Satanás, el Anticristo y el Gran Impostor.

 

Los católicos sabemos que hay un fin de la historia temporal o terreno que coincide con la apostasía general de los últimos tiempos y que ya había sido revelada en las Sagradas Escrituras. Se trata del fin del reino del Anticristo. Porque existen dos historias, una historia de la vida que conduce a la plenitud del ser y otra de la muerte que arrastra al abismo. El asunto central es que hay un punto culminante del mal que tiene su plenitud en los niveles más altos de iniquidad. Mientras el bien tiene su plenitud en la Encarnación del Verbo, el mal tiene su punto máximo. Este mal sigue un camino opuesto al de la caridad. Y es que, así como la caridad puede crecer o decrecer en esta vida, la iniquidad también puede crecer o decrecer. Pero no olvidemos que esa historia de la iniquidad tiene un punto máximo que coincide con el último embate del mal contra el bien. El amor egoísta de sí mismo contra el amor de Dios. Se trata nada más y nada menos que del Anticristo contra Cristo.

Ahora bien, ese misterio de iniquidad que consiste en el último embate del mal contra el bien se lleva a cabo durante el reinado del Anticristo que llegará a su fin, que es el fin temporal de la historia. Por eso el fin temporal es un fin relativo después del cual sigue el fin absoluto de la historia que trasciende al tiempo.

Pero mientras llega el fin absoluto y eterno, el misterio de la iniquidad irá aumentando hasta que llegue la hora de la gran tribulación.[1] Ese grado máximo de iniquidad, que es interior al tiempo, y que se cumple en el Anticristo que ha de venir y manifestar al hombre de iniquidad[2]. Y aunque va a durar poco,[3] mientras dure, va a reducir al máximo la Ciudad de Dios peregrina, porque la iniquidad se multiplicará como un tumor maligno corroyendo la caridad de las multitudes.[4] Y es que la apostasía es como el terreno en el que se desempeñará el hijo de la perdición.[5] Y aquí es preciso aclarar, que esa apostasía no es el mundo pagano, sino los fieles católicos que habiendo recibido la fe del bautismo, la rechazan consciente y libremente. Se trata del rechazo a Dios en el sentido máximo en que puede ser rechazado. Porque el hombre se une a Dios por la fe, por la subordinación de su voluntad a los preceptos divinos y por la religión. Por eso el apóstata se empieza a manifestar cuando se rechaza la religión, la sujeción de la voluntad a los preceptos divinos. Pero la apostasía se manifiesta totalmente cuando se rechaza la fe, cosa que implica el rechazo absoluto de Dios.[6] Esta apostasía es la antesala de la venida del Anticristo y se da en los bautizados.

Una vez rechazada la fe, nada queda en el hombre que pueda ser saludable porque sin la fe, el hombre queda muerto para la vida eterna.[7] Pero esos bautizados que apostatan, esperarán al Anticristo para ser su pueblo, un pueblo de apóstatas, es decir, de personas que están en el seno de la Iglesia. El pueblo del Anticristo es el pueblo de los cristianos apóstatas que han rechazado a Dios y optado por el mundo. Y es que el Anticristo es un enemigo personal de Cristo tal y como lo manifiesta San Pablo: “Pero, con respecto a la Parusía de Nuestro Señor Jesucristo y nuestra común unión a Él, os rogamos, hermanos, que no os apartéis con ligereza del buen sentir y no os dejéis perturbar, ni por espíritu, ni por palabra, ni por pretendida carta nuestra en el sentido de que el día del Señor ya llega. Nadie os engañe en manera alguna, porque primero ha de venir la apostasía y hacerse manifiesto el hombre de iniquidad, el hijo de perdición; el adversario, el que se ensalza sobre todo lo que se llama Dios o sagrado, hasta sentarse él mismo en el templo de Dios, ostentándose como si fuera Dios. ¿No os acordáis que estando yo todavía con vosotros os decía estas cosas? Y ahora ya sabéis qué es lo que le detiene para que su manifestación sea a su debido tiempo. El misterio de la iniquidad ya está obrando ciertamente…”[8] Como vemos, el Anticristo es un individuo singular, un hombre, porque el texto sagrado no deja duda sobre eso. De modo que el Anticristo será un individuo singular y secundariamente una colectividad que pide por sí misma un jefe personal.[9]

Ese personaje contrario a Cristo contendrá en plenitud todos los pecados.[10] El Anticristo al igual que el demonio, promueve el no-ser y la muerte en lugar del ser y la vida. Será la suprema renovación del verbicidio de Satán de modo que su actividad será pública.[11] Los grandes malvados y tiranos de la historia son prefiguras del Anticristo que serán cada vez más perversos y poderosos anticipándose al que anteceden. Será un adorador de su propia imagen y su aparición será obra de Satanás que le envía con prodigios y mentiras, con toda clase de seducciones de iniquidad que persiguen a la Iglesia y que prefiguran la Gran Persecución que desatará el Anticristo en los últimos tiempos.

