"Lágrimas" en Intereconomía
Anoche estuve viendo el programa de Juan Manuel de Prada en Intereconomía. Trato de hacer un análisis tranquilo y personal. El formato en general no es novedoso. Es el viejo cineforum de colegios y parroquias, tomado, más tarde, y recogido por Balbín en el famoso programa televisivo La Clave, que fue líder de audiencia en los años de la Transición, cuando en España solamente había dos cadenas estatales de televisión.
Al existir, ahora, una selva de canales televisivos, el programa del señor de Prada debe luchar contra mucha competencia de todo tipo de formatos.
El fín del nuevo programa es loable, pero los instrumentos usados no están empleados plenamente bien. El mismo director del programa abusa excesivamente de hablar y hablar. Lo hace a su estilo enrevesado, gongorino y engolado. Una presentación de veinte minutos, incluida la publicidad, invita al espectador a hacer excursiones por los otros canales vecinos, y si encuentra algo mejor que lo enganche se queda. Eso es seguro.
El tema elegido anoche: los derechos humanos, muy interesante, estuvo encuadrado en la película Esta tierra es mía, obra maestra del séptimo arte.
Tras la proyección, vino el coloquio. Los invitados eran escritores, editores y catedráticos. Personas intelectualmente preparadas, cuyo lenguaje se alejaba del espectador medio del canal de Intereconomía, principalmente de edad avanzada y más acostumbrado a una comunicación llana, coloquial y popular. El coordinador del coloquio, el señor de Prada, abusaba del monopolio de la conversación, entre una y otra intervención de sus invitados.
Supongo que con el paso de las semanas el programa mejorará, sobre todo en adaptarse al medio televisivo, cuyo lenguaje debe ser corto, rápido, directo y popular. Aquí creo que está el camino de la superación.
De lo contrario, el espectador se quedará en ver la película que se pase ese viernes, y pasará de la presentación plúmbea y del coloquio de altisima graduación universitaria.
Tomás de la Torre Lendínez
12 comentarios
Y respecto a los invitados, no sé si ayer surgió verdadera discrepancia. Es importante que aparezca y que haya discusión; civilizada, pero discusión.
Sobre el nivel de los invitados, no me cabe duda. Ahora bien, no podemos compararlo en ningún caso, al menos por ahora, con La Clave de Balbín. Porque él habría traído a Peces-Barba, a Garzón y, en frente, a gente que pensara de manera distinta. Y algún extranjero habría intentado traer. Quien sabe si a alguien de la Corte Penal Internacional...
Un saludo.
No lo vi y no puedo opinar, pero veo que todo se resume en eso.
En cuanto al programa de de Prada, no lo he visto porque no le trago. En Intereconomía está Ramón Pi, otro de aquella época, de la Ser, me parece, que se trae a sus amigos a sus programas donde hace de catedrático de periodismo. Un charlatán que abusa a sí mismo. Sus amigos son unos desconocidos pero, según Ramón Pi, son unos tipos eminentísimos. En Intereconomía no suele haber mucha variedad en los debates y lo que hay no son debates sino reuniones de periodistas y parásitos a sueldo del periodismo que comentan las cosas de actualidad, como en el resto del periodismo; nada comparable a "La Clave". Además ahora el debate televisivo ha tomado la forma de la telebasura. Ahora lo que triunfa es "La Noria". Es como lo de Balbín pero en estado podrido. Por supuesto que hay enfrentamiento y casi tortazos pero no son nada cultos y están muy preparados entre los guionistas y otros esteticistas de televisión. Además el periodismo audiovisual también se ha ido convirtiendo en una forma de exhibicionismo de los propios periodistas que los hacen y los invitados son empleados a su servicio. Otra cosa copiada de la televisión americana. Balbín quería discusiones cultas y, a ser posibles, profundas y él no iba de primera figura de nada; sus invitados no eran periodistas sino rostros de la cultura, expertos, gente que hacía otra cosa y que salía por primera vez en la televisión. Su programa era una especie de glorificación de la opinión informada a varias bandas. Muy instructivo de un periodismo que ya no hay. El socialismo acabó con "La Clave" y se lanzó a la politización declarada del periodismo que, desde entonces, ha funcionado bien. A los periodistas no les ha ido mal. Y así estamos.
Yo empezaría el programa a las 9 para que la tertulia comienza a las 11, me parece mejor hora.
A mí me un programa bastante bueno. La presentación de J. M. de Prada efue muy acertada, la película bastante buena y el coloquio final también fue interesante, aunque quizás algo demasiado larga (a mi entender, se podría haber reducido en media hora, aproximadamente).
Estoy en parte de acuerdo en que las intervenciones de J. M. de Prada en el coloquio final fueron quizás algo excesivas, pero creo que también fueron bastante acertadas.
A mí el programa me gustó. Espero que De Prada acorte sus monólogos e intervenciones. Javier Somalo, en LD TV, echa unas parrafadas tan largas que hunde su debate. Y no me parece mala idea adelantar un poco el comienzo para que el debate no se emita demasiado tarde.
Los invitados que más me gustaron fueron Kiko Méndez-Monasterio y Carmelo López Arias. A Ignacio Peyró le noté como oprimido por el medio y Miguel Ayuso me pareció demasiado pagado de sí mismo ("no vamos a hablar de esto", "podría citar aquello", etcétera).
No seamos tan quisquillosos: el programa es una apuesta excelente de Intereconomía TV en favor de la calidad. Por lo que me ha contado un amigo que trabaja en el canal me ha dicho que la audiencia fue superior a la de todos los demás programas de TDT.
Estremecedor.
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