(Notivida/InfoCatólica) La sesión comenzó con fuego cruzado por la presión ejercida en las últimas semanas por el Gobierno nacional. Antes del debate, la senadora Liliana Negre, denunció, planteando una cuestión de privilegio, las arbitrarias órdenes del secretario parlamentario, Juan Estrada, que hizo que la mesa se negara inicialmente a recibir el dictamen sobre “unión civil”.
Denunció asimismo la actitud del senador José Pampuro, presidente provisional del Senado, que dio lugar a la impugnación del dictamen sobre “unión civil” de Pichetto, violando las normas del procedimiento de la Cámara. El senador Pérez Alsina secundó las palabras de Negre y afirmó que la resolución de Pampuro “agravia a los senadores”.
Intentando un contraataque Pichetto planteó una cuestión de privilegio contra Negre por querer tratar por separado unión civil y matrimonio; y Sonia Escudero otra contra Pichetto por “faltar a la verdad” y avasallar un “procedimiento impecable”.
Finalmente Liliana Negre actuó como miembro informante del dictamen de mayoría (el rechazo al proyecto con media sanción de Diputados) y Liliana Fellner informó sobre el de minoría (la ratificación).
Argumentos para votar en contra
Liliana Negre hizo una síntesis de lo actuado por la Comisión de Legislación General que preside y mostró un video que ilustra esa labor. Afirmó que legislar para un estado laico no implica abandonar las convicciones y que no se puede descalificar a los interlocutores por el lugar desde el que se sitúan. Dijo que hay una realidad que atender y que no se limita a las convivencias con relaciones sexuales, que hay que pensar en las generalidades “con abstracción de las motivaciones de las uniones”. Recordó el escueto trámite que el proyecto tuvo en Diputados y repasó las duras críticas que le hizo al proyecto la jueza Graciela Medina.
Argumentos del voto a favor
Fellner aseguró haber visto “cuestiones parcializadas”, “prejuicios”, “estigmas” e “hipocresías”, argumentos que “tienen que ver más con dogmas que con leyes civiles”, escuchamos que se “desnaturaliza el concepto de familia” y agregó que el “concepto tiene que estar al servicio del hombre”. Enfatizó que el estado es laico y que el “matrimonio civil es una construcción cultural, social y económica”. Repitió que “la ley no obliga a casarse con personas del mismo sexo”, que “reconoce una realidad”. Descartó problemas en la adopción por parte de homosexuales y exhortó a legislar sobre fertilización artificial.
Cierre de Pichetto y crítica a la Iglesia
El cierre de Pichetto: destacó “la importancia de la fecha, 14 de julio, la primera revolución laica en el mundo. Una revolución impresionante que modifica las estructuras de un país, Francia; que plantea fuertemente la visión de un estado y la vigencia de una ley para todos: el principio de libertad, igualdad, fraternidad. Tiene que ver con este debate” (.) “Esa Revolución avanzó mucho más, a cosas que nosotros no nos planteamos, como fue la expropiación de los bienes de la Iglesia, en realidad no vamos a llegar a tanto”.
Afirmó después que la Comisión de Legislación General hubiera podido llevar al recinto un proyecto de “unión civil” pero hicieron además un dictamen de rechazo porque esa era verdadera su posición. “También era el pensamiento de la Iglesia, de los sectores de la derecha vaticana de la Iglesia argentina”. Remarcó que éste no era un proyecto del Ejecutivo y que la tensión, el estado de conflicto, “no lo provocó el Gobierno sino la Iglesia”, con una “actitud poco inteligente”. “Me preocupa el futuro de la Iglesia, en torno a esas visiones tan trogloditas que sostiene en los debates sociales, que es lo que ha complejizado este debate”.
“Todo el mundo sabe que hubo un debate en el conjunto de obispos en Argentina, un debate que fue muy duro, donde hubo posiciones más moderadas que entendían que había que avanzar en un reconocimiento que era el de la unión civil y los otros que no querían nada. Y ganó la línea dura, ganó la línea de Ratzinger, ganó la línea del Papa, ganó la línea de la derecha vaticana más dura, con una doctrina que realmente es incomprensible que deja a los fieles sin protección pastoral. Ya habían dejado afuera y excomulgado, casi, a los divorciados, ahora avanzan sobre los que tienen una orientación sexual diferente, realmente se empequeñece la Iglesia, realmente es increíble este pensamiento retrógrado que viene construyéndose como una concepción, como una doctrina que ha nutrido a todo el cardenalato vaticano y al Papa actual”.
“La línea dura de la Iglesia. Y esa línea dura se expresa en Mons. Aguer, digamos las cosas, estamos en un ámbito donde a las cosas hay que ponerle nombre, se expresa en Mons. Marino, un personaje de las tinieblas, obispo auxiliar de La Plata, de la escuela de Mons. Plaza, personaje que se las trae también desde el punto de vista de su tránsito en la etapa de la dictadura”.
“Lo creía más inteligente a Mons. Bergoglio, prosiguió Pichetto, que tiene una visión más estratégica desde el punto de vista de la conducción de la Iglesia”. “Me sorprende esa carta que le mandó a las monjas recluidas, porque si uno manda una carta a un lugar que está todo cerrado, esa carta no se puede publicar y dar a conocer”. “Era una carta para que la leyeran en los momentos de ocio las monjas que están allí y supieran cual era el pensamiento. Habla del demonio, a ver si el demonio entra al convento. El demonio está girando por las calles de Buenos Aires y viene a lesionar a la familia”.
Criticó el proyecto de “unión civil”, y repitió que el Gobierno no ha crispado el debate, sino que “lo ha hecho la Iglesia”. “Este proyecto simboliza la igualdad. La presidenta siempre trabajó a favor de las minorías”, remarcó el jefe del bloque kirchnerista.
Enfrentamiento final entre Pichetto y Negre
La aprobación se produjo tras más de 14 horas de debate, que incluyeron momentos muy álgidos, sobre todo al final, cuando, Miguel Angel Pichetto, consideró que un artículo del proyecto de Unión Civil presentado por el peronismo disidente tenía connotaciones “nazis” por prohibir la posibilidad de adopción por parte de las parejas homosexuales. Liliana Negre de Alonso, que había defendido dicho proyecto, reclamó a Pichetto que se retractase por haberla llamado “nazi”, lo que éste hizo.