En Adviento, oremos por los cristianos perseguidos.
1. El Adviento en la oración del perseguido.
¡Que reines, Corazón Divino!
A ti, Señor, levanto mi alma: Dios mío, en ti confío; no quede yo defraudado; que no triunfen de mí mis enemigos, pues los que esperan en ti no quedan defraudados. (Sal 24, 1-3)
En Vos confío, en Vos confío…tú eres, Amor, mi esperanza, contra todo pronóstico. Lo he perdido todo: casa, amigos, familia, la tierra en la que nacieron mis mayores, mis hijos, yo mismo… por ti, por no negarte. Y todo lo estimo basura. Será necedad, o escándalo…pero yo te doy las gracias. En la prueba, me diste el no negarte. ¡Que reines, Corazón Divino! Mi esperanza está en ti, no quedaré defraudado.