(Alandar/InfoCatólica) Teresa Forcades, miembro de la comunidad benedictina de Montserrat, es Vicepresidenta de la Asociación Europea de Mujeres en la Investigación Teológica (ESWTR). En la entrevista concedida a Alandar, asegura que la teología feminista es también teología de la liberación porque “pone en el centro la persona con su experiencia única”.
La religiosa afirma que le costó lágrimas escribir su último libro: “Por ejemplo, cuando ves que Gregorio de Nacianzo denunciaba con enorme clarividencia algunos aspectos de la situación de las mujeres en el siglo IV que siguen igual en el XXI, como si Dios hubiera asignado a las mujeres unos roles que en realidad les ha adjudicado una evolución social de un determinado tipo”.
Para Forcades, “el patriarcado no es la sociedad que han hecho los varones en contra de las mujeres, sino la sociedad que hemos construido y mantenemos aún hoy, mujeres y varones, en tanto que vivimos nuestra vida adulta en continuidad con el patrón de subjetivación infantil, que tiene como referente la figura materna”.
Unidad-diversidad
Teresa Forcades asegura que “muchas filosofías, la más conocida de las cuales es el platonismo, han sostenido y sostienen que la unidad es óptima, la diversidad es sub-óptima; es la multiplicidad del mundo caído: nos diversificamos cuando estamos por debajo de la perfección; cuando llegas al uno, eso es monolitico”.
Sin embargo, para la teóloga benedictina, “el dios cristiano dice que no es así, porque ese uno es una falacia, es una quimera para el mundo cristiano, porque en el centro de la inteligibilidad de todo lo que existe coloca un dinamismo, una danza de tres irreductibles, por encima de los cuales no hay nada. Por lo tanto, la diversidad es óptima, es máxima, no hay unidad que la supere”.
Matrimonio homosexual y Trinidad
Tras asegurar que el matrimonio homosexual no es contradictorio con la teología, Teresa Forcades explica su visión del sacramento del matrinonio: “Respecto al matrimonio cristiano como sacramento, algunas personas consideran el punto capital de esa unión la complementariedad. Sin embargo, si decimos que es sacramento será porque es signo de algo, que es el amor de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu y esos tres no se complementan para nada. El Padre no le dice al Hijo “eres lo que me falta”. Esto no va así en la trinidad: el Padre le ama gratuitamente -no porque le falte nada- y esto es lo esencial de este amor”.
Asegura además que “lo esencial de ese amor sacramental, matrimonial cristiano, de pareja, como quieras llamarlo, es esa capacidad de reconocer en el otro a un tú irreductible y de tratarlo con respeto, para ser libertad humana, con que se tratan Padre, Hijo y Espíritu Santo”.
Rechazada por los teólogos católicos
Preguntada por la aceptación de sus tesis en el mundo de la teología, Forcades reconoce que es rechazada por las facultades de teología católica: "Hay dos niveles. Uno serían las facultades de teología, que en España, donde predomina la teología católica, son eclesiásticas y no pertenecen a la universidad civil. Aquí hay una dificultad clarísima -un recelo- y tendría que usar un término más fuerte: hay un espanto. Es una especie de reacción alérgica, un rechazo visceral, un miedo de estereotipos, de prejuicios arrastrados…”
Pero a su vez advierte que "hay otros ámbitos, como la Asociación Europea de Mujeres en la Investigación Teológica, de la que ahora soy vicepresidenta, que en agosto hacemos el congreso este, que también es un ámbito de teología académica. No quiere decir que no tenga sus problemas, en el ámbito protestante y demás, pero da una posibilidad de diversificar lo que llamamos teología académica en el hecho de que haya facultades no controladas por el estamento eclesiástico, con lo que implica como ámbito de pensamiento libre, porque si no es libre no es pensamiento".
Aun asi, pretende que se acepte que “como teóloga católica y dentro de la Iglesia católica, no me resulta problemática mi responsabilidad de estar al día del magisterio, de tenerlo en cuenta”.
Ganas de hacerse cuáquera
Abordando la cuestión de la organización jerárquica de la Iglesia, incluso en el ámbito de las parroquias, la religiosa declara que cuando mira “grupos de base, no sólo en la Iglesia católica, veo que la gente que profundiza en su relación con Dios crece como persona y se ayudan mutuamente. Y suerte hemos tenido de que existan grupos como los cuáqueros, tan importantes, con Margaret Fell, que me dejaron muy fascinada cuando los conocí, cómo ya en el siglo XVII y con continuidad hasta hoy siguen con ese modelo no jerárquico, con una igualdad de género que casi dan ganas de hacerse cuáquera”.