30.01.09

De la abundancia del corazón de Pepiño y de la FERE

Nuestro Señor Jesucristo, que de psicología humana sabía un rato largo, quiso dejarnos un mensaje claro que nos sirve para discernir cómo son las personas. Dijo “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno. Y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Luc 6,45)

No hay como escuchar a algunos políticos para saber ante qué tipo de personajes nos encontramos. El insigne Zapatero, antes de ser presidente de gobierno, dijo aquello de “más gimnasia y menos religión” a los alumnos de un colegio público. Ya marcaba el camino por el que se iba a manejar si llegaba al poder. Nadie duda de que la religión, en especial la católica, es un formidable enemigo para los planes de ingeniería social de ZP. Él lo sabe, nosotros lo sabemos, sólo los cegatos y los quintacolumnistas progres en la Iglesia no lo saben. O lo saben pero están de su parte. Al fin y al cabo, Zapatero sigue fielmente el consejo de su padre espiritual, Pablo Iglesias, quien arengó a sus mesnadas diciéndoles: “Sois socialistas no para amar en silencio vuestras ideas ni para recrearos con su grandeza y con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes“.

Esas palabras del fundador del socialismo español son parte del ADN de los socialistas de hoy. Para ellos la democracia es el instrumento por el cual sus ideas son predicadas e impuestas a toda la sociedad. Pero ojo si la misma no vale para tal cosa. Ya lo dijo el propio Iglesias en 1910: “Mi partido está en la legalidad mientras ésta le permita adquirir lo que necesita; fuera cuando ella no le permita alcanzar sus aspiraciones….. Tal ha sido la indignación por la política del Gobierno del Sr. Maura en los elementos proletarios que nosotros hemos llegado al extremo de considerar que antes de S.S. suba al Poder debemos ir hasta el atentado personal“. No diré que hoy el socialismo llegaría a eso, aunque ciertamente se aprovecharon de un atentado para alcanzar el poder, pero sí que es claro que la izquierda española se aliaría con el mismísimo diablo, en forma de serpiente, con tal de mantenerse en el trono desde el que imparte ética y moral a los españoles. Hay otro trono que sirve más bien para poco, pero dejémoslo estar.

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29.01.09

No nos dejan objetar.... de momento

Desde que se ha hecho público el fallo del Tribunal Supremo por el que se pretende impedir a los padres el derecho a objetar contra la asignatura Educación para la Ciudadanía, se ha producido una cascada de declaraciones de todas las partes implicadas en este proceso. Las mismas van desde la alegría nada disimulada del gobierno, la izquierda social y la izquierda religiosa -fiel sierva de aquella- por un lado, a la decepción y cautela de los que no estamos dispuestos a que el Estado dicte la moral para nuestros hijos.

La sentencia no permite la objeción de la forma en que ha sido planteada hasta ahora en los tribunales, pero parece ser que no cierra del todo la puerta a futuras objeciones si se aborda la cuestión de forma diferente. Además, nos informan de que el texto pedirá al Gobierno que modifique los contenidos de la materia de forma que se evite el adoctrinamiento y la imposición de criterios morales en las aulas, especialmente a través de libros de texto y profesores. Lo cual es realmente curioso porque si el gobierno no hace tal cosa, ¿seguirán los padres sin tener derecho a objetar? ¿acaso no han objetado ya precisamente por el contenido de la asignatura?

Lo que se juega en todo este asunto es algo fundamental. Ni más ni menos que derecho de los padres a discernir qué es lo mejor para sus hijos o si eso lo decide el gobierno o un juez. Y yo lo siento mucho, pero ni diez mil gobiernos ni ochocientos mil jueces pueden tomar por mí la decisión sobre cuáles son los valores en los que quiero educar a mis hijos. Por ejemplo, yo les enseño que el aborto es un asesinato, que las relaciones sexuales fuera del matrimonio son pecado, que el matrimonio homosexual va en contra de la ley natural y que las urnas no pueden servir nunca para legitimar el mal pues, como dijo Juan Pablo II, “la democracia no puede mitificarse convirtiéndola en un sustitutivo de la moralidad o en una panacea de la inmoralidad. Fundamentalmente, es un `ordenamiento´ y, como tal, un instrumento y no un fin. Su carácter moral no es automático, sino que depende de su conformidad con la ley moral a la que, como cualquier otro comportamiento humano, debe someterse” (Evangelium Vitae, 40). Y yo pregunto: ¿quién es el gobierno o un tribunal para impedirme que mis hijos reciban en la escuela una enseñanza contraria a esas ideas?