Ese hombre que será el Anticristo será seducido por Satanás, y tanto él como los que le sigan, serán hábiles en la mentira y grandes tiranos que promoverán masivamente la mentira como si fuera la verdad. Los hombres de iniquidad reciben su poder del demonio, y el Anticristo es el mediador respecto del demonio. Porque así como los hijos de la Ciudad de Dios llegarán al Padre por medio del hijo, por medio del Anticristo llegarán a Satanás los hijos de las tinieblas.[12]

Y aquí cabe otra precisión, en el orden del tiempo, el Anticristo no es la cabeza de los malos sino en cuanto a la perfección de la malicia. Porque la cabeza es el demonio. “Porque el diablo, por su suprema malicia, influye en él al que sugiere todas las otras cosas; y según esto, todos los otros malos que el precedieron son cierta figura del Anticristo, según II Tes. 2, 7: Misterium iam operatur iniquitatis”.[13]

Pero en el texto del Apocalipsis hay un misterio más. El capítulo 13 del Apocalipsis[14] habla de una segunda bestia que es un pseudo-Papa de los últimos tiempos que surgirá de la tierra y que hablará en virtud del maligno, como dragón haciendo que todos adoren a la bestia, es decir, al Anticristo. Ese Gran Impostor, procederá del Anticristo y dará testimonio del Anticristo.[15] De tal suerte que el misterio del Anticristo imitará la Trinidad, ya que el padre será Satán, (que es el dragón del texto del Apocalipsis), el hijo será el Anticristo y  el sustituto del Espíritu será el Gran Impostor. Una contra-Trinidad diabólica que la conforma: el dragón, la bestia y el impostor.[16]

Por último, el reino del Anticristo, será absolutamente secular, mundano y contrario a la caridad cristiana y por lo mismo efímero, aunque devastador. Porque el Anticristo es como el reverso de Cristo en todo y por eso aceptará las grandes tentaciones del demonio y las llevará a cabo con todas sus consecuencias. Por eso no debe extrañarnos, que el Anticristo haga prodigios que pueden deslumbrar a muchos, aunque hay que tener claro que sus prodigios serán prodigios de mentiras.



[1] Mt. 24,21.

[2] II Tes. 2,3.

[3] Mt. 24,22.

[4] Mt. 24,12.

[5] II Tes. 2,8.

[6] Cfr. Aquino, Tomás de S. Th., II-II,12,1.

[7] Hab. 2,4.

[8] II Tes. 2, 1-12.

[9] Cfr. Caturelli, Alberto. El Hombre y la Historia. Folia Universitaria, México, 2005, p.369.

[10] Cfr. Aquino, Tomás de, In II ad Tess. 2, cap. 2, lect.2; San Agustín. De Civitate Dei, 20,19.

[11] Cfr. Caturelli, Alberto. Op.cit., p.370.

[12] Cfr. Apoc. 13, 1-8.

[13] Aquino, Tomás de. S.Th., III, q.8, a.8.

[14] Cfr. Apoc. 13, 11-14.

[15] Cfr. Caturelli, Alberto. Op. cit., p.375.

[16] Cfr. Idem., p.376.

12 comentarios

  
Haddock.
Todos los tiempos de la Iglesia "son recios" según Santa Teresa, pero la apostasía general que hoy conocemos, no se ha dado nunca. En la antigüedad, no existía el ateísmo (Lucrecio y otros era excepciones) y el distanciamiento de Dios que ahora vivimos, me parece tan inquietante como esperanzador.

Esperanzador en el sentido en que esté próxima la Parusía.

08/04/17 1:24 AM
  
Rexjhs
Completamente de acuerdo con su análisis. Y añadiría: así como Cristo tuvo un Profeta que le precedió, San Juan Bautista, que predicaba la necesidad de conversión y murió por proclamar la santidad del matrimonio y la iniquidad del adulterio, el Anticristo tendrá su propio falso profeta (un falso papa), que predicará que no es necesario convertirse y, por ende, que es lícito el adulterio.
08/04/17 1:57 AM
  
Jordi
Faltan muchos más elementos apocalípticos. Se agradece que se comente un hecho que acontecerá, parece ser, muy pronto, pero del que no hay casi ni un estudio serio en la Iglesia.

Le menciono la Inmunda Trinidad del Dragón, la Bestia del Mar con el Anticristo y el katejón, y la Bestia de la Tierra con el falso profeta, precursor del Anticristo. La Gran Ramera como compartida por ambas bestias.

Luego está la Gran Babilionia, los marcados por la Bestia y los tres espíritus rana.

Finalmente, el Milenio como Reino Mesiánico en la Tierra, la Palingenesis o restauración-regeneración del Fin de los Tiempos, y la Anakaínosis o renovación-recapitulación al Fin del Mundo.

