Comentando frases del cardenal Tarancón de hace 43 años
Antonio Aradillas, sacerdote asturiano con una trayectoria progre-eclesial indudable, nos ha traído a la memoria en Religión Digital un buen número de frases del cardenal Tarancón sacadas de una entrevista que se le hizo en el diario Pueblo hace 43 años. Buena parte de nuestros lectores no había nacido todavía. Yo apenas tenía año y medio o dos años. El CVII estaba muy reciente y por tanto, nos sirve para hacernos una idea de cuál era el sentir del sector de la Iglesia representado por el purpurado, que por entonces todavía era arzobispo de Toledo y, por tanto, primado de España.
Comentaré todas las frases indicadas por el P. Aradillas:
“Los sacerdotes han se darse mucha prisa para renovarse y deponer posturas agrias y polémicas que, con su intransigencia, puedan provocar escisiones en la Iglesia”
Cisma lefebvrista aparte -en realidad muy pequeño a nivel numérico-, cuatro décadas después la Iglesia vive en un cisma de facto entre el sector progre-eclesial y los que son fieles al Magisterio de la Iglesia. Alguno se preguntará qué diría hoy el cardenal Tarancón, pero Mons. Guerra Campos nos da una pista al recoger en un artículo titulado “La confusión vista por los pastores". En el mismo, vemos lo que opinaba el cardenal una vez ya como arzobispo de Madrid:
Los momentos actuales de renovación son “propicios al confusionismo. Las llamadas de alerta (del Papa) han de hacernos reflexionar seriamente para no dejarnos llevar por novedades peligrosas". “Si en nuestros días se han hecho muy profundas… las divisiones… entre los católicos, es principalmente porque no aparece siempre (entre los ministros de Cristo) la unidad fundamental en la predicación del Evangelio… y en otras actividades pastorales… ¿Puede extrañarnos que los hombres desconfíen de nosotros, los sacerdotes, cuando colectivamente no sabemos mantener la fidelidad al sacerdocio de Cristo?”
(Cardenal Tarancón, arzobispo de Madrid).
Parece claro, ¿verdad?
Sigamos:
“La Iglesia hasta ahora se nos había presentado como defensora de la fe, y en los tiempos presentes aparece como peregrina, con una dimensión más dinámica”
Pregunto. ¿Acaso la condición de peregrina de la Iglesia es incompatible con su condición de defensora de la fe? ¿Qué tiene de malo hacer caso a la Escritura, que literalmente nos exhorta “a combatir por la fe, que, una vez para siempre, ha sido dada a los santos” (Jud 3)?
Hay dicotomías muy peligrosas.
Más:
“La Iglesia, como tal, no está para apoyar, ni para derrocar formas de Gobierno. Está para colaborar generosamente con la autoridad, a la búsqueda del bien común. Me reafirmo, y me reafirmaré siempre, en la idea, de que jamás, y por razón alguna, se involucrará la Iglesia en opciones temporales".
Conviene recordar que el cardenal dijo eso cuando en España todavía gobernaba Franco. Por otra parte, existe un amplio campo de actuación entre el cesaropapismo y el pasotismo hacia todo lo temporal.
Más:
“Todas las personas, “contestatarias” o no, tienen siempre abiertas las puertas a mi amistad y a mi afecto".
Muy bien. No es imposible ser amigo afectuoso de herejes.
Más:
“Los sacerdotes y obispos que no logren conectar directamente con los seglares, vivirán de espaldas, o al margen de la Iglesia"´.
Y viceversa, los seglares que no conecten con las enseñanzas conformes al magisterio de los sacerdotes y obispos, vivirán al margen de la Iglesia.
Más:
“España no estaba preparada para el Concilio Vaticano. Este nos cogió de sorpresa".
Viendo lo que ocurrió en el papado de Pablo VI tras el concilio, parece que esa afirmación valía igual para la Iglesia en todo el mundo. Menos mal que luego las aguas volvieron en parte a su cauce con Juan Pablo II.
