(Efe/InfoCatólica) Este enero, apenas nueve meses desde que entrara en vigor la nueva ayuda a la natalidad, nacieron 2.300 niños, un 10 % más que en el mismo periodo de 2016, según datos de la Seguridad Social polaca. Ello permite aventurar que, si la tendencia persiste, este año podría cerrarse con 400.000 nacimientos, lo que supondría la cifra más alta desde 2010. Estos datos incluyen sólo los nacimientos en los hospitales públicos, por lo que, si se suman los que tuvieron lugar en los centros sanitarios privados, se puede hablar de un incremento considerable.
Desde el Ministerio de Familia no dudan de que este «baby boom» se debe al programa 500+, la mencionada ayuda mensual de 500 zloty por cada hijo a partir del segundo para todas las familias, independientemente del nivel de ingresos, o para el primero en el caso de aquellas con bajos ingresos o de niños con minusvalías.
Se trata de la medida estrella del Gobierno de Beata Szydlo, del partido nacionalista y conservador Ley y Justicia (PiS).
A estos datos hay que añadir el ligero aumento de la natalidad registrado en 2016, con 16.000 nacimientos más que en el año previo, lo que para el Gobierno también se debe a los primeros efectos de las ayudas por hijo. En un país donde el salario medio anual es de 11.600 euros, la ayuda puede ser determinante para la subsistencia de las familias, especialmente en el área rural y en pequeñas ciudades, donde la economía es más precaria.
Desde la oposición se ha criticado el programa 500+, que los líderes de las formaciones liberales Plataforma Ciudadana y Nowoczesna consideran una política para «comprar votos» (según los sondeos, Ley y Justicia mantiene casi inalterable su nivel de popularidad desde que ganó las elecciones de 2015), a la vez que cuestionan la sostenibilidad de los subsidios. Nadie niega que la medida, que por ahora beneficia a cerca de cuatro millones de niños y ha costado unos 3.500 millones de euros en sus primeros meses, supone un coste elevado para el Ejecutivo, que para compensarlo trata de captar nuevos ingresos a través de impuestos a las grandes empresas, muchas extranjeras.
Insolidaridad de empresarios de Varsovia
También los negocios locales son víctimas del ansia recaudatoria del Gobierno, que ha multiplicado las inspecciones fiscales en busca de infracciones que permitan aumentar los fondos de las arcas del Estado, como reconocen a Efe varios empresarios de Varsovia, bajo condición de anonimato, que en muchos casos se plantean trasladar su sede fiscal a otro país. Mientras, el Ejecutivo polaco insiste en que el subsidio a la natalidad es sostenible y la primera ministra asegura que el programa 500+ es una inversión para el futuro de Polonia.