13.02.14

No me dirán ustedes que esto no tiene tela

Castellani

El teólogo José Antonio Pagola tiene por costumbre escribir comentarios del texto del Evangelio que, cada domingo, nos ofrece el Calendario litúrgico. Y eso está bien pues es lo que se espera de alguien como José Antonio Pagola.

Sin embargo, ya sabemos lo que puede pasar en según qué casos.

Para el próximo domingo, 16 de febrero, corresponde a los versículos 17 al 37 del capítulo 5 del Evangelio de san Mateo que dice esto:

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12.02.14

¿Por qué tenemos que soportar esto? Ni debemos ni nos da la santa gana

Unión Europea

Homofobia.

Esta palabra da para mucho. Es más, hay personas que se suben a sus espaldas para ganarse la vida.

Sirve, además, para atacar a quien no está de acuerdo con las posiciones que defienden sus acérrimos defensores.

Pero, por si esto no fuera, ya, suficiente, la cara dura de más de uno y la bajada de pantalones y de falta de más de otros y otras hasta consigue que lo que es el gusto sexual personal de unas personas se acabe imponiendo a la gran mayoría que no son de tal gusto sexual.

¿Es, esto, el mundo al revés o es un mundo de locos dominado por chiquilicuatres gays?

El caso es que una tal Ulrike Lunacek (aquí, de cuerpo presente), a la sazón eurodiputada austríaca perteneciente a lo más granado del Parlamento Europeo (Verdes et alii), ha conseguido no lo imposible, porque ya sabemos cómo está la cosa al respecto de lo políticamente correcto de la cobardía de muchos, pero sí lo que es insoportable.

Hace unos días, la columna “democrática” que sostiene a la vieja Europa ha votado a favor de un denominado “Informe Lunacek”. Esto es como si se pone al lobo a cuidar a las ovejas.

Decimos esto porque que se propicie que una persona, conocida lesbiana perteneciente a la izquierda más radical, informe acerca de la llamada “Homofobia” es como para tirar cohetes y ver cómo suben y explotan.

Ahora bien que no sólo se permita que tal persona informe sino que, además, se apruebe tal informe, es como demasié, algo como para decir que hay más de uno en Europa que no está bien de su caletre, sesera o cabeza.

Pero eso es lo que, exactamente, ha pasado.

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11.02.14

Un amigo de Lolo - Esa extraña virtud de la pureza

Hoy celebramos la festividad de la Virgen de Lourdes.

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Esa extraña virtud de la pureza

“Los niños que Dios más quiere son aquellos, de pantalón largo o medias, que en medio del huracán de las pasiones sostienen la llama de la pureza”.
Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (653)

Hay palabras que, por su escaso uso o la escasa aplicación práctica de las mismas, pueden acabar por perder el sentido que las diferencia de otras.

De algunas, además, huimos porque significan mucho para lo que es nuestra vida y no estamos dispuestos a que su semilla arraigue en nuestra tierra íntima.

Cuando, por si lo dicho no fuera ya suficiente como para mostrar lo que podemos llegar a ser no siendo lo que debemos ser, uno de los vocablos a los nos referimos puede mostrar unas claras diferencias entre los discípulos de Cristo y los que no lo son, bien podemos decir que el olvido de los mismos es, básicamente, perjudicial para nosotros. Y nos perjudica porque su puesta en ser nos construye y nos forma.

Por eso cuando, por ejemplo, preterimos la pureza lo único que conseguimos es vaciar nuestro corazón de lo bueno y mejor que Dios nos entrega cuando decide que debemos ser creados, nos crea y nos sostiene; nos crea y nos sostiene, pues tal es la verdad de una realidad, la nuestra, a veces tan alejada del origen eterno de lo que somos.

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10.02.14

Serie oraciones – invocaciones - Ven, Espíritu Santo

Orar

No sé cómo me llamo…
Tú lo sabes, Señor.
Tú conoces el nombre
que hay en tu corazón
y es solamente mío;
el nombre que tu amor
me dará para siempre
si respondo a tu voz.
Pronuncia esa palabra
De júbilo o dolor…
¡Llámame por el nombre
que me diste, Señor!

Este poema de Ernestina de Champurcin habla de aquella llamada que hace quien así lo entiende importante para su vida. Se dirige a Dios para que, si es su voluntad, la voz del corazón del Padre se dirija a su corazón. Y lo espera con ansia porque conoce que es el Creador quien llama y, como mucho, quien responde es su criatura.

No obstante, con el Salmo 138 también pide algo que es, en sí mismo, una prueba de amor y de entrega:

“Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno”

Porque el camino que le lleva al definitivo Reino de Dios es, sin duda alguna, el que garantiza eternidad y el que, por eso mismo, es anhelado y soñado por todo hijo de Dios.

