(Zenit) Según publicaba ayer L'Osservatore Romano, está previsto que Benedicto XVI llegue en helicóptero a las 8,45 desde Castelgandolfo. Será acogido por monseñor Lorenzo Loppa, obispo de Anagni-Alatri, el alcalde y otras autoridades, tras aterrizar en el estadio local Galeotti.
Seguidamente, el Papa celebrará la misa en la plaza Monti Lepini, en el centro de Carpineto Romano. Tras concluir esta y saludar a cerca de treinta personas en representación de los ciudadanos, está previsto que regrese en helicóptero a Castel Gandolfo para el almuerzo.
Será la tercera visita de un Papa contemporáneo a esta pequeña localidad italiana de menos de 5.000 habitantes. El primero fue Pablo VI, el 11 de septiembre de 1966, al concluir el 75 aniversario de la publicación de la encíclica Rerum Novarum.
Posteriormente, el 1 de septiembre de 1991, también Juan Pablo II visitó Carpineto, para conmemorar el centenario de la publicación de la famosa encíclica, y celebró la misa en el mismo lugar donde lo hará Benedicto XVI.
León XIII
Giovanni Pecci nació en Carpineto Romano (entonces en los Estados Pontificios), de la familia de los condes Pecci. En 1943 fue consagrado arzobispo ad personam y enviado como nuncio a Bélgica. Posteriormente fue nombrado obispo de Perusa y cardenal, y elegido papa después de Pío IX, en 1878.
A él no sólo se debe la primera gran encíclica social cristiana, la Rerum Novarum, que tan profundamente ha marcado el magisterio de los papas posteriores, sino también una importante apertura al mundo científico y una difícil labor de mediación diplomática en los conflictos entre países.
León XIII fundó centros de estudio teológicos y escriturísticos, y abrió los archivos vaticanos a investigadores católicos y no católicos. Fue el primer papa en ser grabado con un cinematógrafo, así como el primer impulsor del diálogo ecuménico.
Según recordó en su visita el papa Pablo VI, “dos cosas caracterizaron los veinticinco años de pontificado de León XIII: la primera fue la vigorosa afirmación de la piedad personal, que completa el culto litúrgico. La otra es la doctrina social cristiana”.
“El culto del Sagrado Corazón, el rezo del santo rosario, la devoción a san José están directamente ligadas a la obra y a la enseñanza de León XIII”, explicaba entonces el papa Montini.
Pero sobre todo, lo que destacó del pontífice carpinetano fue el impulso que dio a una Iglesia “destituída de sus apoyos temporales, disminuida en su prestigio”.
“Aislado del mundo, en un clima de ruptura y de alejamiento, de encendidas polémicas, de anticlericalismo”, León XIII ofreció el mundo “las grandes encíclicas sobre los valores perennes de la libertad, de la democracia y sobre todo de la cuestión social. La defensa de los humildes y de los pobres no había encontrado nunca hasta entonces una voz tan autorizada”.
De él dijo veinticinco años después Juan Pablo II que, “en un periodo histórico caracterizado por profundas transformaciones culturales y agudas tensiones sociales provocadas por la nueva relación entre capital y trabajo, León XIII quiso dar, en un campo tan importante, una formulación clara al pensamiento de la Iglesia”.
“Lo hizo con valor, casi desafiando no sólo al mundo laico, sino a la propia conciencia del mundo católico. Y con su intervención profética favoreció la consolidación de la doctrina social cristiana”.