(EP/InfoCatólica) España fue en 2009 el octavo mayor contribuyente en este tipo de asistencia, con un volumen total de ayuda estimada de 384 millones de dólares (unos 258 millones de euros). Sin embargo, sigue por debajo de la media en el Indice de Dara, que analiza el comportamiento de estos 23 donantes (22 naciones más la Comisión Europea), según las buenas prácticas que ellos mismos acordaron en 2003.
La directora ejecutiva y cofundadora de la organización, Silvia Hidalgo, reconoce que España ha hecho "un gran esfuerzo" para aumentar su ayuda humanitaria e integrarse mejor en el sistema humanitario internacional, pero le anima a que "consolide esos logros y asegure su completa puesta en práctica". También cree que España puede servir como "ejemplo" para que otros donantes se embarquen en reformas y mejoren su ayuda humanitaria.
El informe sitúa a España en buena posición en áreas concretas. Por ejemplo, es el donante que obtiene mejor puntuación en cuanto a la distribución de la ayuda de manera equitativa; el segundo en el apoyo a la capacitación de los actores locales para que trabajen con los donantes y el sexto en capacidad de respuesta de los actores humanitarios.
No obstante, existen carencias en cuanto a la financiación de crisis olvidadas y de las ONG, en la calidad de la ayuda, así como en su "apoyo al respeto" de los Derechos Humanos y de la ley internacional humanitaria.
En el informe de Dara, respaldado por el ex secretario general de Naciones Unidas Kofi Annan, y el economista estadounidense Jeffrey D. Sachs, Noruega sustituye a Suecia en el número 1 de la lista y Estados Unidos, uno de los mayores donantes mundiales en términos absolutos, gana una posición aunque sólo ocupa el puesto número 14. Canadá y Reino Unido caen a los puestos 13 y 9, respectivamente.
El documento muestra cómo la crisis económica global, junto con la creciente frecuencia y gravedad de los desastres naturales y los conflictos violentos, están teniendo un efecto negativo sobre la capacidad de las organizaciones humanitarias de responder de manera eficaz a las necesidades. Sólo en 2008 hubo 230 catástrofes naturales y 39 conflictos en todo el mundo, que afectaron a más de 250 millones de personas.
"En este contexto de crisis económica global, nunca antes había sido tan importante un uso más eficaz del dinero público y una mayor calidad e impacto en la ayuda humanitaria", según Hidalgo, quien añadió que en Pakistán, Sudán o Somalia se podría "evitar mucho sufrimiento y salvar muchas vidas con un mejor apoyo por parte de los Gobiernos donantes".