Misa con un "especial Teresa de Calcuta"

Completamente cierto. Un día me llegan dos feligreses y me dicen: “no veas qué misa el sábado en el pueblo. El cura decidió hacer en la misa un especial Teresa de calcuta. Hora y veinte de misa.”

He observado que una de las cosas qué más molesta a los fieles es encontrarse con “sorpresitas” en las misas. No. No hablo de misas raras ni de experimentos litúrgicos. Vamos a suponer que hablo de misas celebradas dentro de la normalidad de los libros litúrgicos. Me refiero a otras cosas. Intentaré explicarme con algunos ejemplos.

En mi parroquia celebramos cinco misas “dominicales”: una el sábado y cuatro el domingo. Y cada misa con su propia digamos “personalidad”. La de víspera es rezada, con el canto a la Virgen al final, normalmente la Salve Regina. Tenemos una primera misa el domingo, rezada. Otra a media mañana, pensada más para familias. En esta misa pues ya se sabe: más niños, homilía adaptada a los pequeños, los niños llevan las ofrendas y pasan los cestillos de la colecta, algunos a veces proclaman las lecturas y la música es más desenfadada sin descartar algún batir de palmas sobre todo en el canto final. La misa de las 13 h. es la misa parroquial: cantada, un poco más cuidada. La del domingo por la tarde es rezada.

Pues esto la gente lo sabe y cada cual va a la misa que mejor le viene por horario o por forma de celebrarse y punto. Bendita sea la libertad de los hijos de Dios. Lo que no puede ser es que un día en la misa de la tarde de sábado o domingo servidor se sienta inspirado y aparezcan de repente dos guitarras y unos bongos o un organista con cantor o cantora, que lo mismo da. Y que me emocione tanto que en lugar de los cuarenta minutos más a menos de siempre suelte una misa de hora y diez. No se comprende tampoco que en la primera misa del domingo, rezada, sencillita, celebrada en la capilla del Santísimo de repente un día me dé por cantar, hacer moniciones y reflexiones, para acabar en una interminable acción de gracias. O al revés. Que aparezcan familias con sus hijos en la misa de las 11:30 y se encuentren con una misa de sobaquillo liquidada en veinte minutos.

Los feligreses tienen derecho a saber qué se van a encontrar salvo circunstancias muy especiales. Todos comprendemos que si tenemos visita pastoral o confirmaciones, la misa es otra cosa, pero incluso en esos casos se debe avisar oportunamente. Recuerdo que siendo párroco de pueblo las primeras comuniones era costumbre que se celebraran en la misa de las 13 h. de los domingos. Yo solía decir a la gente la semana anterior: “el próximo domingo, a las 13 h., primeras comuniones. Por tanto, a quien le gusten que no se las pierda, a quien no le gusten ¡que huya!” Creo que es lo mínimo.

La gente en la mayor parte de las ocasiones busca un horario que le venga bien y espera encontrarse una misa al menos medio normal. Normal es que se cante más o menos. Normal que venga a durar hasta cuarenta o cuarenta y cinco minutos o quizá algo más. La gente va a misa y quiere saber a qué hora se empieza y cuando va a terminar, porque puede tener sus planes. Lo que es inaceptable es que hoy con canto y baile, mañana rezada, al otro misa con especial Domund, más tarde otra de sobaquillo porque el sacerdote anda con prisas, y la siguiente con un grupo cristiano que decidió amenizar con guitarra y pandereta. Pues por mucho que se celebre sin patear los libros litúrgicos, la verdad es que no es serio.

