor la ley moral. Aumenta la comprensión personal a medida que Dios mueve y libera.

La influencia del cristianismo en los pueblos y sociedades ha sido, en este sentido, considerable, porque ha contribuido a conocer debidamente la ley natural y respetarla en sus leyes e instituciones.

Hay varios puntos del Catecismo que podrían ayudarle. Se los copio, no sin antes recomendarle el post de Néstor Martínez: Dios no es injusto, que le ayudará a resolver sus dudas respecto a las acciones de Dios.

No olvide que no podemos juzgar temerariamente las acciones divinas, porque Dios no comete injusticias, y lo que no entendemos, es fruto del pecado en nosotros, que nos ofusca la razón, y de la tentación de interpretar la Escritura a nuestra manera, y no conforme al Magisterio. Los dones del Espíritu Santo nos abrirán los ojos, para comprender la justicia de Dios en todo cuanto hace. Dios, por eso, no hace nunca el mal, y si creemos que mata malvadamente inocentes, es que no entendemos su Palabra. Mejor suspender el juicio.

1957 La aplicación de la ley natural varía mucho; puede exigir una reflexión adaptada a la multiplicidad de las condiciones de vida según los lugares, las épocas y las circunstancias. Sin embargo, en la diversidad de culturas, la ley natural permanece como una norma que une entre sí a los hombres y les impone, por encima de las diferencias inevitables, principios comunes.

1958 La ley natural es inmutable (cf GS 10) y permanente a través de las variaciones de la historia; subsiste bajo el flujo de ideas y costumbres y sostiene su progreso. Las normas que la expresan permanecen substancialmente valederas. Incluso cuando se llega a renegar de sus principios, no se la puede destruir ni arrancar del corazón del hombre. Resurge siempre en la vida de individuos y sociedades:

«El robo está ciertamente sancionado por tu ley, Señor, y por la ley que está escrita en el corazón del hombre, y que la misma iniquidad no puede borrar» (San Agustín, Confessiones, 2, 4, 9).

1959 La ley natural, obra maravillosa del Creador, proporciona los fundamentos sólidos sobre los que el hombre puede construir el edificio de las normas morales que guían sus decisiones. Establece también la base moral indispensable para la edificación de la comunidad de los hombres. Finalmente proporciona la base necesaria a la ley civil que se adhiere a ella, bien mediante una reflexión que extrae las conclusiones de sus principios, bien mediante adiciones de naturaleza positiva y jurídica.

1960 Los preceptos de la ley natural no son percibidos por todos, sin dificultad, con firme certeza y sin mezcla alguna de error. En la situación actual, la gracia y la revelación son necesarias al hombre pecador para que las verdades religiosas y morales puedan ser conocidas “de todos y sin dificultad, con una firme certeza y sin mezcla de error” (Concilio Vaticano I: DS 3005; Pío XII, enc. Humani generis: DS 3876). La ley natural proporciona a la Ley revelada y a la gracia un cimiento preparado por Dios y armonizado con la obra del Espíritu.


Recuerde que nuestra comprensión puede aumentar, pero no el Depósoto de verdades reveladas. La ley moral no cambia, está inscrita en nuestra naturaleza. Pero podemos mejorar nuestro conocimiento de ella.

A medida que la influencia del cristianismo se fue haciendo patente en diversas culturas, éstas fueron mejorando moralmente. Y a la inversa, la pérdida de influencia, y sobre todo la apostasía, produce el rechazo y abandono de la ley moral, como observamos hoy día con la cultura dela muerte, que rinde culto al aborto, la infidelidad, la anticoncepción, el adulterio...

Saludos
31/12/16 7:42 PM
  
Alonso Gracián
José Díaz:

Interesantísimo su comentario. Prometo hablar del evolucionismo, el hegelianismo, etc, en otro post. Por ahora, con este, que ya de por sí es largo y denso, tenemos bastante. No quiero atormentar a mis lectores, jejeje

Coincido con su análisis.

Feliz y santa Navidad.
31/12/16 7:59 PM
  
Palas Atenea
José Díaz: Un apunte: creo que te refieres a Joaquin di Fiore. En cuanto al evolucionismo empieza a ser problemático para la ideología de género y el feminismo radical. Está siendo orillado últimamente. ¿No te has dado cuenta?
31/12/16 8:20 PM
  
Curro Estévez
Lo comprendo muy bien, Alonso. Estoy bastante calentito, discúlpeme.
Gracias de nuevo; que el Señor le bendiga.
31/12/16 8:52 PM
  
Mario
"Es evidente en que hay un camino a trvés del cual el hombre descubre la verdad De Dios y la verdad moral."

