Anoche tuvimos la primera vigilia de la adoración nocturna en Braojos
Ayer se cumplieron seis meses desde mi toma de posesión de las parroquias de Braojos, Gascones y La Serna del Monte, y el Señor quiso que lo celebrásemos con la primera vigilia de la adoración nocturna en Braojos.
Hace un par de meses comenzamos a dar los primeros pasos. He de reconocer que el consejo diocesano, con su presidente al frente, nos ha apoyado desde el primer día, y que hemos contado desde entonces con la colaboración de adoradores de diferentes secciones de Madrid. Pero claro, adoración nocturna en un pueblo de doscientos habitantes… Parece demasiado.
No pasa nada. Se invitó a la gente en las misas, hemos repartido información hasta hartarnos, correos, este blog, animar en misa. Pero claro, siempre te quedas con la duda… ¿vendrá alguien? Porque la vigilia es por la noche… y dura más que aquellas pilas famosas ¿recuerdan?
Anoche la primera vigilia. Y la primera sorpresa al aparecer el primero por la puerta D. Manuel Polo, director espiritual de la adoración nocturna de Madrid. A continuación, el presidente diocesano. Con ellos, Paco, abanderado, que quiso acudir con la bandera de la primera sección de la adoración nocturna de Madrid, fundada nada menos que en 1870. Con ellos, algunos adoradores más llegados desde Madrid.
Mi miedo es que todos vinieran de fuera, pero que desde Braojos no se animara nadie. Pero lo hicieron. Acudieron dos religiosas misioneras catequistas, que viven en Oteruelo y colaboran con las parroquias de la zona. Un matrimonio, fiel lector del blog, que se incorpora desde Collado Villalba. Y otros ocho o diez de Braojos. Veinticuatro personas nos reunimos en esta primera vigilia.
Comenzamos con la reunión de turno, para conocer la adoración nocturna y organizar la liturgia, que tuvo lugar en la capilla de la Virgen del Buen Suceso, en la planta baja de la torre. Desde ahí, salimos en procesión hacia el templo, cantando y presididos por la bandera.
El primer acto es el rezo meditado del santo rosario, durante el cual los sacerdotes estamos disponibles para confesiones. A continuación, rezo de vísperas, celebración de la Eucaristía y exposición del Santísimo. Se continúa con un tiempo de adoración de algo más de media hora. Viene después el oficio de las lecturas, bendición y reserva, para acabar con el rezo de completas. En total, unas cuatro horas.
He de decir que el marco es extraordinario. La iglesia de Braojos es del todo espectacular, y la verdad es que todo hace, y aunque en la calle hacía fresquito (cuatro grados a las dos de la mañana) la calefacción del templo –gracias, Cándido- funciona de fábula.
Nuestra idea es tener adoración nocturna los segundos sábados de mes. Con humildad, porque sabemos que esto no es nada fácil, pero también con mucha confianza en el Señor.
Estoy convencido de que la vida cristiana de nuestras parroquias y comunidades se fragua de rodillas ante el Santísimo. La adoración es testimonio físico de fe ¿qué habrá en la iglesia que tienen luz a estas horas, y son las doce, y es la una…? y es fuente de gracia para todos.
Muy contentos. Con prudencia porque la cosa es compleja y nos costará. Pero anoche fue una gozada. Bendito sea Dios.
26 comentarios
Amén.
Sí D. Jorge, otro gallo cantaría si en todas las parroquias hubiera adoración al Santísimo.
DIOS TE SALVE MARIA....
Soy el Director Espiritual Diocesano de ANE y ANFE en Córdoba, es una verdadera alegría que con tanta ilusión la gente sencilla acuda a adorar a Cristo Sacramentado. Le felicito por su encomiable trabajo y continuo desvelo pastoral. Le doy las gracias por su ejemplo. Que Dios le bendiga.
¡¡Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar!!
La Virgen le mima, D. Jorge, es usted un mimao de la Mami, la más Grande de todas las mamás. Felicidades.
Ave Maria gratia plena, Dominus tecum...
Volveremos, si Dios lo quiere (que creo que va a ser que sí).
