Sano laicismo versus laicismo radical
Sano laicismo:
Os permitimos a los católicos que tengáis vuestros “valores", pero olvidaos de que se reflejen en nuestras leyes.
Por tanto, divorcio, aborto, educación para la ciudadanía, etc.
Laicismo radical:
Vuestros valores católicos quedan aniquilados si no coinciden con los que os imponemos por ley.
Por tanto, ideología de género, adoctrinamiento pleno de vuestros hijos en la escuela pública y privada, etc. Y quien se oponga, que se atenga a las consecuencias.
Todavía hay católicos que creen que existe un sano laicismo en contraposición al laicismo radical. Pues no, son la misma cosa. La laicidad está en parte agazapada mientras la población es más o menos cristiana. En cuanto el proceso de descristianización, al que ha contribuido decisivamente el laicismo, llega a cierto punto, se pasa a la segunda fase. Es en la que estamos hoy.
Ya no es la ley natural y divina quien rige los designos de los países otrora cristianos. Ahora es el Estado quien, de forma totalitaria quien impone la moral.
Y muchos fieles se preguntan: ¿pero qué ha pasado? Pues fácil. Que se renunció a la unidad católica, al Reinado de Cristo y vuelve a reinar el Príncipe de este mundo. Con vuestra colaboración activa o pasiva.
A recoger lo sembrado, amigos. Y, al que se le conceda, que cumpla con el mandato de suscitar la obediencia en la fe entre las naciones sembrado la semilla de un evangelio no adulterado por los “valores” laicistas.
Este es el gran principio no negociable para un católico: ¡Cristo Rey!. De ese principio emana todo lo demás.
Luis Fernando Pérez
37 comentarios
El liberalismo puede ser bien un instrumento de apostasía bien un instrumento de santificación.
Corresponde a los católicos santificar a el liberalismo.
En ese sentido echo mucho de menos la democracia cristiana de los 60. La misma que el futuro San Pablo VI tanto apoyó.
De todas formas en el estado de la actual guerra, hay que olvidarse de la batalla política y centrarse en la cultural.
La democracia cristiana necesita a su Gramsci.
El Evangelio de hoy dice que quien cree en Criato tendrá la vida eterna. Necesitamos un Liberalismo orientado a Cristo. Y así nos llevará a la vida eterna.
---
LF:
Varias cosas:
1- Usted no está tan seguro de que... yo presento HECHOS.
2- Pocas dudas quedan hoy de que la democracia cristiana italiana fue motor fundamental para la descristianización de Italia. Antes y después del CVII.
3- No se puede santificar un sistema que en su esencia lleva le negación de la soberanía de Cristo. A lo sumo se pueden moderar sus efectos.
4- Ningún sistema político nos llevará a la vida eterna. Pueden ayudar o ser un obstáculo, pero nada más.
Y una última cosa. No me interesa su participación en mi blog. Ya sabe usted que yo soy uno de esos fariseos avinagrados con los que es mejor no juntarse. Así que no se junte conmigo.
El año pasado, Laje y Márquez (liberales argentinos) y luego Benigno Blanco (un conocido de ustedes por España) SE PASEARON COMO GRANDES LUMBRERAS POR ESPACIOS CATÓLICOS, con presupuesto y la venia de la Iglesia.
Mientras que a destacados y más preparadas personalidades, ni les toman en cuenta porque su discurso es “DEMASIADO CONFESIONAL” para el gusto de La Iglesia.
Así de idiotizados están.
De todas formas siento ese lenguaje de "fariseos", "escribas" y tal.
A veces se me olvida que junto con la oración y la limosna la caridad con el prójimo, incluido el virtual, es un pilar importante de la Cuaresma.
Ore por mí, que mucho lo necesito.
--
LF:
No, no me ponen nervioso. Lo de la ofensa, lo dejamos estar.
Rezo por usted. Rece usted por mí.
Está claro que toda laicidad, o fuerte o débil, implica una carencia.
---
LF:
Pues eso.
Laico es ser independiente de cualquier organización religiosa, y esto los cristianos católicos no lo somos. Y laicista o laicismo es estar en controversia con la religión.
Prefiero la palabras seglar, secular, secularidad... Designan sin equívocos.
