Remedios bíblicos contra enfermedades espirituales graves (I)

¿Sufres de pelagianismo agudo? ¿estás sometido a la infección del semipelagianismo? Cree lo que dice San Pablo y podrás sanar:

Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
Filipenses 2,13

¿Padeces el cáncer del solafideísmo? ¿Piensas que las obras nunca justifican? Cree lo que dice Santiago y te curarás:

Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?
Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?
Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?
Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.
Santiago 2,14-26

¿De verdad te has tragado que San Pablo enseña que las obras no tienen nunca nada que ver con la salvación? Lee Romanos:

Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego.
Romanos 2,5-10

¿Eres protestante y no crees en el ministerio petrino? Ay, ay, aaaay. Estimado, el protestantismo es una religión que entiende la razón por la que Dios cambió el nombre a Abram y pasó a llamarle Abraham (Gen 17,5), entiende por qué Dios cambió el nombre a Sarai y pasó a llamarla Sara (Gen 17,15), entiende por qué Dios le cambió el nombre a Jacob y pasó a llamarle Israel (Gen 32,28), pero se niega a entender por qué Cristo le cambió el nombre a Simón y pasó a llamarle Cefas -Piedra- (Jn 1,42).

Te digo más. El protestantismo entiende que llamar a Cristo el protos de la creación (Col 1,15) no significa que sea el primer ser creado sino que tiene autoridad sobre todo lo creado, pero se niega a aceptar que llamar a Pedro el protos de los apóstoles (Mt 10,2) implique que tenga autoridad sobre el resto de los apóstoles. Por tanto, si aplicáramos a Cristo el significado que los protestantes dan al hecho de que Pedro es el protos entre los apóstoles, tendríamos que hacernos arrianos.

Otro día, más.

Luis Fernando Pérez Bustamante