Opus Dei: la mujer y lo femenino
No sin antes manifestar mi respeto por el conocimiento que el autor del artículo que traigo hoy a InfoCatólica muestra, me permito discrepar en algo que, a lo mejor, no ha sido bien entendido por el mismo.
El título del artículo me parece que está puesto, simplemente, para llamar la atención. Decir “El Opus Dei contra el sacerdocio femenino” y dentro del texto reconocer que no es cosa de tal organización que el sacerdocio femenino no haya sido posible, es una clara muestra de lo que digo. Sin embargo, esto no puedo criticarlo porque con el título de los artículos yo suelo hacer lo mismo bajo la máxima “un titular llama a leer el texto“.
Seguramente lo que más me ha causado sensación de equívoco es lo siguiente:
“En su voto-ponencia, Don Álvaro no se atrevía a citar su “Camino” y las normas básicas del Opus Dei. Y, sin embargo, sospecho que condicionaban su argumentación y sus conclusiones. La espiritualidad inoculada en la Obra por José María Escrivá Albás (luego autollamado Josémaría Escrivá de Balaguer y Albás) no deja lugar a dudas. “Ellas no hace falta que sean sabias, basta que sean discretas” (Camino 946). “Eres curioso, preguntón, oliscón y ventanero. ¿no te da vergüenza ser tan poco masculino? Sé varón”(Camino 50). Y en sus normas internas, la Obra discrimina a las numerarias respecto de los numerarios. Así, a la hora de elegir el prelado, las numerarias han de contentarse con el mero voto consultivo. Hay otras normas que evidencian discriminación y recelo ante el sexo femenino. A diferencia de los varones numerarios, las numerarias dormirían en camas sin colchón, sobre tabla. No podrán hablar con nadie en su trabajo ni deben conocer el nombre de los residentes. El servicio doméstico (llamado de administración) está reservado a las mujeres. Finalmente, es significativo el texto diferente de la oración con que unos y otras finalizan sus reuniones. Para la sección de varones: “Santa María, esperanza nuestra, asiento de sabiduría, ruega por nosotros”. Y para las mujeres: “Santa María, esperanza nuestra, esclava del Señor, ruega por nosotras.”
Se refiere Celso Alcaina (autor del artículo) a la participación de Álvaro del Portillo, quien sería la persona que sucedería a san Josemaría a la cabeza del Opus Dei a partir de 1975 en la toma de decisión acerca del posible sacerdocio de la mujer en la Iglesia católica.
Se basa Alcaina en dos puntos del libro “Camino” que son, a saber, el 50 y el 946. Y lo hace así para sentar las bases de una crítica a lo que, al parecer, el Opus Dei entiende sobre el papel de la mujer en el seno del mismo y, en general, en la sociedad.
Pues ahí es donde yo discrepo. Y nada mejor que servirse, para el caso, de quien ha estudiado, en profundidad todos y cada uno de los puntos del libro que escribiera un joven sacerdote allá por los años 30 del siglo pasado porque puede dar la impresión que tales puntos pueden utilizarse como arma arrojadiza contra el Opus Dei.
Por ejemplo, al respecto del punto 50, a saber, “Eres curioso y preguntón, oliscón y ventanero: ¿no te da vergüenza ser, hasta en los defectos, tan poco masculino? —Sé varón: y esos deseos de saber de los demás trócalos en deseos y realidades de propio conocimiento” no es, éste, instrumento de disminución de la capacidad de la mujer ni de discriminación pues, como dice Pedro Rodríguez (libro citado arriba) “El Autor, al incluirlos en el libro, pide evidentemente a las mujeres una lectura analógica” y, así, a cada cual le corresponde ser lo que es, con sus quehaceres y defectos.
Esto dicho aquí queda a mucha distancia de la ideología que, hoy día, trata de hacer creer que los papeles de hombres y mujeres y, en fin, su propio cuerpo, puede intercambiarse sin problema alguno. Muy al contrario, el fundador del Opus Dei lo tenía bastante claro: cada cual vale en cuanto es lo que es como persona.
Y, al respecto del punto 946, a saber, “Si queréis entregaros a Dios en el mundo, antes que sabios —ellas no hace falta que sean sabias: basta que sean discretas— habéis de ser espirituales, muy unidos al Señor por la oración: habéis de llevar un manto invisible que cubra todos y cada uno de vuestros sentidos y potencias: orar, orar y orar; expiar, expiar y expiar”. Y tal es el punto completo porque Celso Alcaina ha tomado lo que bien le ha parecido que, visto lo que se pretende demostrar, reconozco que es lo mejor.
Pues bien, el mismo Pedro Rodríguez mentado arriba, trae a colación unas notas de un coloquio con mujeres llevado a cabo el 27 de octubre de 1972. Esto clarificará bastante, en general, todo el tema del Opus Dei y la mujer.
Decía san Josemaría lo siguiente:
“Yo no he despreciado nunca a la mujer, hubiese sido despreciar a mi madre y a las vuestras y a la Madre de Dios. Yo tengo el concepto más alto de la mujer. Sé que podéis dar la vuelta a todas las criaturas que tenéis alrededor, si sois buenas cristianas y sois alegres, porque talento os lo ha dado muy grande Nuestro Señor. De modo que entiéndelo ahora de otra manera”.