Los católicos, somos creyentes, religiosos, consagrados a Dios. Unos son ordenados, otros hacen votos en congregaciones, otros son seglares que viven como particulares, autónomos, profesionales, trabajadores,jubilados, y demás pero por nuestros sacramentos, aunque vivamos fuera de órdenes religiosas o conventos, somos consagrados a Dios por nuestras promesas de fidelidad a sus mandamientos.
---
LF:
Cuando todas las religiones son iguales, es el Estado quien marca la ética y la moral. Y ya vemos cuáles son las consecuencias.
Hemos echado a Dios con nuestra libertad responsable y Él se ha ido. Ya no está: Falta en la familias (¿alguno se ha dado cuenta que los curas no caen del cielo sino de las familias?). Falta en las instituciones. Falta en el arte. Falta en uno HASTA que no defendamos que queremos leyes cristianas, enseñanza cristiana, arte cristiano, familias cristianas, otra vez una Europa cristiana. ¿Qué coño es eso de la sana laicidad? ¿mal menor y esas mierdas papagayescas repetidas como mantras por católicos cobardes?
¿Y cuántos somos en España los católicos que creemos en los principios no negociables de BXVI? ¿Cuántos somos los que nos oponemos frontalmente al aborto, al matrimonio homosexual y a las políticas contra la familia?
No me refiero a los bautizados, ni a los que se declaran católicos ellos mismos. Me refiero a los católicos de verdad. ¿Cuántos seremos? ¿Llegaremos al 10 % en España? Con esas cifras, por desgracia, nada puede cambiarse. Si algún día se amplía esa base social ya podría discutirse el tema...
--
LF:
No creo que exista la más mínima posibilidad de cambiar el actual sistema político. A menos a corto-medio plazo. Y a largo plazo, como no medie poco menos que un milagro, tampoco.
Por eso hablo de sembrar semillas y ser testigos de la Realeza de Cristo. Poco más podemos hacer.
Y parece que la historia le ha dado la razón, porque como tú bien dices, Luis Fernando, hoy vemos que el laicismo democrático pretende que de religión sólo debe hablarse en la iglesia y en el hogar, porque a los hijos los educa el Estado.
Todavía andan por ahí algunos desprevenidos sueltos como Josafat y Daniel Lagos de Perú, que creen que hay un liberalismo bueno y un liberalismo malo.
Todo liberalismo es malo, se llame como se llame, por eso lo que deben entender de una buena vez por todas estos románticos de lo imposible, es que el liberalismo es pecado, como muy bien sentenció el Padre Félix Sardá y Salvany en 1884, quien hasta mandó poner un epitafio con esa leyenda en su tumba, tan confiado estaba que eso le serviría para resucitar un día con los justos para la vida eterna.
Por mi parte, estoy convencido que la democracia liberal y laicista aún espera agazapada el momento de lanzar su puñalada mortal contra Cristo y su Iglesia.
Cuando eso ocurra, espero que estos católicos liberales comprendan su trágico error y se arrepientan de su pecado.
Todavía están a tiempo.
---
LF:
Supongo que algunos ya perciben las consecuencias de su error. Pero ya no pueden hacer nada por evitar dichas consecuencias.
https://www.20minutos.es/noticia/34174/0/benedicto/xvi/laicismo/.
---
LF:
En mi opinión, no es correcto. Desde luego no es lo que enseñaban los Papas hasta Pío XII.
Entiendo que lo que él pretendía era "apaciguar" el laicismo. No lo impulsó. Se lo encontró como un hecho consumado. Pero no hay laicismo sano.
----
LF:
Lo de la añoranza, como chorrada le ha quedado muy mona. Yo no tengo edad para añorar algo que no viví. Y ando ya por el medio siglo de vida.
La fe, siendo un don de Dios, NUNCA se puede imponer. Las leyes que configuran la sociedad de cara a impulsar el bien común, sí. De hecho, ahora es el Estado quien impone su moral en multitud de temas. Es el nacional-laicismo.
Yo no creo imposible que la gente se convierta. Pero se convierte más "fácilmente" un pagano que un apóstata.
