22.10.09

¿Qué hacer ante las quejas de los curas casados apartados del sacerdocio?

Como era de esperar, la llegada de miles de presbíteros anglicanos casados a la Iglesia Católica, donde serán ordenados para poder ser curas católicos, está provocando reacciones un tanto airadas de aquellos sacerdotes católicos que decidieron quebrantar el celibato para poder casarse, lo cual les llevó a ser apartados del ministerio sacerdotal. Alguno asegura que se produce un agravio comparativo. ¿Por qué los anglocatólicos podrán ser sacerdotes y tener familia mientras que a nosotros no se nos deja ejercer?

No sé cuál será la respuesta que desde Roma se dé a esa pregunta. Yo respondería que hay una razón de peso: los anglicanos se hicieron presbíteros en una tradición eclesial donde no existe el celibato obligatorio, mientras que los sacerdotes católicos de rito latino que se han casado han quebrantado el celibato al que se comprometieron libremente. Por tanto, por mucho que se empeñen, la situación no es la misma. Unos no han roto ningún compromiso, los otros sí.

Es más, yo creo que aunque la Iglesia decidiera suprimir, de ahora en adelante, la obligatoriedad del celibato para poder ser sacerdote católico de rito latino, eso no supone que los que se secularizaron tengan por qué volver a ejercer el sacerdocio. Ellos seguirán siendo aquellos que habiendo aceptado libremente ser célibes rompieron su compromiso con Dios y con la Iglesia. En las iglesias ortodoxas y entre los católicos de rito oriental, todo aquel sacerdote que se compromete a ser célibe, no puede casarse. De hecho, quien entre ellos se ordena presbítero estando soltero, soltero se ha de quedar por vida. Es más, los que se ordenan estando casados, en caso se enviudar no pueden volverse a casar. Espero que ese “mínimo” les sea exigido a los anglocatólicos, que hasta ahora han podido casar a sacerdotes ya “ordenados".

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21.10.09

Datos a tener en cuenta con la llegada de los anglocatólicos

Sin la menor duda el patio está muy alterado desde que ayer se hizo público que el Papa abre los brazos de la Iglesia Católica a los anglicanos que quiere formar parte de la misma, sin perder por ello todos los rasgos de la tradición religiosa a la que han pertenecido. La alegría de la mayoría de los católicos de bien contrasta con las quejas que ya se están produciendo desde sectores “progre-eclesiales, que ven con preocupación el hecho de que los anglocatólicos que van a entrar en la Iglesia son ciertamente conservadores en lo moral y en lo litúrgico. No olvidemos, por ejemplo, que la Traditional Anglican Communion se separó de la Comunión Anglicana, entre otras razones, por la aprobación de la ordenación de mujeres como presbíteras en el seno del anglicanismo. No hace falta que expliquemos cómo consideran la cuestión del avance del lobby gay en el anglicanismo esos anglocatólicos que pronto estarán en plena comunión con el resto de católicos. En otras palabras, los futuros católicos procedentes del anglicanismo representan mejor el “ethos” católico que aquellos que estando hoy en el seno de la Iglesia Católica viven apartados de su magisterio.

Existe también una preocupación legítima en algunos católicos que no entienden cómo se puede conjugar bien el hecho de que los anglocatólicos, cuyo rito se puede decir que es latino, van a mantener su tradición de poder ordenar sacerdotes a hombres casados. Eso ya ocurre en los católicos de ritos orientales que están en comunión con el Sucesor de Pedro, pero los anglocatólicos no son orientales sino hijos de una tradición “occidental", por decirlo de alguna manera. Yo creo que lo que se va a producir a partir de ahora es, introducidas las modificaciones necesarias que garanticen la aceptación de todo el corpus doctrinal católico, la asunción del rito anglicano dentro de la Iglesia Católica como “nuevo rito". Debemos esperar a ver cómo soluciona el Papa esa cuestión en la Constitución Apostólica que se nos ha anunciado. Si se me pregunta si creo que este tema va a afectar a la cuestión de la obligatoriedad del celibato para los sacerdotes católicos de rito latino, mi respuesta es que a corto y medio plazo no afectará pero que, en todo caso, y aun siendo yo partidario de que las cosas se queden como están, tampoco supondría ningún drama que afectara.

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20.10.09

Los obispos catalanes nos dicen lo que ya sabíamos, ¿y ahora qué?

La Tarraconense ha publicado una nota en la que se afirma que el documento “Consideraciones sobre el embrión humano” del Insituto Instituto Borja de Bioética no es conforme a la doctrina católica. Pero cualquier fiel mínimamente formado sabe que si un documento se muestra favorable, con matices, a la futura ley del aborto, el mismo no puede pasar el filtro de la doctrina (no fe) de la Iglesia.

El problema es que el Instituto Borja de Bioética sigue siendo dirigido hoy por los mismos que publicaron ese documento, a saber, sacerdotes religiosos que viven en sus diócesis. ¿Piensan ustedes hacer algo respecto a ellos, exigiéndoles alguna retractación pública, reclamando a sus superiores, o denunciándolos a la comisión episcopal de los religiosos o a la de la doctrina de la fe? Como pueden figurarse, esto es lo que esperan de ustedes los fieles católicos escandalizados tan gravemente por el documento del Instituto.