Sin embargo, además de ser las personas que quieren seguir una vocación cierta y segura, la de Dios, la del Hijo y la del Espíritu Santo y quieren manifestar tal voluntad perteneciendo al elegido pueblo de Dios que así lo manifiesta, también, el resto de creyentes en Dios estamos en disposición de hacer algo que puede resultar decisivo para que el Padre envíe viñadores: orar.

Orar es, por eso mismo, quizá decir esto:

-Estoy, Señor, aquí, porque no te olvido.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero tenerte presente.

-Estoy, Señor, aquí, porque quiero vivir el Evangelio en su plenitud.

-Estoy, Señor, aquí, porque necesito tu impulso para compartir.

-Estoy, Señor, aquí, porque no puedo dejar de tener un corazón generoso.

-Estoy, Señor, aquí, porque no quiero olvidar Quién es mi Creador.

-Estoy, Señor, aquí, porque tu tienda espera para hospedarme en ella.

Pero orar es querer manifestar a Dios que creemos en nuestra filiación divina y que la tenemos como muy importante para nosotros.

Dice, a tal respecto, san Josemaría (Forja, 439) que “La oración es el arma más poderosa del cristiano. La oración nos hace eficaces. La oración nos hace felices. La oración nos da toda la fuerza necesaria, para cumplir los mandatos de Dios. —¡Sí!, toda tu vida puede y debe ser oración”.

Por tanto, el santo de lo ordinario nos dice que es muy conveniente para nosotros, hijos de Dios que sabemos que lo somos, orar: nos hace eficaces en el mundo en el que nos movemos y existimos pero, sobre todo, nos hace felices. Y nos hace felices porque nos hace conscientes de quiénes somos y qué somos de cara al Padre. Es más, por eso nos dice san Josemaría que nuestra vida, nuestra existencia, nuestro devenir no sólo “puede” sino que “debe” ser oración.

Por otra parte, decía santa Teresita del Niño Jesús (ms autob. C 25r) que, para ella la oración “es un impulso del corazón, una sencilla mirada lanzada hacia el cielo, un grito de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de la alegría”.

Pero, como ejemplos de cómo ha de ser la oración, con qué perseverancia debemos llevarla a cabo, el evangelista san Lucas nos transmite tres parábolas que bien podemos considerarlas relacionadas directamente con la oración. Son a saber:

La del “amigo importuno” (cf Lc 11, 5-13) y la de la “mujer importuna” (cf. Lc 18, 1-8), donde se nos invita a una oración insistente en la confianza de a Quién se pide.

La del “fariseo y el publicano” (cf Lc 18, 9-14), que nos muestra que en la oración debemos ser humildes porque, en realidad, lo somos, recordando aquello sobre la compasión que pide el publicano a Dios cuando, encontrándose al final del templo se sabe pecador frente al fariseo que, en los primeros lugares del mismo, se alaba a sí mismo frente a Dios y no recuerda, eso parece, que es pecador.

Así, orar es, para nosotros, una manera de sentirnos cercanos a Dios porque, si bien es cierto que no siempre nos dirigimos a Dios sino a su propio Hijo, a su Madre o a los muchos santos y beatos que en el Cielo son y están, no es menos cierto que orando somos, sin duda alguna, mejores hijos pues manifestamos, de tal forma, una confianza sin límite en la bondad y misericordia del Todopoderoso.

Esta serie se dedica, por lo tanto, al orar o, mejor, a algunas de las oraciones de las que nos podemos valer en nuestra especial situación personal y pecadora.

Serie Oraciones – Invocaciones: Ven, Espíritu Santo

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9.02.14

La Palabra del Domingo - 9 de febrero de 2014

Biblia

Mt 5, 13-16

“13 Vosotros sois la sal de la tierra. Mas si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Ya no sirve para nada más que para ser tirada afuera y pisoteada por los hombres. 14 Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. 15 Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. 16 Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”

COMENTARIO

Lo que somos y lo que podemos llegar a ser

Sal. Luz. Celemín.

Con tales palabras define a la perfección Jesús qué somos pero, por desgracia, lo que podemos ser o llegar a ser.

Es bien cierto que Jesús, cuando vino al mundo, cuando fue enviado por el Padre para que se cumplieran todas las sílabas de Su Ley, alimentó el corazón de aquellas personas que le escuchaban y supieron entender lo que decía y, ahora mismo, hace otro tanto con otros millones de personas.

Así, Jesucristo convirtió a sus discípulos en seres humanos que, como los demás, habían conocido al Mesías y, por tanto, no podían seguir actuando igual como, hasta entonces, habían actuado. Debían cambiar el corazón y pasarlo a tener de carne y no de piedra, ser misericordiosos, perdonar al ser ofendidos, etc.