Distintos regímenes han ocupado la historia del ser humano a la hora de gobernarse, la llamada democracia no es sino otro régimen más y, en mi opinión, uno de los peores y más nocivos para la consecución del Reinado de Cristo. Considero, y lo seguiré sosteniendo a pesar de leyes estalinistas como la que prepara el PSOE sobre la "Memoria Histórica", que el régimen anterior en España acercaba y contribuía en vez de obstaculizar a la consecución del Reinado de Cristo. El Señor nunca dijo que el hombre debía rendir pleitesía a una determinada forma de gobierno, lo que nos dijo el Señor es: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí".
VEN SEÑOR JESÚS, NO TARDES MI DIOS, NO NOS ABANDONES. TE AMO.
Un abrazo LF, por favor no te canses de gritar, aunque muchas veces las fuerzas y el ánimo decaigan, aunque te parezca que gritas solo en el desierto... Lo cierto es que Jesús obra el milagro de que tus palabras se abran paso y toquen a miles de almas, también de muchos jóvenes, que son instrumento de Dios para dar un giro de 180 grados al rumbo suicida de la humanidad.
Lo de la sana laicidad puede ser algo provisorio y prudencial, para defender la libertad del católico de profesar en privado y en público sus deberes religiosos cuando el estado laicista se lo pretende impedir. Y poco más. Es sano distinguir, pero no es sano separar. Creo que es lo que pretende resaltar Luis Fernando, que no es sano separar.
Reitero la obligación de las sociedades (además de las personas) para con Dios, y creo que es lo que con precisión y rectitud pretende reivindicar el post.
Quienes deberían haber advertido porque ésa era su función, y estaban preparados para discernir, han callado. Los perros que deberían haber vigilado el rebaño y ladrado cuando el lobo, vestido de democracia, atacaba a las ovejas, quedáronse mudos. No les arriendo la ganancia cuando tengan, o hayan tenido que presentarse ante Dios.
Al margen de las indudables y gravísimas defecciones individuales la Iglesia, como institución, ha aportado su cuota cuando decidió, allá por los sesenta y reinando Juan XXIII, dejar de condenar a las falsas doctrinas. Que es como si los bomberos decidieran no apagar los incendios o los militares no disparar un tiro, lo que llevaría a esos servidores a perder el sentido de su existencia.
A pesar de que las consecuencias no tardaron en sentirse, como que las iglesias quedaron vacías, multitud de sacerdotes abandonaron su ministerio y muchos seminarios y congregaciones fueron al cierre, la cúpula de la Iglesia sigue no obstante, impasible el ademán, empecinada en "no condenar".
Las consecuencias de tal actitud en la sociedad civil han sido devastadoras.
Estoy convencido de que si vamos a por uno de izquierdas y le decimos que respetamos sus ideas, pero que queremos la separación entre izquierda y estado, y que por lo tanto ninguna de sus ideas puedan por ley ser impuestas, lo normal es que se enfade y diga que de ninguna de las maneras. Pues bien, a un católico medio le dices eso, y da palmas con las orejas.
Lo dicho, una locura. Señor mío ten piedad de nosotros porque somos unos cobardes.
La secularización ha devenido en ateísmo.
Y a quien beneficia enormemente es a la masonería.
Ahora se enseña en las universidades la moral de circunstancias, el ecumenismo, y los masones están muy contentos porque ya no se habla de la verdad, de realismo, de Santo Tomás de Aquino patrono de universidades y escuelas católicas.
Ahora se enseña estructuralismo, sociologismo, es la era del vacío, la sociedad líquida, el liderazgo, el éxito y emprendedurismo sin bien común.
Las universidades católicas ya no enseñan derecho natural en sus facultades de derecho, inexplicablemente lo han quitado hasta de los seminarios. Ahora el derecho se estudia para saber cómo aplicar bien los artículos de las constituciones generalmente ateas. Ya no se da la razón al que hizo bien, ni al que tiene razón, sino al que mejor utilizó o interpretó las leyes.
Y como ya no se entiende el derecho natural, hasta en los tribunales eclesiásticos los abogados egresados de universidades católicas sin amor a la verdad y desprovistos del conocimiento de la teoría de la argumentación, opinan con criterios de moral de circunstancias.