6 comentarios

  
pep
Pues, yo, que vengo de un movimiento (MOvimiento de Vida Cristiana) y que he vivido en el Perú mucho tiempo os digo que el tiempo normal de nuestras misas es de 55 minutos a una hora, tenemos varias parroquias, y nadie se queja...
09/09/12 6:11 PM
  
Norberto
Tomado del blog de su vecino del piso de abajo:

¿Qué subyace a todo esto? Una total incomprensión de la liturgia en su dimensión externa e interna. Un olvidar que la liturgia es algo que nos supera, no envuelve y nos espera. Que no podemos jibarizarla a la raquítica medida de nuestros gustos y capacidades, sino recibirla tal y como la tiene establecida la Iglesia sabiendo que es así como Dios quiere actuar en nosotros y a través de nosotros. Que la liturgia no puede estar centrada en el hombre sino en Dios. Que no puede estar orientada a expresar vivencias, recuerdos, sentimientos o ilusiones de los hombres, por nobles que puedan ser, sino a permitir que se corra el velo de este mundo y siquiera por unos momentos seamos asociados a la liturgia celestial.
09/09/12 6:34 PM
  
Salomón
¿Y no sería más fácil que todas las eucaristías fuesen iguales? A mí, es que eso de las adaptaciones... como que me chirría. Es como las pastorales varias : del circo, de la carretera, de los pescadores, de los cruceros, de los mineros, de los enfermos, de los ancianos... En donde yo estoy, se hace la misma misa para niños, mayores, jóvenes, enfermos, sanos, ejecutivos, torneros y agricultores. Y no pasa nada. Bueno, sí pasa, que hay conversiones y que se crece en la fe. Y los niños aprenden a estar formales en la misa. Y cuando llegan a jóvenes, están por la labor. Y surgen matrimonios cristianos, germenes de familias cristianas... Y también hay abandonos. Pero nadie podrá decir que se le ha dado gato por liebre. Y lo sembrado, queda.
09/09/12 7:41 PM
  
Juan Mariner
La Madre Teresa de Calcuta se merece todo el tiempo del mundo...
09/09/12 8:17 PM
  
alejandro galván
Una vez más felicitaciones, D. Jorge.

La misa es celebrada en sus cinco dimensiones clásicas (latreutica, propiciatoria, impetratoria, eucarística), por lo tanto está centrada NECESARIAMENTE en Dios. Pero esto, sin olvidar que quien la celebra es TODA la Iglesia (esa comunión de los santos...), y el modo muy particular, la asamblea reunida para ello, con el sacerdote celebrando en persona Christi.

Este punto fundamental de la celebración no descuida que somos cuerpo y alma; que así como el espíritu debe estar concentrado en la oración, las exterioridades del cuerpo SON NECESARIAS en la celebración: de ello la señal de la cruz, las distintas posiciones del cuerpo...

Por todo esto (y muchos otros puntos del tesoro de la misa) es NECESARIA una sensibilidad pastoral; y esto no es de ahora; mucho antes de la reforma litúrgica había también una variedad de misas: misa cantada, misa con sermón, misa con el Santísimo Expuesto.... La Santa Iglesia no se queda parada en su crecimiento en gracia y santidad.
09/09/12 9:36 PM
  
Gaby
En mi vida me han "tocado" misas de todo tipo. Desde la de 20 minutos durante el receso en la Universidad, a la que íbamos 4 gatos porque no cabían más en la capillita, hasta la de 2 horas del Papa en su primera visita al país, con asistencia de un millón de personas.

Una vez de sorpresa llegaron a cantar en K'ekchí frente a mí un coro de muchachos de una parroquia hermana, otra vez el padre puso a sonar una canción de Alejandra Guzmán.

De la del Papa no recuerdo casi nada (era muy pequeña) de las de la Universidad recuerdo hasta el olor del aire. El coro K'ekchí lo interpreté como un milagro y la canción de la Guzmán me hizo llorar (hasta se la comenté al padre en mi siguiente confesión).

No sé... a mí me gustan las sorpresas. Mientras haya consagración y el cura tenga la habilidad de sacar provecho de sus 20 minutos, creo que nunca he ido a una Misa que no me "guste". Ni siquiera las del "padre eterno", apodo que le han dado a un cura que llega a mi parroquia, que extiende sus homilías hasta el infinito. Creo que es cosa de llegar sin prejuicios y con la mente abierta (y un cierto margen de tiempo, por si es voluntad del padre eterno entretenernos un poco más de la cuenta).
09/09/12 9:53 PM

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