Sí, pero muy pocos llegan a conocer esa verdad por sus propios medios. Se ven obligados a cabalgar sobre lo que dicen otros anteriores y, ni aún así, pueden llegar a decir más que los que dijo Sócrates "Sólo sé que no sé nada". Díganos qué ha descubierto usted sobre "la verdad De Dios y la verdad moral." que no le hayan enseñado antes. En cualquier época, el pensamiento racional queda limitado a la realidad que le circunda sin poder atisbar nada de lo que todavía no ha ocurrido.

Ésa es la diferencia entre los filósofos y los profetas. El filósofo, del tipo que sea, podrá discurrir un nuevo método de pensamiento (nominalismo, empirismo, cartesianismo, idealismo, existencialismo, ontologismo, budismo, historicismo...) con el que explicar, parcialmente, la realidad en un momento determinado de la historia por lo que nunca acertará en sus previsiones. La profecía se escribe en un tiempo pasado y se cumple a lo largo de la historia. Si no, se rechaza tanto al profeta como a la profecía pero lo último que se hace es cambiar su contenido. Para un cristiano todo aquello que salga, directa o indirectamente, de las Escrituras canónicas, cuyo centro neurálgico es Jesucristo, es palabra de hombre y no Palabra de Dios.

Podría decirle que detrás de cada incursión normativa en la naturaleza humana (esclavitud, asesinato, divorcio, genocidio, aborto, género...) hay siempre un fracaso de otro tipo que se busca resolver con un chivo expiatorio pero eso no es suficiente para considerarlo como motor de la historia. Nos guste o no, la palabra revelada es la única explicación completa del hombre. Se aprecia en la sonrisa de quienes viven de acuerdo con ella que a diferencia de los animales, que también se ajustan a la ley natural, no lo hacen. En eso, y en que la mujer procede de la carne del hombre (únicamente la genética del hombre condiciona el nacimiento de un varón o una mujer), nos distinguimos.
31/12/16 9:35 PM
  
Antonio1
Forester,
Estoy completamente de acuerdo con todo lo que has dicho. Por algo soy miembro dela Iglesia. No ha habido institución tan fecunda en la historia de l humanidad.
Así que suscribo de cabo a rabo todo lo que dices (de la Iglesia, no de mí). Lástima que eso no tenga nada que ver con lo que digo ni sea respuesta a nada de lo que afirmó.
01/01/17 1:38 PM
  
Antonio1
Alonso, estoy completamente de acuerdo con todo lo que afirmas, como no podría ser de otra forma, no recuerdo haber escrito nunca una sola línea contraria al catecismo. Lástima que nada de eso responda niña lo que digo ni a tu rechazo a la teología en la que se basa el santo padre.

Lo que sí es poco acertado en mi opinión es tu siguiente comentario:
"No olvide que no podemos juzgar temerariamente las acciones divinas, porque Dios no comete injusticias, y lo que no entendemos, es fruto del pecado en nosotros, que nos ofusca la razón, y de la tentación de interpretar la Escritura a nuestra manera, y no conforme al Magisterio. Los dones del Espíritu Santo nos abrirán los ojos, para comprender la justicia de Dios en todo cuanto hace. Dios, por eso, no hace nunca el mal, y si creemos que mata malvadamente inocentes, es que no entendemos su Palabra. Mejor suspender el juicio."

Más que nada porque se aorta de la comprensión que de la escritura aporta hoy la Iglesia, y a nivel apologético es bastante deficiente. Pocas personas intelectualmente preparadas se acercaran a un Dios abiertamente incomprensible y alejado del Dios amor del NT."

Quizás sería bueno que profundizaras en este texto de la Pontifica Comisión Bíblica, que me consta que es muy querido por el Santo Padre, y que es fundamental hoy en la Iglesia para el acercamiento a las Sagradas Escrituras. :

De la interpretación de la Biblia en la Iglesia:

"19 F. Lectura fundamentalista
La lectura fundamentalista parte del principio de que, siendo la Biblia Palabra de Dios inspirada y exenta de error, debe ser leída e interpretada literalmente en todos sus detalles. Por "interpretación literal" entiende una interpretación primaria, literalista, es decir, que excluye todo esfuerzo de comprensión de la Biblia que tenga en cuenta su crecimiento histórico y de su desarrollo. Se opone, pues, al empleo del método histórico-crítico, así como de todo otro método científico para la interpretación de la
Escritura...
Aunque el fundamentalismo tenga razón de insistir sobre la inspiración divina de la Biblia, la inerrancia de la Palabra de Dios, y las otras verdades bíblicas incluidas en los cinco puntos fundamentales, su modo de presentar estas verdades se enraiza en una ideología que no es bíblica, a pesar de cuanto digan sus representantes. Ella exige una adhesión incondicionada a actitudes doctrinarias rígidas e impone, como fuente única de enseñanza sobre la vida cristiana y la salvación, una lectura de la Biblia que rehusa todo cuestionamiento y toda investigación crítica.
El problema de base de esta lectura fundamentalista es que, rechazando tener en cuenta el carácter histórico de la revelación bíblica, se vuelve incapaz de aceptar plenamente la verdad de la Encarnación misma. El fundamentalismo rehuye la relación estrecha de lo divino y de lo humano en las relaciones con Dios. Rechaza admitir que la Palabra de Dios inspirada se ha expresado en lenguaje humano y que ha sido escrita, bajo la inspiración divina, por autores humanos cuyas capacidades y posibilidades eran limitadas. Por esto, tiende a tratar el texto bíblico como si hubiera sido dictado palabra por palabra por el Espíritu, y no llega a reconocer que la Palabra de Dios ha sido formulada en un lenguaje y en una fraseología condicionadas por tal o cual época. No concede ninguna atención a las formas literarias, y a los modos humanos de pensar presentes en los textos bíblicos, muchos de los cuales son el fruto de una elaboración que se ha extendido por largos períodos de tiempo, y lleva la marca de situaciones históricas bastante diversas.
El fundamentalismo insiste también, de un modo indebido, sobre la inerrancia de los detalles en los textos bíblicos, especialmente en materia de hechos históricos, o de pretendidas verdades científicas. Frecuentemente considera como histórico lo que no tenía pretensión de historicidad, porque incluye en tal categoría cuanto es referido o narrado con verbos en pretérito, sin la atención necesaria a la posibilidad de un sentido simbólico o figurativo.

En lo que concierne a los evangelios, el fundamentalismo no tiene en cuenta el crecimiento de la tradición evangélica, sino que confunde ingenuamente el estadio final de esta tradición (lo que los evangelistas han escrito) con el estadio inicial (las acciones y las palabras del Jesús de la historia). Descuida por eso mismo un dato importante: el modo como las primeras comunidades cristianas han comprendido el impacto producido por Jesús de Nazareth y su mensaje. Ahora bien, éste es un testimonio del origen apostólico de la fe cristiana y su expresión directa. El fundamentalismo desnaturaliza así la llamada lanzada por el evangelio mismo.
El fundamentalismo tiene tendencia también a una gran estrechez de puntos de vista, porque considera conforme a la realidad una cosmología antigua superada, solamente porque se encuentra expresada en la Biblia. Esto impide el diálogo con una concepción más amplia de las relaciones entre la cultura y la fe. Se apoya sobre una lectura no crítica de algunos textos de la Biblia para confirmar ideas políticas y actitudes sociales marcadas por prejuicios, racistas, por ejemplo, y completamente contrarias al evangelio cristiano.

El acercamiento fundamentalista es peligroso, porque seduce a las personas que buscan respuestas bíblicas a sus problemas vitales. Puede engañarlas, ofreciéndoles interpretaciones piadosas pero ilusorias, en lugar de decirles que la Biblia no contiene necesariamente una respuesta inmediata a cada uno de sus problemas.

El fundamentalismo invita, tácitamente, a una forma de suicidio del pensamiento. Ofrece una certeza falsa, porque confunde inconscientemente las limitaciones humanas del mensaje bíblico con su substancia divina. "

El último párrafo es sencillamente magistral.
01/01/17 2:00 PM
  
Alonso Gracián
Antonio1,

lástima que no te haya servido para nada mi exégesis, jeje. Por lo menos estás de acuerdo con la cita que te he puesto del catecismo, :D. Imagino que, dado que eres católico, también lo estarás con sus implicaciones al respecto de la ley moral y su no progreso. ¿o no?
01/01/17 2:06 PM
  
Jordi
"...No quiero atormentar a mis lectores, jejeje..."

Quiero insistir en mi personal idea, no hay que enredarse en la filosofía alemano-austríaca de Kant, Hegel, Nietzsche, Marx, Wittgenstein y Heidegger.

Mirar de lejos a la filosofía alemana y austríaca, relativizarla, tomar sus cuestiones interesantes, y luego huir rápido del bosque de los filósofos teutones, porque como dijeron los hermanos Grimm, cuando siente que alguien se pasea por ella, sus tentáculos y gases hipnóticos actúan deprisa.