El Señor vuelve al Padre, y nosotros nos quedamos tristes y un tanto anonadados. ¿Qué haremos ahora sin Él? Su marcha, siendo real, sólo lo es en cierta medida, en la puramente física, tan importante para nosotros. Pero nos promete que volverá en la Persona del Espíritu Santo. Y con esa promesa de su presencia en nueva forma, nos deja una tarea a realizar, nos ordena continuar con su labor: toda la humanidad debe conocer la verdad y el amor de Dios; debemos, pues, ir y proclamar el Evangelio a toda la creación. El que crea se salvará, y el que no crea se condenará.
Este mandato sigue vigente dos mil años después. Diría incluso que es más necesario que nunca, dada la devastación moral y espiritual del mundo presente. Hoy sabemos que el Espíritu Santo, en efecto, llegó al hombre tras la Ascensión del Señor a los cielos, pero parece que los signos de su presencia no son tan visibles como se les prometió a los primeros discípulos. No todos los que creemos sabemos ni podemos echar demonios, ni poseemos el don de lenguas, ni curamos milagrosamente a nadie, y, por supuesto, si bebemos un veneno mortal, nos morimos sin duda, y si cogemos con las manos serpientes, éstas probablemente nos atacarán y herirán. ¿Es que acaso no está ya el Espíritu con nosotros? ¿También ascendió al Padre como el Hijo? No es así, el Espíritu da a cada uno aquello para lo que el Señor le tiene reservado en su plan de salvación. No todos los cristianos podemos ser exorcistas ni sacerdotes; no a todos se nos dan bien los idiomas o siquiera los estudios, etc. Dios quiere que cada uno, siendo lo que es, contando con sus cualidades, las ponga al servicio del Señor. Y entonces, con lo que somos, ofrecido al Señor, actuará. He conocido a políglotas ateos, que ese don para los idiomas se lo hurtan al Señor. Y hombres aguerridos y experimentados que saben tratar con bestias salvajes, incluidas peligrosas serpientes, que han dado la espalda a Dios. Y algún sacerdote hay que diciéndose exorcista no sabe expulsar los propios demonios que lo habitan. Lo importante es ofrecerse con lo dones recibidos, no los dones en sí. ¿Qué mérito tiene nadie cuando recibe un don, algo que no es suyo? Lo importante es cómo lo administra, el uso que hace de él. Y el mejor uso es ponerlo en manos de Dios. Entonces, sí, el Espíritu Santo sacará los mayores frutos de amor y salvación para los demás.
Ayer estuve con mi mujer en la primera vigilia de adoración nocturna en una muy humilde y deshabitada parroquia rural de la provincia de Madrid. Fue todo muy sencillo, y tan humilde, insisto, como la parroquia y el entorno (preciosos ambos, por otra parte). De madrugada, en un lugar perdido de la serranía madrileña, un reducido grupo de hombres y mujeres adorando a Jesús sacramentado. Estando allí, ante el Señor, entre estos amigos y hermanos en la fe, pensaba cómo había llegado hasta allí. Cuántos fracasos, cuántos intentos fallidos de crear una comunidad de fe, cuánta soledad y dolor pasados, en primer lugar con mi familia, cuánta renuncia forzada, cuánta ilusión perdida, cuánto cansancio... Y, sin embargo, me encontraba allí, con mi mujer (para mi sorpresa, pues nunca creí que se animara a participar), en aquella noche fría y oscura de mayo entre amigos desconocidos, en un ambiente de paz, sin exigencias, sin apariencias, sin forzamientos de ningún tipo: simplemente orando ante el Señor, ofreciendo nuestras humildes presencias para acompañarle, haciendo entrega de nuestra pobreza. Ninguno exorcista, ninguno políglota, ni domador de fieras, ni con dones curativos extraordinarios. Sólo gente anónima que nos dimos cita allí, desde diversos lugares, ante la llamada de un cura de pueblo para acompañar al Señor. A través de este entrañable sacerdote, el Espíritu Santo nos fue llamando a cada uno desde nuestra circunstancia. No hizo falta más; no hace falta más. Sin ser misioneros, careciendo del don de palabra, anónimos, sencillos, desconocidos, pobres en nuestra pobreza, fuimos y proclamamos el evangelio a toda la creación desde ese rincón perdido y deshabitado del mundo. Dios quiera que lo sigamos haciendo durante mucho tiempo, adorando al Señor allí y de mil maneras distintas en mil lugares con millones de desconocidos hermanos en la fe, que nos conocemos por nuestro común amor al Señor. Que así sea.