Es curioso que, refiriéndose al mismo Álvaro del Portillo escriba Pedro Rodríguez que el primer sucesor de san Josemaría “Anotando este pasaje del Cuaderno IV, escribe: “Al leer nuestro Padre estas líneas, conmigo, comentó sonriendo: ‘Que me perdonen mis hijas, ahora que tengo no pocas sabias, esparcidas por el mundo’”
Y es que nada mejor que acudir a la fuente de donde mana el agua y no conformarse con los prejuicios embotellados que, contra el Opus Dei, tanto éxito tienen.
Eleuterio Fernández Guzmán
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7 comentarios
Saludos.
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EFG
Pues yo con eso estoy de acuerdo aunque este tema, muchas veces tratado, no deja de levantar mucha polvareda cuando se pasa sobre él.
Y Jesús, sumo sacerdote de su Iglesia que a través de los tiempos deja explicitamente bien dicho, tenido y sostenido: "Que sólo los hombres serán llamados a ser sacerdotes de su Iglesia."
-¿Sólo los hombres?
-Sí y aquí el principio causa y razón de lo mismo?:
-Una vez más, la herencia genética cumulada a través de los tiempos -que algunos llamarán evolución creacionista- en la mujer está menos definida que en el hombre. Y por lo tanto, en ella, es menos sensible a la visión del Dios su creador.
Dicho sea: Por principio genético de humana evolución definida: Así como el hombre antes de definirse como tal ha tenido que definirse como mujer; Por el mismo principio en continuidad evolutiva: La mujer no será hombre hasta que ella no alcance el grado de ser hombre. Así el Hombre no será ángel hasta que no muera y evolutivamente resucite como está escrito.
-Y todo esto entendiendo y separando, dividiendo lo que es la Humanidad -de hombres y mujeres- en legítima herencia genética. De lo que es la mayoría de los moradores del planeta Tierra, que se dicen humanos y no lo son; Sino que por su principio origen, siendo nacidos producto del artificio de la cautividad genética recibida y transmitida: Estos están destinados a la cautividad (v. Ap.14,9-10). Aquí la promiscua antropología de la Bestia en el planeta Tierra que no teniendo principio origen genético humano; dice que todo somos iguales.(Ap.13,9-18)
-Cierto que en esta promicuidad genética terrenal hay mujeres que en legítima herencia genética son más dignas y evolucionadas de obrar y representar el sentido litúrgico del Evangelio; No ya que el de las simplemente hembras; sino que el de otros, los que siendo tenidos como hombres, en realidad, son puras bestias al servicio del Señor de este Mundo.
El Opus Dei simplemente es fiel con la Tradición de la Iglesia, con las palabras de San Pablo, las cuales son interpretadas como "machistas" por la visión polarizada del relativismo revanchista.
De ahí que el movimiento femi-nista o femi-nicida se dio cuenta de este poder y ha exigito su "arancel" sobre la creación. Y lo ha optenido de parte de estos gobiernos pusilánimes y bicéfalos.
Esto es satánico, simplemente.
Y no es un mérito, sino algo querido y permitido por Dios el que: la mujer, por tener tal función y tal don, cae más en la soberbia que el hombre, justo por su condición de madre si ne qua non. Y al hombre, más débil con las tentaciones del sexo, es más fuerte contra Satanás. Y ESTO ES ASÍ, y no le puede y ni debe ofender a ninguna mujer.
¿Qué haríamos sin el uno y otro?
Y ¿hacia dónde nos dirigimo enfrentados el uno contra el otro? ....... Así que cada cual asuma sus obligaciones, dones y compromisos y a perpetuar lo que Dios unió en un principio, se rompió en el Paraíso y se restauró en la Redención.
¿Somos de Cristo o somos de Satanás?
Sólo hay dos opciones, no más.
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EFG
Pues a mí me parece que más de un creyente no tiene muy claro de quién es.
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EFG
Es bien cierto que, en todo caso, lo que dijera o dejara decir don Álvaro del Portillo poco importa porque hay un pensamiento común al respecto muy por encima de él. Y si dijo lo que dijo sería, en todo caso, porque pensaba que hacía lo mejor.
Ahora la mujer está más preparada,ha accedido a puestos muy imporatntes,debido a su mayor formación academíca,y aporta mucho a la sociedad, pero nunca olvidandose de sus raices Cristianas, y nunca olvidando su permanente formacion humana y cristiana.
Este equilibrio es muy difícil de mantener , pero a su vez es complementario, y necesario.
Las mujeres tendran que sacar tiempo de donde muchas veces no lo hay,pues ni pueden descuidar su papel fundamental en la familia....ni sus obligaciones laborales, ni mucho menos su formación Cristiana que es fundamental para poder afrontar con éxito todo lo que la vida les pueda deparar.
SALUDOS
Señor DIOS, Tú que concediste a San Joaquin y a Santa Ana, la Gracia de traer a este mundo, a la Madre de Tu hijo; Concedenos, por la plegaria de estos Santos, la Salvación que has prometido a Tú pueblo. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén
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