Las filofosías, sobre todo de Kant y Hegel, son inteligentes pero realizadas con la intención de crear, como dioses, un Sistema Filosófico Total y Absoluto, roto del todo de cualquier relación con Aristóteles.

Las tesis doctorales relevantes sobre Kant y Hegel, he observado que su doctor ha de pasar por dos salas de tortura:

1. Aprender el alemán filosófico del siglo XVIII y XIX
2. Consultar el Cuerpo de Obras y Escritos Auténticos y Canónicos, incluidos cartas y manuscritos

El corazón de la filosofía alemana y austríaca se fundamenta no en el "seréis como dioses" del Edén, sino en el estadio superior de Babel, el ser directamente dioses, no "como dioses":

"Edifiquemos una ciudad [la Obra Total], y también una torre [= mi pensamiento filosófico] cuya cúspide llegue hasta el Cielo [= dar la patada a Dios], para perpetuar nuestro nombre y no dispersarnos por toda la tierra [= ser famosos hoy y siempre]".

"Y usaron ladrillos en lugar de piedra, y el asfalto les sirvió de mezcla". Esto es: los avances científicos y tecnológicos del siglo XVIII los enorgullecieron y ensoberbecieron en una orgía de egolatría.

Mordieron la manzana y dijeron lo que era el Bien y el Mal, la Verdad y la Justicia según su pensamiento.

Y luego, endiosados de sí mismos, ciegos de jactancia y engreimiento, fueron al ataque contra Dios como si fueran dioses, y tomaron los ladrillos para expulsar al mismo Dios del Cielo, el Edén divino, porque les molestaba como "competidor" con sus Mandamientos.
01/01/17 5:33 PM
  
José Díaz
Palas Atenea, me refiero, en efecto, a Joaquín de Fiore. Creo que en mi comentario anterior erré en el nombre de pila de di Fiore al traducir erróneamente Giacomo por Joaquín, cuando lo correcto es Gioachino. Discúlpeme.
A.G., la apelación de B.Häring a la creatividad de la conciencia me ha hecho recordar algo: en Informe sobre la Fe, la célebre entrevista que le hiciera hace treinta años Vitorio Messori, hay un momento en el que el cardenal Ratzinger se refería a la frecuente invocación a la creatividad de los ministros celebrantes para justificar los abusos litúrgicos. Da la impresión de que la creatividad es una suerte de altar de Moloch en el que puede sacrificarse todo, desde la doctrina bimilenaria de la Iglesia al culto agradable a Dios. En realidad, donde se dice 'creatividad' lo que se significa es un radical antropocentrismo, la pretensión genesíaca de querer ser como Dios. De nuevo y abrazo y Feliz Año a todos en Cristo
01/01/17 9:54 PM
  
Alonso Gracián
José Díaz:

Dice: da la impresión de que la creatividad es una suerte de altar de Moloch en el que puede sacrificarse todo

Es interesante relacionar la creatividad de la conciencia con la creatividad en el culto a Dios. Van muy unidas, desde luego, porque al afirmar la creatividad de la conciencia se afirma que el ser humano puede agradar a Dios a su manera, desde los movimiento caprichosos de su subjetividad. En el fondo, es el voluntarismo, que lo impregna todo. El hombre el centro, Dios en la periferia.
02/01/17 11:33 AM
  
Jordi
"El hombre el centro, Dios en la periferia."

No es correcto en absoluto: el hombre-dios en el centro y periferia, Dios expulsado y eliminado, sin recuerdo de su existencia.

Ojalá estuviera Dios en la periferia, significaría que está en algún sitio.
02/01/17 2:16 PM
  
Alonso Gracián
Jordi,

con lo del hombre en el centro y Dios en la periferia no me refería al ateísmo, sino al voluntarismo creyente, enfermedad que afecta a muchos católicos, a la mente católica moderna, al catolicismo reducido, nominalista, antropocéntrico. Es la toxina que afecta al situacionismo, que no es talmente ateo, pues cree en Dios, pero lo relega a la periferia y en el centro pone al ser humano.