Eso suponía que los discípulos de Cristo sólo podían ser sal y sólo podían ser luz. Y eso quería decir, en primer lugar, que debían ser, entre los sus prójimos, como el alimento espiritual que enriquece la existencia y la pone al servicio de Dios y del más cercano. Además, debían servir de faro, iluminar, en fin, el camino de todos aquellos que no encontraban la senda hacia el definitivo Reino de Dios. Ser, en suma, luz.

Es fácil, pues, entender, lo que quiere Jesús.

Es fácil, también, equivocarse y no ser, para nada, lo que quiere Jesús.

No somos sal ni somos luz si no hacemos lo posible para que la doctrina cristiana se difunda por el mundo y se aplique a nuestras propias situaciones; no sal ni luz si escondemos lo que nunca debemos esconder y que tiene mucho que ver con Dios, con su Palabra y, también, con su Hijo Jesucristo.

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8.02.14

Serie Fundación GRATIS DATE – Oración al paso de las Horas (I), de Julián López Martín, Obispo de León (España).

GRATIS DATE

Escribir de la Fundación GRATIS DATE es algo, además de muy personal muy relacionado con lo bueno que supone reconocer que hay hermanos en la fe que tienen de la misma un sentido que ya quisiéramos otros muchos.

No soy nada original si digo qué es GRATIS DATE porque cualquiera puede verlo en su página web (www.gratisdate.org). Sin embargo no siempre lo obvio puede ser dejado de lado por obvio sino que, por su bondad, hay que hacer explícito y generalizar su conocimiento.

Seguramente, todas las personas que lean estas cuatro letras que estoy juntando ya saben a qué me refiero pero como considero de especial importancia poner las cosas en su sitio y los puntos sobre todas las letras “i” que deben llevarlos, pues me permito decir lo que sigue.

Sin duda alguna GRATIS DATE es un regalo que Dios ha hecho al mundo católico y que, sirviéndose de algunas personas (tienen nombres y apellidos cada una de ellas) han hecho, hacen y, Dios mediante, harán posible que los creyentes en el Todopoderoso que nos consideramos miembros de la Iglesia católica podamos llevarnos a nuestros corazones muchas palabras sin las cuales no seríamos los mismos.

No quiero, tampoco, que se crean muy especiales las citadas personas porque, en su humildad y modestia a lo mejor no les gusta la coba excesiva o el poner el mérito que tienen sobre la mesa. Pero, ¡qué diantre!, un día es un día y ¡a cada uno lo suyo!

Por eso, el que esto escribe agradece mucho a José Rivera (+1991), José María Iraburu, Carmen Bellido y a los matrimonios Jaurrieta-Galdiano y Iraburu-Allegue que decidieran fundar GRATIS DATE como Fundación benéfica, privada, no lucrativa. Lo hicieron el 7 de junio de 1988 y, hasta ahora mismo, julio de 2013 han conseguido publicar una serie de títulos que son muy importantes para la formación del católico.

Como tal fundación, sin ánimo de lucro, difunden las obras de una forma original que consiste, sobre todo, en enviar a Hispanoamérica los ejemplares que, desde aquellas tierras se les piden y hacerlo de forma gratuita. Si, hasta 2011 habían sido 277.698 los ejemplares publicados es fácil pensar que a día de la fecha estén casi cerca de los 300.000. De tales ejemplares, un tanto por ciento muy alto (80% en 2011) eran enviados, como decimos, a Hispanoamérica.

De tal forman hacen efectivo aquel “gratis lo recibisteis, dadlo gratis” (Mt 10,8) y, también, “dad y se os dará” (Lc 6,38) pues, como es de imaginar no son contrarios a las donaciones que se puedan hacer a favor de la Fundación. Además, claro, se venden ejemplares a precios muy, pero que muy, económicos, a quien quiera comprarlos.

Es fácil pensar que la labor evangelizadora de la Fundación GRATIS DATE ha des estar siendo muy grande y que Dios pagará ampliamente la dedicación que desde la misma se hace a favor de tantos hermanos y hermanas en la fe.

Por tanto, esta serie va a estar dedicada a los libros que de la Fundación GD a los que no he hecho referencia en este blog. Esto lo digo porque ya he dedicado dos series a algunos de ellos como son, por ejemplo, al P. José María Iraburu y al P. Julio Alonso Ampuero. Y, como podrán imaginar, no voy a traer aquí el listado completo de los libros porque esto se haría interminable. Es más, es mejor ir descubriéndolos uno a uno, como Dios me dé a entender que debo tratarlos.

Espero, por otra parte, que las personas “afectadas” por mi labor no me guarden gran rencor por lo que sea capaz de hacer…

Oración al paso de las Horas (I), de Julián López Martín, Obispo de León (España).

