(EP) Según la Unidad de Análisis de Seguridad Alimentaria y Nutrición (FSNAU) del Fondo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) los análisis han puesto de manifiesto que los hogares más pobres de esta región se enfrentan a importantes déficits alimentarios debido a la escasa producción de las cosechas y al deterioro de la capacidad de compra de sus habitantes.
Estos motivos les han llevado a declarar en la región de Bay la hambruna, por lo que se suma así a las de Bakool y Baja Shabelle, donde se declaró la hambruna el pasado 20 de julio, y a los distritos de Balcad y Cadale, en Shabelle Medio, el corredor de asentamientos de desplazados de Afgoye y los campamentos de desplazados internos de Mogadiscio, donde se declaró la hambruna el pasado 3 de agosto.
750.000 posibles víctimas en cuatro meses
Según ha indicado FSNAU en un comunicado, en total en Somalia hay cuatro millones afectadas por la crisis alimentaria, de las que 750.000 podrían morir en los cuatro próximos meses “si no hay una respuesta adecuada”. De hecho, decenas de miles de personas ya han fallecido, de las que la mitad son niños. Así las cosas, si se mantiene el nivel actual de respuesta ante la emergencia, “la hambruna se extenderá aún más en los próximos cuatro meses”.
Se considera que una región sufre hambruna cuando al menos el 20 por ciento de la población tiene déficits extremos alimentarios, cuando la malnutrición aguda excede el 30 por ciento y la tasa de mortalidad es de dos personas por cada 10.000 al día.