Me refiero, pues, al voluntarismo religioso, no al voluntarismo ateo, tipo Nietzsche.
02/01/17 3:17 PM
  
carmelo
Lucas 15:17 "Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre!",
Oseas 2:9 perseguirá a sus amantes y no los alcanzará, los buscará y no los hallará. Entonces dirá: «Voy a volver a mi primer marido, que entonces me iba mejor que ahora.»
Mientras nuestra podredumbre nos ofrece una "conciencia creativa, una ternura complice" que nos pueda dar lo que queremos en medio del lodo de la muerte (tipico boleto de viaje del que busca eludir las concecuencias de sus actos haciendoce su propio juez definitivo y absoluto), la sagrada escritura nos habla de la "gnosis", "hagan esto en memoria mia" " el interior del hombre" , ahi donde se dan los elementos de juicios sostenidos por su origen y su ley natural de esencia y la Gracia florece. En medio de esa oscuridad concreta y proxima en el hoy, la salida no es seguir ahi ni proponer algo distinto a aquello que Cristo enseña, sino regresar, entrar en si mismo, reconocer el origen, "conciderar tus caminos"Sal119), en lugar a esto, filosofos (como ese al que rwfiere Don Alonso en su post), y (apostatas y pastores infectados) llenos de vanidad y sobervia y infectados de tanta intentan nublar esa conciencia, ese espacio; es lo que se podria decir mediante una aliniacion de la razon lo que al final encuentra una anulacion de la conciencia. Por ejemplo no deficil ya encontrar un catolico que YA piense y defienda la idea de que no hay pecado (no existe nueva culpa) en sosteniendo una nueva familia estando casado con otra aun viva (con matrimonio valido canonixamente).
Este es la perdicion total, donde el lugar quebhan de generarce los juicios de valor perdio su esencia, su origen, y dejo de mirar a Lasaro en el seno de abran para abrazar el fueo eterno. Aqui no hay ya retorno.
02/01/17 7:01 PM
  
Luis Fernando
Ese texto no magisterial sobre la interpretación de la Escritura en la Iglesia, que cita Antonio1, es mayormente basuriento, una repelente concesión neobultmaniana al liberalismo teológico en su versión exégesis bíblica.

Muestra un absoluto desprecio a lo que ha sido la exégesis bíblica tradicional de la Iglesia Católica equiparándola al literalismo del fundamentalismo protestante.

Es el problema de la contaminación herética del protestantismo liberal en el seno del catolicismo de finales de la segunda mitad del siglo XX. Pretender que para alejarnos del protestantismo evangélico hiperliteralista hay que asumir las tesis de los protestantes liberales es como pretender que para salvarse de la peste hay que echarse en manos de la malaria y el cólera.

Habrá que ver si llega una nueva generación que deje atrás esa peste y recupere el sensus católico en ese área. De momento, 23 años después de escrito ese texto, el nivel de exégesis en el catolicismo sigue en la UCI. No ha salido nada, literalmente nada, que merezca la pena, salvo aproximaciones históricas a Cristo heréticas.
03/01/17 12:55 AM
  
Luis Fernando
Ah, y una cosa más. Por supuesto, estoy mucho más cerca espiritualmete hablando de cualquier protestante evangélico hiperliteralista que de la caterva de liberales pagolistas, ravasianos y kasperitas que están en proceso de convertir la Iglesia de Cristo en una copia bastarda del liberalismo apóstata.
El evangélico fundamentalista al menos cree de verdad que la Biblia es Palabra de Dios. Los otros piensan que es un producto humano, si acaso con cierto aroma trascendental. Bah, no tienen fe ni cosa que se le parezca. Y son ladrones de la fe del pueblo de Dios.
03/01/17 1:01 AM
  
Alejandro
Eres un grande Alonso Gracián. Sigue... Sigue escribiendo.
03/01/17 6:30 AM
  
carmelo
Luis Fernando, de verdad eso que dices del hermano que nada.
Se llama pesca en rio revuelto el de los “hermanos que se alejan”, si porque hermanos separados, hermanos esperados, hermanos mayores, jajaja, hay otros más, “hermanos que se van de fiestas con los secuestradores” los que se los lleva la corriente jajajaj
03/01/17 4:06 PM
  
josep
hemos de tener en cuenta la norma moral objetiva, pero acompañar a las personas en ese camino...
03/01/17 9:12 PM
  
carmelo
Josep
Que acompañar no sea vender humo, ni ser piedra de tropieso, ni pensar que el fin justifica los medios.
Miremos como es que se hace eso, como quien dice donde esta Pedro esta la Iglesia:
Hechos 8:20-23
[20]Pedro le contestó: «Vaya tu dinero a la perdición y tú con él; pues has pensado que el don de Dios se compra con dinero.
[21]En este asunto no tienes tú parte ni herencia, pues tu corazón no es recto delante de Dios.
[22]Arrepiéntete, pues, de esa tu maldad y ruega al Señor, a ver si se te perdona ese pensamiento de tu corazón;
[23]porque veo que tú estás en hiel de amargura y en ataduras de iniquidad.»
04/01/17 1:39 AM

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