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7.02.14

Eppur si muove - Sobre infieles e infidelidades

Infidelidades en la Iglesia

Este tema pueda parecer un poco peliagudo porque están implicados muchos creyentes, todos, y, por eso mismo, hay que hilar muy fino al respecto del mismo.

Pues bien. Como bien sabemos, una vez una persona ha sido bautizada (generalmente cuando nada puede decir al respeto de su bautizo pero hecho por conveniencia de su alma y en beneficio de la tal persona) entra en la Iglesia católica. Hasta aquí ningún problema pues se entiende con facilidad.

Luego, es posible que la persona vaya formando su espíritu católico con catequesis, cursos de formación o cualquier otro medio al alcance, hoy día, de cualquiera.

Es, también, posible que muchos católicos no tengan acceso a ningún tipo de formación y tengan una fe, digamos, sencilla pero, tantas y tantas veces, más profunda que los mejor formados pues, como sabemos porque lo dijo Cristo, Dios reserva lo más importante, muchas veces, para los sencillos en la fe.

Pues bien. Llegado un momento determinado de nuestra vida espiritual, es más que probable que nos enfrentemos con determinas doctrinas, sean o no sean dogmas, que nos produzcan desapego a las mismas.

El tal desapego puede conducir a manifestar cierta infidelidad que puede ser causada, a saber:

1. Por ignorancia acerca de la doctrina católica.

2. Por voluntad propia, con conocimiento de la doctrina católica.

3. Por afán manifiestamente contrario a la doctrina católica.

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6.02.14

Sobre la tibieza; sobre cierta tibieza frente al aborto

No tibieza

Piedra de molino.
Apocalipsis.

Estas pocas palabras dicen más de lo que parecen. Y, con toda seguridad, a los creyentes católicos bien formados les dirán mucho.

No podemos desconocer que a los menos formados también les han de traer a su presente una realidad triste pero que, por ser triste, no deja de ser real.

Esto es lo que queremos decir:

Mateo 18, 6-7

“Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Es forzoso, ciertamente, que vengan escándalos, pero ¡ay de aquel hombre por quien el escándalo viene!”

Apocalipsis 3, 15-16

“Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca.”

Vemos, por tanto, que tanto quienes son, somos, considerados pequeños en la fe no merecemos el escándalo que muchas veces produce la falta de acción, el situarse a mitad camino pero no acercarse a la voluntad de Dios; también que el Creador no es del gusto de tener por buena el no decidirse por una cosa o por otra sino que quiere que se sepa qué es sí y qué es no. Es más, que vomita de su boca a quien actúa según tal forma de ser y de hacer.

Quien, por otra parte, se considera creyente, sabe que no debe temer a nadie ni a nada porque Dios es su Padre.

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5.02.14

¿Qué es sagrado?

Aborto No

Está la mar de bien que cada cual diga o haga lo que bien le parezca pues es la mejor forma de conocernos.

En el mundo en el que nos ha tocado vivir la libertad de expresión está garantizada y, salvo estropicio propiciado por quien la ejerza es fácil poder escuchar y ver de todo.

Todo lo que vemos no siempre es agradable porque sobre gustos ya sabemos que no hay nada escrito que puede tenerse como ortodoxo y a cada cual le gusta lo que le gusta y muestra lo que muestra.

En cuanto a lo que se puede mostrar oscila la cosa entre la vergüenza y lo escasa que tal realidad pueda estar en la persona: a más vergüenza, más se muestra lo indecente que uno puede llegar a ser; a menos vergüenza, justo lo contrario.

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4.02.14

Un amigo de Lolo - Escoger lo que nos conviene

Presentación
Manuel Lozano Garrido

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infringían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Escoger lo que nos conviene

“¡Qué grandeza la de poder crear personalmente un hermoso destino, pero qué escalofrío labrarse también voluntariamente la propia desgracia! ”

Manuel Lozano Garrido, Lolo
Bien venido, amor (142)

Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, ruega por nosotros.

Muchas veces se dice, porque es verdad, que Dios de entre los dones que entrega al ser humano cuando lo crea hay uno que es muy preciado por el mismo: la libertad.

Sin libertad podemos decir que, en realidad, de seres humanos sólo tenemos la apariencia pues es el libre albedrío (dentro de los límites del respeto a los derechos del prójimo) el que determina que una persona pueda escoger de entre las posibilidades que se le presentan la que crea conveniente para sí mismo.

Por eso, hacer de tal don un uso adecuado nos debe llevar a conocer, en primer lugar, la voluntad de Quien nos creó y, luego, libremente, a hacer compatible nuestra existencia con la misma.

Así, vamos construyendo una vida de acuerdo con aquello que tenemos como importante para nosotros. Entre eso debe estar, sin duda, el amor a Dios y a nuestro prójimo.

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