(InfoCatólica) El cardenal Arinze, enviado especial del Papa en el encuentro de los obispos asiáticos, animó a los prelados a que fortalezcan la adoración y reverencia por la Eucaristía.
"La adoración se manifiesta en sí misma en ciertas posturas como la genuflexión, la inclinación profunda, el arrodillarse, el postrarse, el silencio en la presencia del Señor", explicó el cardenal, quien recordó que las culturas asiáticas tienen un profundo sentido de la sacralidad y la trascendencia. La reverencia hacia las autoridades civiles se muestra con actos tales como juntar las manos, arrodillarse o inclinarse mientras se mira al dignatario. El prelado aseguró que no debería ser muy difícil conseguir que ese trasfondo cultural favoreciera una correcta adoración de Cristo Sacramentado.
"La costumbre de algunas partes del mundo de no instalar reclinatorios en las iglesias no debería ser copiada por la Iglesia en Asia", advirtió el cardenal.
Tras alabar los aspectos positivos de las diversas culturas asiáticas, monseñor Arinze predicó en contra de los falsos conceptos surgidos en torno a la inculturación y urgió a que se observen adecuadamente las normas litúrgicas.
"Debe ser claramente explicada y monitoreada la forma en que se distribuye la Sagrada Comunión y no deben permitirse las idiosincracias individuales", explicó el cardenal. "En el rito latino, sólo toman la Sagrada Comunión los sacerdotes concelebrantes. Al resto, sean religiosos o laicos, se les da", dijo monseñor Arinze,
También añadió que "no es correcto que el sacerdote no use las vestimentas litúrgicas alegando que el clima es húmedo y caluroso". "Si es necesario", sugirió monseñor Arinze, "los obispos pueden pedir que se hagan con tejidos más ligeras... pero es inaceptable que el celebrante opte por vestir de paisano en lugar de hacer uso de los ornamentos aprobados por la Iglesia universal o que usen cestas y vasos de cristal para distribuir la Santa Eucaristía". "Este tipo de ´inculturación´ es un gravísimo error".
A continuación el cardenal recordó que "es tradición de la Iglesia que durante la misa las lecturas se tomen sólo de las Sagradas Escrituras. Ni siquiera los escritos de los santos o fundadores de otras religiones deben ser permitidos, por más inspirador que pueda ser tal o cual texto concreto".
El cardenal Arinze exhortó a los obispos del continente asiático a que sigan las normas de la Iglesia para la inculturación litúrgica, de forma que las iglesia locales se libren de las innovaciones cuestionables o claramente equivocadas "de algunos clérigos entusiastas, cuya fértil imaginación inventa algo el sábado por la noche cuyo celo imprudente impone dicha innovación a su inocente comunidad el domingo por la mañana".
Monseñor Arinze aseguró que el uso de la danza en la liturgia debe ser examinada críticamente, porque la mayoría de las veces la atención se traslada hacia los que la llevan a cabo y sirve tan solo como entretenimiento. "La gente", explicó el prelado, "va a Misa no para entretenerse sino para adorar a Dios, para alabarle y darle gracias, para pedir el perdón por sus pecados y cualquier otra necesidad espiritual o material".