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28.01.09

Ruptura entre el Gran Rabinato de Israel y la Santa Sede

Llevamos ya demasiado tiempo teniendo que soportar todo tipo de menosprecios y gestos poco amigables por parte de un sector importante de la comunidad religiosa judía. A Pío XII lo tienen enfilado por su papel durante el Holocausto, a pesar de que todas las evidencias históricas demuestran que fue la Iglesia Católica, y Pío XII en particular, la que más judíos salvó de las garras nazis. De hecho, cuando el Papa Pacelli murió, la totalidad de las personalidades mundiales judías le alabó. También se han molestado cuando el Papa Benedicto XVI ha introducido una plegaria por la conversión de los judíos en una fecha del calendario litúrgico. Y ahora el Gran Rabinato de Israel rompe relaciones con la Santa Sede porque ha remitido la excomunión al obispo Williamson, de la FSSPX, que hizo unas declaraciones ciertamente desafortunadas sobre las cámaras de gas nazis. No les importa que el superior de la Fraternidad haya pedido perdón ni que haya prohibido a Williamson volver a abrir la boca sobre ese tema. Tampoco tienen en cuenta el hecho de que la revocación de la excomunión no tiene nada que ver con ese asunto y que la Iglesia se haya ratificado en su condena del nazismo y del Holocausto.

¿Qué pretenden exactamente los líderes religiosos judíos con este tipo de gestos? ¿por qué no aceptan las disculpas de monseñor Fellay y la censura a Williamson? ¿por qué su interés en dar la espalda a un Papa que quiere mantener relaciones cordiales con ellos?

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27.01.09

Lo de Lumen Dei huele cada vez peor y en Roma no se enteran

Paco Pepe les llamó “secuases". Su comportamiento es el de auténticos sectarios. Y lo que Roma está haciendo con el asunto de Lumen Dei, posiblemente presionada por algunos prelados irresponsables, empieza a oler a huevo podrido.

Se nombró a don Fernando Sebastián como Comisario Pontificio. Se negaron a aceptarlo. Se les conminó a aceptar su autoridad. Se siguieron negando. Se les puso una fecha límite para aceptar lo que el propio Vaticano les ordenó. Se siguieron negando. ¿Solución de Roma? Levantar la fecha límite, sin consultar previamente dicho paso al Comisario, al cual han dejado en una situación que como menos habría que calificar de “alucinante".

Javier Morán, que suele estar bien informado, comenta que uno de los adalides de estos sectarios es monseñor Osoro. Dada la actitud previa en este asunto del arzobispo electo de Valencia, esa noticia es perfectamente creíble. Menos lo es que el cardenal Rouco ande metido en el ajo. Más vale que no sea así.

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26.01.09

La ley es para todos o no es para nadie

Cuando al arzobispo Marcel Lefebvre procedió a ordenar como obispos a cuatro sacerdotes de la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X, el Papa Juan Pablo II anunció la excomunión de los cinco a través del motu proprio Ecclesia Dei. En el mismo se podía leer lo siguiente:

“Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo mons. Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica” (Código de Derecho Canónico, can. 1.382).

El artículo del canon citado reza así:

1382 El Obispo que confiere a alguien la consagración episcopal sin mandato pontificio, así como el que recibe de él la consagración, incurre en excomunión latae sententiae reservada a la Sede Apostólica.

Parece, por tanto, fuera de toda duda que la excomunión era conforme a la ley que la Iglesia se ha dado a sí misma y, de hecho, el que los obispos ordenados por Lefebvre hayan solicitado al Papa Benedicto XVI que les remitiera esa pena es un reconocimiento explícito de la licitud de la misma.

Ahora bien, el mismo código de derecho canónico que se aplicó a monseñor Lefebvre contiene los siguientes artículos:

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