Permítanme una breve acotación respecto al tema del Valle
La Iglesia en España anda estos días con no poca turbación ante el pacto entre la Secretaría de Estado del Vaticano y el gobierno español sobre el futuro del Valle de los Caídos y su comunidad benedictina. En InfoCatólica se han publicado ya varios artículos/posts al respecto con los que estoy fundamentalmente de acuerdo. La defensa que ha hecho hoy Javier Navascués del P. Santiago Cantera es un acto de justicia. Y el análisis de Lina Veracruz es especialmente brillante porque apunta a los precedentes.
Son muchos los fieles que se han manifestado en las Redes Sociales mostrando su indignación por el acuerdo. La mayoría de ellos acusan a los obispos españoles, algunos en términos muy contundentes. Los hay que han lanzado una especie de campaña para no poner la X en la Declaración de la Renta. Mi impresión es que no pasarán de dos mil los que hagan tal cosa, pero eso es lo de menos.
Con todo, creo que no se acaba de entender cuál es la dimensión del problema, que va mucho más allá del Valle y de lo que está pasando. Quienes acusan a los obispos españoles no acaban de entender que este asunto no depende de ellos sino de Roma. Se señala a Cobo por ceder. Y no digo que no haya cedido, pero no necesariamente por gusto sino porque Parolin así se lo ha ordenado. Sí, he dicho ordenado. Y ahí es donde quiero llegar. Estimados, si el cardenal Bertone, Secretario de Estado con Benedicto XVI, fue capaz de doblar el brazo de los cardenales Rouco y Cañizares en relación a la cadena Cope y la oposición frontal de la Iglesia contra las leyes de ingeniería social del gobierno de Zapatero, ¿qué creen que no podrá hacer Parolin con Cobo o con cualquiera de los obispos españoles de hoy en día?