Más:
“El mundo se ha secularizado y los sacerdotes no acaban de encontrar en él su puesto. Se hallan desconcertados y desengañados. Por su condición y carácter, apenas si pueden ya ser líderes, y entonces sufren la atormentadora tentación de conseguir su liderazgo”
Precisamente el error de muchos sacerdotes y religiosos ha sido secularizarse como lo hizo el mundo. Es decir, en vez de mantenerse fieles a su condición sacerdotal, se dejaron arrastrar por el tsunami secularizador. Las nuevas generaciones de sacerdotes empiezan a librarse de esa lacra.
Más:
“En las fórmulas y en los ritos, se pone todavía el acentuadísimo acento de la Iglesia, y no en la integridad de la vida. Esto explica que católicos, y no católicos, estimen que la Iglesia es cosa de obispos y curas, considerándola como algo ajeno a ellos mismos".
Me parece acertadísima la llamada a poner el acento en la integridad de la vida del católico. El sacramentalismo que no va acompañado de la disposición del fiel a dejarse guiar por la gracia, puede resultar estéril. No por el sacramento en sí, sino por la infidelidad del bautizado. Ahora bien, el asacramentalismo es mortal de necesidad. Por eso el actual Papa hace tantos llamamientos a llevar una vida sacramental adecuada.
Más:
“El obispo ha dejado de ser “excelencia", “prerrogativa” y “honor", para ser una persona al servicio de todos. Por eso no se concibe un obispo en su palacio".
A mí me parece que quienes sirven a los demás deben recibir la honra que les corresponde. “Pagad a todos lo que debáis, a quien tributo, tributo; a quien aduana, aduana; a quien temor, temor; a quien honor, honor” (Rom 13,7). Respecto a los palacios episcopales, digo yo que no es plan de dejarlos vacíos. Un obispo no es mejor obispo porque viva en un apartamento o en un palacio. Lo importante es que se implique en su labor pastoral. Da igual donde duerma.
Más:
“El sacerdote necesita encontrarse con el mundo. Y en él, será ministro de la esperanza".
El sacerdote necesita dar luz al mundo, evidentemente.
Más:
“Las tendencias diversas en la Iglesia son signos de su crecimiento y de su vitalidad. No cabe en ella pesimismo. Este es espurio en su planteamiento.”
Tampoco cabe el buenismo. Las tendencias diversas son buenas si no atentan contra la unidad de la fe. Monolitismo no. Pluralismo heterodoxo, tampoco.
Más:
“Urge cada día más responsabilizar a los fieles en su obligación de subvenir al sostenimiento decoroso de la Iglesia: de sus ministros y de sus obras”
Cien por cien de acuerdo. Ojalá llegue el día en que la Iglesia en España pueda decir al estado que no necesita la X de la declaración de la Renta. Aunque tampoco tiene nada de malo que los fieles puedan contribuir a sus sostenimiento dando ese porcentaje mínimo de sus impuestos.
Más:
“La Iglesia deja libertad de opciones políticas, siempre que en cualquier régimen se salven los derechos naturales y las leyes morales".
Frase clave. Sobre todo en boca de quien años después dijo que la Iglesia sabía que con la Constitución se abría la puerta al divorcio y el aborto y no se hizo nada para intentar evitarlo.
En el actual régimen democrático en España no se salva ni el derecho a la vida ni multitud de leyes morales. ¿Cómo debemos entender entonces las palabras del cardenal Tarancón? ¿tienen los fieles católicos libertad para defender el actual sistema?
Más:
“Los justos deseos y criterios del Pueblo de Dios habrán de ser recabados y expresados, también en el nombramiento de los obispos".
Eso no sería un problema si a ese pueblo no se le hubiera robado el “ethos” católico que le caracterizaba hace más de medio siglo. Hoy es tanta la confusión doctrinal y moral de buena parte de los fieles, que dejar en sus manos el nombramiento de obispos sería ahondar más en la crisis. Pero como declaración de principios estoy de acuerdo. Consultar al pueblo no es cosa mala.