Gracias Señor por tu presencia ,gracias D . Jorge por hacerlo posible,gracias a las personas presentes ,gracias por los comentaristas.
Siga usted con estas aparentamente humildes iniciativas, pero que son el rescoldo extraído de las apagadas brasas que pueden regenerar a España.
Hoy día de la Ascensión pero también de la Virgen de Fátima, me expongo a una posible tortícolis forzando mi esplenio, mi esternocleidomastoideo, mi trapecio, mi escaleno medio, mi complexo mayor y mi angular del omóplato mirándola a Ella y al Santísimo expuesto.
Y qué a gusto lo ofrezco.
Desde Palma de Mallorca , y con sana envidia, procurare unirme con oraciones ,,ya que lo propuse a mi párroco y no prospero.
Dios sabrá el por que de las cosas.
Ave Maria.....
Como siempre Ave Mariae gratia.......
Un abrazo, Palas.
Por cierto, esta noche, cuando volvíamos a Madrid, paramos por una urgencia (creo que mingitoria), en una gasolinera, cercana a La Serna; me volví a acordar de usted.
Enhorabuena por este éxito inicial que esperemos que se prolongue en el futuro.
Le rezo su Avemaría.
Que es verdad, como dice alguno, sin la Eucaristia no se es nada. Ojalá que enraíce parabién de esos pueblos y de toda la Iglesia.
Saludos, Jorge. No sé cuándo nos veremos. Creo que pronto
- - - - -
Jorge:
Sí.
Naturalmente los fracasos son de aúpa. Aunque hay que reconocerles su constancia. Practican el "mas de lo mismo" con una tenacidad admirable. Pero antes morir que rectificar, tienen a su favor que los "vendeburras" están bien vistos por la autoridad competente.
Señor, que cansos son.
Un ateo me dijo que, en realidad yo no creía en nada, porque seguí su juego, pero el católico de verdad no se deja engañar.
No sabe, Padre, lo que lamento estar tan lejos de Braojos y no tener coche porque así Braojos y la Siberia Oriental parecen estar a la misma distancia. Pero estoy acostumbrada a conectar por medio de la oración. Desde hoy me toca, además del rosario, el Veni Creator Spiritus para llegar a Pentecostés preparada:
Himno «Veni Creator»
Ven, Espíritu Creador,
visita las mentes de los tuyos;
llena de la gracia divina
los corazones que tú has creado.
Tú, llamado el Consolador,
Don del Dios Altísimo;
Fuente viva, Fuego, Caridad
y espiritual Unción.
Tú, con tus siete dones,
eres Fuerza de la diestra de Dios.
Tú, el prometido por el Padre.
Tú pones en nuestros labios tu Palabra.
Enciende tu luz en nuestras mentes,
infunde tu amor en nuestros corazones,
y, a la debilidad de nuestra carne,
vigorízala con redoblada fuerza.
Al enemigo ahuyéntalo lejos,
danos la paz cuanto antes;
yendo tú delante como guía,
sortearemos los peligros.
Que por ti conozcamos al Padre,
conozcamos igualmente al Hijo
y en ti, Espíritu de ambos,
creamos en todo tiempo.
Gloria al Padre por siempre,
gloria al Hijo, resucitado
de entre los muertos, y al
Paráclito por los siglos y siglos.
Amén.
Durante esta semana escucharé esta oración cantada en gregoriano y en latín, preciosura de preciosuras.
Mi esposa y yo estábamos preparados para acompañarles, desde Las Rozas, pero a última hora tuvimos que atender a las nietas pequeñas y ya se hizo imposible asistir.
Confiamos en el Señor para estar allí el mes que viene.
Nuestra oración le acompaña.
¡Viva Jesús Sacramentado!.
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