Esto lo vivo a diario en el ejercicio de mi profesión.
Felicidades por este artículo, que ojalá sirviera para rectificar el rumbo de la ciencia de la verdad, del bien en las universidades, que es el ambiente donde yo me encuentro.
En definitiva, el Reinado Social de Cristo es bueno, nos hace socialmente fuertes, garantiza nuestra pervivencia, protege el futuro, impulsa el desarrollo. Su negación sólo puede proceder de la ignorancia o de la maldad.
---
LF:
La canonización de Pablo VI no tiene nada que ver con este tema. Y no se nos olvide que es el autor de Humanae Vitae.
Creo que la tolerancia del laicismo por parte de la Iglesia es una mercancía averiada que se introdujo de matute por medio del liberalismo político y religioso, ambos condenados por papas valientes por ser opuestos al confesionalismo católico tradicional. El liberalismo político considera que todas las opciones políticas son igualmente válidas y legítimas, y, por tanto, que el hombre debe disponer de una serie de libertades (cuyo ejercicio les lleva indefectiblemente al error, como la libertad de prensa, de conciencia, religiosa, etc.) que son válidas como fruto de la soberanía popular. Y el religioso, que considera que la libertad religiosa consiste en el derecho de cada cual a hacer con su vida lo que quiera, aunque uno pueda estar en contra, verbigracia, del aborto, del divorcio o de la anticoncepción.
Mientras, la doctrina tradicional de la Iglesia siempre condenó ambos tipos de liberalismo: el político en Diuturnum Illud, de León XIII y en Libertas Praestantissimus, del mismo Pontífice. Y el religioso en Mirari Vos y en el Syllabus.
Finalmente, el liberalismo (y su "sano" laicismo), esto es, la tolerancia al error social, prepararon el camino al comunismo. Muy bien lo expresa Pío XI en Divini redemptoris, 16: "El liberalismo ha preparado el camino del comunismo
16. Para explicar mejor cómo el comunismo ha conseguido de las masas obreras la aceptación, sin examen, de sus errores, conviene recordar que estas masas obreras estaban ya preparadas para ello por el miserable abandono religioso y moral a que las había reducirlo en la teoría y en la práctica la economía liberal. Con los turnos de trabajo, incluso dominicales, no se dejaba tiempo al obrero para cumplir sus más elementales deberes religiosos en los días festivos; no se tuvo preocupación alguna para construir iglesias junto a las fábricas ni para facilitar la misión del sacerdote; todo lo contrario, se continuaba promoviendo positivamente el laicismo. Se recogen, por tanto, ahora los frutos amargos de errores denunciados tantas veces por nuestras predecesores y por Nos mismo. Por esto, ¿puede resultar extraño que en un mundo tan hondamente descristianizado se desborde el oleaje del error comunista?"
También sigo otros portales que luchan por no desviarse de la tradición como 1Peter5. Seguro que lo conocéis. El otro día precisamente venía un enlace muy bueno sobre este tema, en el ámbito de la educación y apoyaba de forma muy certera lo que supuso el CVII con su apología del "liberalismo", (lo que podríamos llamar una "sana" laicidad )para ir demoliendo la cristianización. Esta sana laicidad ha sido apoyada por sacerdotes y seglares de movimientos con mucha influencia dentro de la Iglesia. Me gustaría hablar con usted sobre este tema muchísimo. Tiene mi correo y quisiera la verdad aclararme varias cosas.
Mándeme su correo y me gustaría preguntarle ciertos conceptos.
Si no sabe el enlace de 1peter5 se lo puedo enviar.
Un saludo y muchísimas gracias por ser Luz.
---
LF:
Sí, conozco ese artículo de 1P5. Es de un monárquico francés.
Me temo que no tengo tiempo para hablar muchísimo con nadie.
---
LF:
Benigno Blanco, dicho por él mismo, fue uno de los redactores principales de la ley sobre el aborto de Gallardón que finalmente no salió adelante. Una ley que dejaba sin pena de cárcel a cualquier mujer que abortara hasta cinco minutos antes de dar a luz.
Benigno Blanco es un excelente pensador liberal. Y ha sido fiel al actual sistema mientras estaba en su primera fase.