Más:
“A los sacerdotes secularizados hay que prestarles ayuda material y espiritual, además de la comprensión que necesitan en esos momentos para afrontar sus dificultades".
¿Se hizo?
Más:
“Para realizar el misterio de Cristo, se ha de potenciar todo lo humano, sin inútiles dicotomías entre el orden natural y el sobrenatural, integrado en la totalidad del hombre".
No alcanzo a comprender lo que quería decir con “potenciar todo lo humano". Lo que sí sé es que llevamos mucho tiempo ignorando los efectos del pecado original sobre la naturaleza del hombre.
Más:
“El margen de libertad de expresión en la Iglesia, es ancho. No puede ser cerrado, ni rígido. Aún las mismas posturas consideradas por algunos como un tanto “extremas” pueden abrir caminos espléndidos en la Iglesia. Ninguna voz puede acallarse en la misma".
El margen de libertad de expresión en la Iglesia lo marcó perfectamente Pío XII en 1950. Eso de “aquí cabe todo” no vale. Busquen ustedes en la Tradición un solo ejemplo de santo, doctor o padre de la Iglesia que diga que el hereje tiene derecho a la libertad de expresión en el seno de la comunión eclesial. No lo encontrarán.
Más:
“Quiero que el diálogo con todos sea una de mis devociones más predilectas".
Es aquello de “hablando se entiende la gente". Está muy bien dialogar siempre que no se ceda a los principios fundamentales e irrenunciables. En ocasiones no hay más remedio que cortar por lo santo.
Acabo con otra cita del artículo de Mons. Guerra Campos sobre lo que estaba ocurriendo en la Iglesia años después de esas declaraciones del cardenal Tarancón:
“Acuden a nosotros padres justamente angustiados ante las enseñanzas de algunos profesores y educadores de sus hijos, a los que pervierten con doctrinas falsas, en vez de encauzar su mente y corazón en conformidad con las directrices de la Iglesia. A los que así procedan rogamos reflexionen en la presencia del Dios vivo, y piensen que cometen una injusticia y una traición imperdonable a la misión recibida de Dios”
(El Episcopado español, en una exhortación colectiva)
Hoy, casi medio siglo después, seguimos igual. A mis tres hijos se les ha enseñado auténticas herejías (marcionismo y negación del infierno) en clase de religión católica. Y ahí están los Masiá y Forcades de turno para demostrar que no miento.
Por eso es tan necesaria la existencia de un medio como InfoCatólica donde se publican artículos como estos:
Año de la Fe. Tolerancia-cero para las herejías –1
Año de la Fe. Tolerancia-cero para las herejías – y 2
Si así lo crees, ayúdanos a seguir prestando este servicio a la Iglesia.
Luis Fernando Pérez Bustamante
26 comentarios
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LF:
Los cardenales no tienen tratamiento de monseñor.
Al cardenal Suquía le faltó tiempo. Monseñor Blázquez estuvo un trienio al frente de la CEE. Tres años en los que no se sabía si en Añastro había de verdad un presidente. Estaba "missing" casi todo el tiempo.
Yo, como persona, prefiero a D. Oppas.
Porque Tarancón no era progre por ideología, sino para trepar.
Si hubiera estado en el Vaticano Pio Nono, Tarancón hubiera dejado a su izquierda a Torquemada.
Todos recordamos sus documentos como obispo de Solsona en que Ottaviani era progre a su lado.
1. No es lo mismo leer las frases de Tarancon en 1973 ( o el año en que fueron afirmadas) que hacerlo en 2013.
2. En la década de los 70 existía una responsabilidad histórica que consistía en acabar con las estructuras tridentinas, lo que se hizo en mayor medida, aunque hayan pervivido algunos flecos. Había que cambiar las condiciones materiales que daban lugar a unos usos y costumbres completamente alejados del estado mental de hombre contemporáneo.
Que los caminos seguidos para cumplir con dicha obligación histórica hayan sido dolorosos, en algunos casos injustos y hayan creado confusión yo no lo voy a negar, pero era necesario. Lo que no se podían mantener eran unas estructuras que se crean en una sociedad agraria estamental, era imposible la traslación de las referidas a una sociedad industrial clasista que encima había entrado en la era nuclear en 1945 y que a partir de 1992 toma conciencia del cambio climático.
