La Iglesia indefectible
El reino de Dios ha llegado
En un artículo anterior decía que no hay ningún texto bíblico que analizado seriamente permita suponer que la Iglesia fundada por Jesucristo se corrompería y deslizaría a una apostasía que duraría más de 1600 años. Ahora voy a ir un poco más allá para agregar que hay otros (y abundantes además) que señalan la era de la Iglesia como el Reino de Dios anunciado por nuestro Señor, en donde los cristianos como “sal de la tierra” y “luz del mundo”[1] llevarían el evangelio por todo el mundo[2].
“Ha llegado a vosotros el Reino de Dios”[3]
“El Reino de Dios viene sin dejarse sentir. Y no dirán: Vedlo aquí o allá, porque el Reino de Dios ya está entre vosotros”[4]
No habla el Señor de un Reino que llegaría en un lejano futuro, sino de uno que ya había llegado y era anunciado a los nuevos creyentes. No habla sino de la era de la Iglesia, que aun con modestos comienzos, tal como un pequeño grano de mostaza[5], no pararía de crecer hasta convertirse convertirse en un árbol frondoso que serviría de refugio a todos los sinceros buscadores de la verdad. Otra parábola que encierra la misma idea es la de la levadura, en la cual se compara su crecimiento con el de un poco de harina que luego de fermentar no para de crecer.