(Aci/InfoCatólica) Tras una investigación de dos años, Mons. Ricken ha proclamado que las apariciones son “dignas de ser creídas” y confirmó el reconocimiento oficial de la diócesis a este popular santuario mariano.
En la fiesta de la Inmaculada, el Obispo decretó con “certeza moral” que la Virgen María realmente se apareció a la joven inmigrante belga Adele Brise, en tres ocasiones en octubre de 1859.
En las apariciones Adele contempló a una mujer en vestiduras brillantes. En su tercer encuentro, la Virgen María se identificó como “la Reina del Cielo que reza por la conversión de los pecadores”.
La Virgen confió a Adele la misión de “reunir a los niños de este lugar campestre y enseñarles lo que tienen que hacer para la salvación. Ve y no temas nada. Te ayudaré”.
La muchacha, entonces de 28 años de edad, había querido ser religiosa antes de viajar de Bélgica a Estados Unidos. Tras estas visiones, ingresó a la tercera orden franciscana e instruyó a muchos niños y adultos, en una época marcada por la escasez de sacerdotes en Wisconsin.
La humildad de la vidente, determinante
En declaraciones a ACI Prensa, Mons. David L. Ricken, comentó que la vida de Adele es uno de los testimonios más convincentes de la validez de las apariciones. En vez de atraer la atención de los demás hacia ella, se dedicó humildemente a cumplir la misión encomendada.
El Prelado afirmó que Adele “recorrió toda esta área y visitó las casas que los estaban más lejos” resaltando su espíritu de humildad y simplicidad. “La mayor cantidad de las veces caminó, y podía pasar varios días con los niños enseñándoles el catecismo y conversando con sus padres sobre su fe”.
“Realmente tenía un espíritu evangelizador… y lo demostró, no solo con su mensaje, sino con toda su vida”, dijo el Obispo.
Multitud de milagros
Mons. Ricken también se refirió a las “incontables historias de oraciones respondidas” que incluyen relatos “de los que muchos llaman milagros”. Este Obispo indica que ha escuchado “historia tras historia” sobre curas “increíbles” y conversiones.
En opinión del P. John Doefler, Rector del Santuario de Our Lady of Good Help, estas apariciones podrían estar vinculadas a las de la Virgen de Lourdes en 1858.
“En Lourdes, María se identifica como la Inmaculada Concepción. Aquí lo hace como la Reina del Cielo. Entre ambas, se engloban todos los misterios marianos: desde el comienzo de su vida hasta la asunción y la coronación en el Cielo”.