3. Mas allá del Tarancon persona, me quedo con el símbolo de una epoca, con un instrumento providencial que estuvo a la altura del momento histórico que consistía en decir adiós a Trento, pero no al Trento original, sino al Trento fortaleza que se desarrolla a lo largo del siglo XIX y que estaba creando una caricatura del catolicismo ( no hay mas que ver en lo que han derivado los que se oponen al Concilio Vaticano II).
4. Aun a riesgo de simplificar Tarancon es un sacerdote que empieza siendo rural y acaba siendo urbano.
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LF:
Tu comentario sería alimento para los lefebvrianos si fueras alguien con peso específico en la Iglesia.
Ciertamente eran otros tiempos. Y si me preguntáis qué los hacía tan distintos, parte de la respuesta es: una colosal ingenuidad.
Era la época en que se creía que si la Iglesia dejaba sus privilegios el mundo dejaría su incredulidad. Al final resultó que la Iglesia dejó su capacidad de interpelar y el mundo no dejó su dureza, aunque por momentos pareció volverse más cortés.
El tiempo mostró que la secularización de los sacerdotes y el empobrecimiento de la liturgia eran ofertas de una sola vía, es decir, que la supuesta generosidad de una Iglesia que estaba dispuesta a negociar hasta sus dogmas (horror de horrores) no iba a recibir más generosidad que el cinismo de los que nunca se sacian: "Queremos un Cristo sin milagros; y además, sin exigencias morales; y además, sin lugar en la vida pública; y además, sin verdad histórica; y además, y además..."
El engaño está terminando. Al sainete le queda poca vida porque en muchos lugares ya no hay nada más que destruir, habiendo acabado con las ruinas de las ruinas.
Y terminado el sainete, la Iglesia renacerá. No sabe ni puede hacer otra cosa. Y una vez renacida, vigorosa, hermosa con la hermosura que le da su Esposo, la Iglesia habrá aprendido a ser un poco menos ingenua y un mucho más fiel a su propia naturaleza y ser.
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LF:
Pues sí y amén.
Es cierto que al cardenal Suquía le faltó tiempo;pero me apuesto un euro con quien sea, que este hombre acaba por lo menos beatificado.
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LF:
Como el primer obispo de Getafe.
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LF:
Su última frase es cierta al 100%.
Es muy probable que cuarenta años atrás, muchos se dejaran arrastrar -de buena fe y con una gran dosis de ingenuidad- por los vientos del progresismo.
Pero actualmente, después de lo que ha caído, algunos siguen empeñados en revivir esa “primavera” progre. Seguro que ya no es por ingenuidad, sino por mala leche, y por un interés diabólico de cargarse la Iglesia.
Por eso al faltar en la Constitución de 78 esta referencia teológica explícita, primordial para una política verdaderamente católica, dicha Constitución fué un coladero para toda clase de derechos y de leyes contrarias al catolicismo.
¿Tenían las autoridades aclesiásticas de entonces que haber previsto que la falta de tal referencia teologal explícita en el texto constitucional, abría la puerta a una política anticatólica? A mi juicio, la respuesta es sí.
Pero fueron pocos los Obispos que se preocuparon de defender en alta y rotunda voz la necesidad de la referencia teológica explícita en la Constitución, por miedo, por complejo, incluso por la buena intención de no complicar la transición política.
Aquella defensa débil o inexistente por parte de la Jerarquía de la referencia teologal explícita en la Constitución ha hecho posible que hoy en día y bajo su amparo tengamos leyes y derechos (aborto, divorcio, gaymonio,etc.) que a todas luces atentan gravisimamente contra la Doctrina y la Moral Católica.
Habremos hecho una sociedad muy democrática, si, pero no una sociedad católica. Lo correcto hubiese sido luchar por las dos cosas: democracia y fidelidad a la Doctrina y Moral Católicas. Pero no se hizo, o se hizo de manera débil. De aquellas lluvias vienen estos lodos.
