Don Rafael ha hecho lo correcto

En lo que cada vez está más claro que ha sido una jugada urdida para torcer el brazo de la Iglesia en relación a la cuestión de los transexuales, que es uno de los puntales de la ideología de género, Mons. Rafael Zornoza, obispo de Cádiz, ha actuado con la prudencia y sabiduría necesaria para solucionar lo que llevaba camino de ser un escándalo para muchos fieles católicos y un triunfo del “lobby” LGTB de España… y no solo de España.

Efectivamente, un transexual de San Fernando (Cádiz) solicitó ser padrino del bautismo de su sobrino. En una primera instancia, el párroco donde se iba a celebrar el sacramento, le dijo que no podía atender a esa petición. La diócesis andaluza publicó una nota explicando las razones de la negativa. Y entonces, la izquierda y el lobby gay salieron en tromba a atacar a Mons. Rafael Zornoza, y de paso a la Iglesia. Montaron manifestaciones, sacaron comunicados, amenazaron con denuncias, etc. O sea, lo habitual. El totalitarismo laicista e izquierdista pretende que la Iglesia acepte que sus sacramentos se celebren según las reglas de la ingeniería social que el PSOE impuso y el PP mantiene. Pero no, la Iglesia tiene su propia ley, su propia moral, su propia manera de administrar los sacramentos que el Señor dispuso para nuestra salvación. 

En esas estábamos cuando a don Rafael le empezaron a llegar consejos que le invitaban a reconsiderar su postura y admitir al transexual como padrino del bautismo. Entre ellos, el consejo de algunos de sus colegas del episcopado. No creo necesario contar en detalle lo que, en todo caso, corresponde al obispo de Cádiz relatar públicamente, si es que lo considera apropiado. Pero sí puedo decir que, a pesar de lo que los medios dijeron, -sobre todo un medio que vuelve a tener fuentes majestuosas en Añastro-, Mons. Mario Iceta, obispo de Bilbao y presidente de la subcomisión episcopal para la familia y la vida de la CEE, no estuvo en ningún momento detrás de un posible cambio de decisión en este asunto.

Aunque la diócesis de Cádiz no hizo público ningún comunicado, se anunció en la prensa que finalmente el transexual podía ser padrino. Aquello fue presentado como una victoria del lobby LGTB y como una rectificación en toda la regla -por no usar un término más fuerte- del obispo de Cádiz. En la diócesis gaditana, y no solo en ella, la reacción de muchos fieles que habían mostrado su apoyo al obispo, fue de costernación y de escándalo. Pero la realidad es que no se había tomado ninguna decisión de forma definitiva.

Entonces don Rafael tomó una medida absolutamente oportuna y necesaria. Estábamos ante un caso que sobrepasaba, con mucho, el ámbito de la diócesis de Cádiz e incluso el de la Iglesia en España. Porque claro, si se acepta en una diócesis que un transexual sea padrino de bautismo, ¿por qué no aceptarlo en todas? Y, tema importante, si se acepta que una persona pueda cambiar de sexo en un documento oficial de la Iglesia, ¿cómo negarle luego que se case con la nueva “identidad"? La cosa era peliaguda.

Ante las dudas, ante la existencia de diferentes criterios, la decisión debía tomarla Roma. No un obispo español. No un grupo de obispos españoles. No la ejecutiva, o parte de ella, de la CEE. Ni siquiera toda la Conferencia Episcopal Española, si hubiera llegado el caso. Roma está para estas cosas. Mons. Zornoza, de forma providencial, consultó con la Congregación para la Doctrina de la Fe. Y Doctrina de la Fe ha contestado. En otras palabras, Roma locuta est, causa finita est. 

Cabe esperar una reacción furibunda de la izquierda política, social y eclesial en España. Pero ya pueden ir apuntando con sus cañones mediáticos a la Santa Sede, porque de allí ha venido la decisión definitiva sobre este caso, y de paso, sobre casos similares que se puedan presentar.

No entro a analizar las razones que da Doctrina de la Fe, porque me parecen tan de sentido común, que no creo que merezcan mayor comentario. En su momento publiqué un artículo, que por elemental prudencia retiré hasta que se produjera la esperada resolución del conflico, que ha llegado con la respuesta de Roma. Ahora vuelve a estar disponible para nuestros lectores.

Creo altamente probable que determinados medios cuenten una película de miedo sobre lo que ha ocurrido. Creo igualmente factible que se inventen cosas. O que digan medias verdades. La verdad solo es una. Contar los detalles de la misma, queda en manos de sus protagonistas. Este servidor de ustedes no ha dicho ni dirá nada, salvo aquello que haya hecho o haga falta decir para proteger el buen nombre de los pastores de nuestra Iglesia que obran en fidelidad a Cristo. Lo que importa es que la sana doctrina quede incólume sin faltar a la caridad. Lo demás es absolutamente accesorio.

Luis Fernando Pérez Bustamante