Enlazando la escatología (fin de los tiempos, Milenio y fin del mundo) con la protología (Adán, Edén) con la hamartiología (la Caída y sus consecuencias: Abel, Noé, Babel como "sin Dios", "contra Dios"), Jesús y María como segundo Adán y Eva.
08/04/17 2:20 AM
  
Fuenteovejuna
Doctor, cuando Usted dice que "los católicos sabemos que hay un fin de la historia temporal o terreno que coincide con la apostasía general de los últimos tiempos", tal vez se refiere al Cap. 21, 24 de San Lucas, que dice "...y Jerusalén será hollada por los gentiles hasta que se cumplan los tiempos de las naciones".
Creo que esa profecía se cumplió en la Guerra de los Seis Días de 1967 cuando Israel se apoderó totalmente de Jerusalén ocupando la Cisjordania oriental que pertenecía a Jordania.
Si al volver la Ciudad Santa a manos de los judíos se cumplieron "los tiempos de las naciones", sospecho que se acabó el "tiempo" de la historia y empezaron los "últimos tiempos".
Es sintomático que el movimiento "hippie" y el "Mayo Francés" -que fueron una rebelión contra Dios y la familia- ocurrieran justo en los años '60 -en coincidencia con la recuperación de Jerusalén por los judíos- dando inicio a esa "apostasía general" que hoy vemos en toda su crudeza.
Y también es sintomático que ahora se cumplan justo 50 años de esa recuperación de Jerusalén, un número cabalístico central en la historia de Israel.
Como Usted bien dice, "el misterio de la iniquidad irá aumentando hasta que llegue la hora de la gran tribulación", por eso la apostasía general que nació en 1967 hoy ha llegado a su culmen con el matrimonio homosexual, la ideología de género y los trans, amenazando destruir hasta los cimientos de la Iglesia como un anticipo de la inminente aparición del Anticristo y el Gran Impostor.
08/04/17 2:59 AM
  
María López
Buen e interesante artículo, me temo que nos ha tocado vivir en esos tiempos de los que habla el artículo. Hay un punto que no podemos olvidar o podremos ser nosotros también los engañados: el Anticristo hará prodigios que pueden deslumbrar a muchos, aunque hay que tener claro que sus prodigios serán prodigios de mentiras.

Mucha gente se sentirá deslumbrada por él porque seguramente venga avalado por el pseudo-Papa y haciendo milagros en medio de un mundo en crisis.

08/04/17 8:55 AM
  
Tulkas
Es un gran misterio porque, en el fondo, Satanás es muy mal pagador, o mejor dicho, no paga nada en absoluto.

08/04/17 9:20 AM
  
Adrián Ferreira
Artículo ideal para tener grabado en nuestros corazones y encima construir una escultura en piedra con cada letra, para tener bien presente su contenido.
08/04/17 10:44 AM
  
Gerardus VIII
¿Algún Padre o Doctor de la Iglesia comento sobre que el Anticristo tiene el mismo título (hijo de perdición) que Judas Iscariote?

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08/04/17 7:51 PM
  
Frayescobabcn
La Iglesia masonizada, la Iglesia del Hombre, la que jalea los postulados de la ONU esa es la que bendice con su espíritu al Anti-Cristo...
08/04/17 8:24 PM
  
ESLD
Buena explicación.
Sólo quisiera pedir una aclaración entorno a las siguientes afirmaciones:

"el último embate del mal contra el bien se lleva a cabo durante el reinado del Anticristo que llegará a su fin, que es el fin temporal de la historia. Por eso el fin temporal es un fin relativo después del cual sigue el fin absoluto de la historia que trasciende al tiempo."

¿Hace una distinción entre fin del mundo y fin de los tiempos?

Después del fin temporal (relativo), ¿continuaría la historia por cierto tiempo, hasta que todo culmine en el fin absoluto?

Gracias.


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Muchas gracias por tu pregunta.
El fin temporal de la historia es el fin del mundo. En el que se llevará a cabo el juicio final. Termina el tiempo para nosotros porque quedamos insertados en la eternidad donde ya no hay tiempo. Por eso se dice el fin temporal de la historia.
09/04/17 3:47 AM
  
Oscar Garjón Zamborán
Ciertamente. Así como Nuestro Señor Jesucristo obra a través de muchas personas haciendo el bien hay quien otras tantas obran haciendo el mal. El Diablo ejerce sus acciones, tales como impulsar colectivos que derroquen el cristianismo, deseando instaurar la laicidad radical. El Diablo actúa por medio de aquellas personas que intentan borrar a Dios, que inculcan que se olvide la Historia Evangélica y, quienes pretenden silenciar las Misas, las Procesiones, los Ritos a nivel público y coartarlos a nivel privado. Todas esas acciones, que ponen su manifiesto oponerse en todas sus dimensiones a que se lleva acabo la Evangelización en su plenitud (El Reino de Cristo) es el anticristo en toda su esencia. El que no está con Cristo está contra ÉL y, el que está contra Él no siembra, sino que desparrama. Ya lo dijo ÉL.
09/04/17 11:28 AM
  
Guillermo Raul
apabullante suerte perdon gracia de Dios que contamos con la Esperanza Alabado Sea Jesucristo
09/04/17 9:17 PM

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