Bien saben ustedes que no basta con señalar la verdad. Hay que erradicar el error, porque de lo contrario, muchos fieles débiles en la fe pensarán que esto es una cuestión de opiniones. Que ustedes opinan que el documento está mal, pero que al fin y al cabo no debe ser algo tan importante opinar lo contrario, ya que sus autores siguen tan felices como sacerdotes y religiosos, y continuan adelante en el IBB, a pesar de que lleven años mostrando que están apartados de la doctrina de la Iglesia en todo lo relacionado con la bioética.

También saben ustedes muy bien que en Roma ha causado impacto lo ocurrido con el “escándalo del IBB". Sospecho que desde la Santa Sede se esperaba algo más que una simple nota para señalar lo obvio. Si esos religiosos no estuvieran celebrando misas en sus diócesis, poco más podrían hacer. Pero no es fácil entender que algunos obispos en el mundo nieguen la comunión a los políticos católicos que se muestran favorables a la legislación pro-abortiva y en cambio otros permitan que esos sacerdotes celebran en sus diócesis la Santa Misa, a pesar de enseñar en abierta oposición al magisterio apostólico.

Creo que hablo en nombre de muchos al decir que esa Nota no nos basta. Que mientras los religiosos del IBB no se retracten en forma pública de las barbaridades que públicamente han afirmado y se comprometan a no volver a publicar nada que contradiga el Magisterio de la Iglesia, el escándalo en modo alguno se habrá superado. Y si ustedes no pueden o no estiman conveniente ir más allá, les rogamos que remitan el caso a la Santa Sede. Pero esto no puede quedar así.

Luis Fernando Pérez

Anglocatólicos: ¡Welcome home!

Hoy es un día histórico para la Iglesia Católica o, lo que es lo mismo, para la Iglesia de Cristo. Benedicto XVI, Vicario de Cristo, ha decidido aceptar la petición de la Traditional Anglican Communion (Comunión Anglicana Tradicional) de ser recibidos en el seno de la Iglesia Católica, en plena comunión precisamente con el Papa. Y además, les va a conceder una ordinariato personal, lo que supondría la creación de una nueva figura canónica.

A falta de saber todos los detalles del caso, parece obvio que esta decisión de la Iglesia va encaminada no sólo a los miembros de esa escisión del anglicanismo, que abandonó la comunión con el arzobispo de Canterbury en 1990 debido a la deriva que estaba tomando la “iglesia” creada tras el cisma provocado Enrique VIII. A partir de ya, cualquier anglocatólico que quiera entrar en la Iglesia Católica, tendrá un lugar donde hacerlo sin necesidad de abandonar su propria tradición religiosa, con sus ritos y rezos. Y eso puede animar a muchos a dar el paso, lo cual debe ser motivo de satisfacción.

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18.10.09

17-O, un éxito rotundo

Ha sido un éxito. La manifestación de ayer en Madrid ha superado las expectativas de muchos, incluidas las mías, que no teníamos claro que los organizadores consiguieran reunir a centenares de miles de personas. Comparada con cualquiera de las grandes manifestaciones de la derecha social de la legislatura pasada, la de ayer no tenía nada que envidiar a la más concurrida de ellas. Así que, si hubiéramos de calificar la manifa tan sólo por su nivel de asistencia, la nota rozaría el sobresaliente. Respecto al número total de asistentes, estamos en lo de siempre. Unos tiran por lo alto y otros hacen el ridículo diciendo que allí había menos gente que en el Bernabeu en un Madrid-Barça. Pero nadie puede negar lo que nuestros ojos han visto. La calle llena de gente desde Sol hasta la Puerta de Alcalá, con muchísima gente a izquierda y derecha de Cibeles, ya sea en dirección Atocha o a Plaza de Castilla. Si ahí estaban solo unas cuantas decenas de miles de personas, entonces en este país no ha habido una sola manifestación que haya superado las 200.000.

Pero por encima incluso del número de asistentes, creo que se puede hablar de un gran éxito por el ambiente festivo y de alegría de la marcha. Defender la vida merece la pena. Y que lo hagan familias repletas de niños pequeños y no tan pequeños, así como grupos de adolescentes y de jóvenes -fueron muchísimos-, da cierta esperanza sobre el futuro de este país. Son ellos los padres de la España del futuro. Los adalides de la cultura de la muerte son estériles. No tienen hijos y cuando los tienen, los suelen considerar más como un estorbo que como una bendición de Dios. Ellos representan la España negra, la que traiciona su verdadera esencia, la que ha entrado en una ruta suicida a toda velocidad. Ayer vimos a una gran representación de la buena España, de la España viva, de la España que quiere mirar al futuro sin la sombra de la complicidad con el mayor Holocausto que ha contemplado la Historia de la Humanidad y que se llama aborto.

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