Si decir eso es tirar porquería sobre él, lo siento. Es la pura verdad.
"La fe, siendo un don de Dios, NUNCA se puede imponer. Las leyes que configuran la sociedad de cara a impulsar el bien común, sí. De hecho, ahora es el Estado quien impone su moral en multitud de temas. Es el nacional-laicismo."
Juvenal no hablaba de "la fe impuesta por el Estado", habló de la "religión impuesta por el Estado" y esa es la situación que usted y mucho otros añoran o desean vivir, llámelo como prefiera.
Eso que usted llama "nacional-laicismo" es, en cualquier caso, infinitamente mejor que el nacional-catolicismo. El primero no prohibe casarse, ni parir y tampoco obliga a divorciarse, abortar o a la homosexualidad. El segundo, por su parte, se basa en la prohibición de todo lo que no sea de su agrado (prohibición y castigo para todos, no sólo para los creyentes) y en imponer una moral, unas costumbres y un modo de vivir específico de una confesión a todo el conjunto de la sociedad.
"Pero se convierte más "fácilmente" un pagano que un apóstata."
Ahí le doy la razón, quien ya cree en una fantasía es más propenso a creerse cualquier otra, eso que usted llama "conversión".
---
LF:
Dice usted:
Eso que usted llama "nacional-laicismo" es, en cualquier caso, infinitamente mejor que el nacional-catolicismo.
Que eso lo diga un ateo, lo entiendo. Que lo crea y lo defienda un católico, no.
Por cierto, el aborto sí obliga a morir al que es asesinado. Y el divorcio obliga a unos hijos a quedarse sin su hogar natural.
La idea de que "mientras no haga daño a otros" esto vale, no cuela. Siempre se acaba dañando a otros.
Dicho lo cual, como he comentado en otras ocasiones, no tengo interés en debatir en este blog con quienes no son cristianos. En estos temas, tampoco.
Entiendo que esto se agregó por el escándalo que supuso el cambio desde la doctrina tradicional de la tolerancia del error y las falsas religiones a un auténtico derecho de las mismas a desenvolverse con total libertad en la vida pública. Pero fue como pegar aceite con vinagre, pues este deber moral es el que, entre otras cosas, obliga al Estado a asumir como religión la única verdadera y restringir e incluso suprimir, si así conviene a la misma, el ejercicio público de cualquier otra, cosa que DH niega.
Un deber puramente moral de los individuos y sociedades, sin valor jurídico, convierte dicha obligación en una pura quimera, como bien se da cuenta al decir que un Estado indiferente hacia las religiones termina por imponer su propia moral, porque es imposible no tener alguna.
En la práctica, "Dignitatis Humanae" sólo ha servido para fundamentar esta "sana laicidad" que usted con muy buen tino desecha como doctrina no católica.
---
LF:
Sí, pero se añadió. A algunos textos conciliares les pasa eso. Afirman una cosa para a continuación sostener tesis que parecen no ir en la línea de lo que se ha afirmado. Otra cosa es que luego hagamos la labor de interpretar todo conforme al magisterio previo. Pero es evidente que con los textos claros no hace falta hacer ese esfuerzo.
"Quienes deberían haber advertido porque ésa era su función, y estaban preparados para discernir, han callado." Cómo actuar, cómo discernir estos tiempos, luego de la desilusión por los cambios "impuestos" y que edescubrimos NO era lo que quería el Vat.II ?
Ahora, desde la retaguardia. no queda sino orar, dar ejemplo en nuestra familia, orar por quienes fueron nuestros discípulos y aalumnos de cate-crisis. No perder la esperanza, y rofar que nuestra fe, piedad, amor, el deo de reparar crezca en nosotros.
"Yo sé cuándo es encesario el trabajo, la Palabra, el Silencio y el reposo". Reparar,reparar, rfeparar, no queda de otra. Es urgente la Oración!!!
https://www.google.es/amp/s/amp.20minutos.es/noticia/34174/0/benedicto/xvi/laicismo/
----
LF:
Alejándose de esa manera de la doctrina de TODOS los Papas anteriores al Concilio Vaticano II.
Esto que digo no es opinable. ES.
Dejar un comentario