Espero que si hay oportunidad de hacer una nueva Constitución, la Jerarquía en bloque defienda, viva y rotunda voce, la necesidad de incluir en el texto constitucional la referencia teológica explícita y no pase olímpicamente de ella por miedo, complejo, comodidad o incluso por la buena intención de no complicar las cosas.
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LF:
Si hay oportunidad de hacer una nueva Constitución, lo que digan los obispos les importará un bledo a los políticos que hagan la nueva carta magna. Cuando se pudo influir de verdad para que la actual constitución fuera verdaderamente provida y profamilia, no se hizo. Ya es tarde.
Pero entonces tales políticos no serán verdaderamente políticos católicos, puesto que les importa un bledo lo que dicen los Obispos en materia política, sobre la cual también han de pronunciarse los Obispos cuando contraviene la Moral católica. En tal caso no es que los Obispos se metan en política, sino que es la política la que se mete en la Religión como un elefante en una cacharerría.
De todas formas considero que un buen político católico no debería dormir tranquilo en su catre mientras no consiguiese hacer constar en la Constitución el sometimiento de las leyes humanas a la Ley divina y a la Moral y Doctrina católicas, ya que como dijo Santo Tomás el gobierno de los príncipes, es decir, de los políticos seculares católicos, ha de estar sometido al de los sacerdotes. La ley humana ha de estar sometida y ser conforme siempre a la Ley divina. En este sentido un político católico debe ser fundamentalista y no limitarse a lo politicamente correcto. Es mi simple opinión y puedo estar equivocado.
¿La Iglesia tenía que "sacudirse de un solo golpe el franquismo" (esto es, el sistema más católico del mundo en la teoría y en la práctica)?
Es mucho mejor lo de ahora, claro: Con una Iglesia en España que ha perdido muchos enteros en lo que a influencia social se refiere; con una Conferencia Episcopal empeñada en dar su apoyo mediático a partidos anticristianos como el PP o UPyD y con una España descristianizada, legislativa y socialmente, a niveles tremendos.
Ahora resulta que la Archidiócesis de Madrid necesita ocho exorcistas con grave urgencia, lo cual es insólito en la Iglesia a nivel mundial y un signo patente de cómo estamos (debo decir respecto a esto que la medida del Cardenal Rouco de nombrar a esos exorcistas es la mejor decisión suya que conozco desde que es Arzobispo de Madrid).
Pero, tranquilos, que lo importante es que la Iglesia se sacudió el franquismo. Chachi piruli, oigan.
Una anécdota que muestra quien es Tarancón
Escribe un libro que se llama "confesiones", verbo reflexivo y de arrepentimiento.
Todo el es una autolabanza y acusación a otros de sus desastres
Siguiendo su ejemplo la próxima vez que vaya al confesionario dire
Padre acuso a menganito de tal cosa y a zutanito de tal otra, yo por mi parte soy el rey del mambo
La lectura de la entrevista me parece demasiado ingenua. ¿No sabe qué quiere decir con "potenciar todo lo humano"? Lo dice a continuación. Centrarse en lo material, orillar lo espiritual. En la entrevista el cardenal defiende a los secularizados, da vía libre, no creo que por ingenuidad, a los más progres, habla de la democratización de la elección de obispos, se dibuja la figura del sacerdote secularizado y desacralizado y se vislumbra una visión clericalista (en el mal sentido) del clérigo: Por encima de dispensador de los misterios divinos, es un líder popular. Si el mundo se seculariza, secularicémosnos con él para así "encontrar" nuestro lugar, "insertarnos" en el mundo, "encarnarnos" en él. Es el clericalismo que sigue viendo al sacerdocio como un cargo y no como un ministerio, que cree que la cumbre del laico consiste en asumir roles reservados o propios del clero. El mejor cura es el que no se distingue del laico y viceversa.
Pobre Forcades. Ahora Tarancón también está contra ella.
Otro españolista reaccionario...
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LF:
Jo, jo, jo.
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