(InfoCatólica) El manifiesto explica que el parágrafo 137 del Instrumentum Laboris, que en español reza así...:
137. Teniendo presente la riqueza de sabiduría contenida en la Humanae Vitae, en relación a las cuestiones tratadas en el documento, surgen dos polos que deben ser constantemente conjugados. Por una parte, el papel de la conciencia entendida como voz de Dios que resuena en el corazón del hombre educado a escucharla; por otra, la indicación moral objetiva, que impide considerar la procreación una realidad sobre la cual decidir arbitrariamente, prescindiendo del designio divino sobre la procreación humana. Cuando prevalece la referencia al polo subjetivo, es fácil caer en opciones egoístas; en el otro caso, se percibe la norma moral como un peso insoportable, que no responde a las exigencias y a las posibilidades de la persona. La combinación de los dos aspectos, vivida con el acompañamiento de un director espiritual competente, ayudará a los cónyuges a escoger opciones plenamente humanizadoras y conformes a la voluntad del Señor.
... «se refiere a un documento clave del Magisterio moderno, la Humanae vitae, de un modo que, a la vez, pone en cuestión el vigor de su enseñanza y propone un método de discernimiento moral que decididamente no es católico. Esta aproximación al discernimiento contradice lo que ha sido enseñado por el Magisterio de la Iglesia acerca de las normas morales, la conciencia y el juicio moral, al sugerir que una conciencia bien formada puede estar en conflicto con las normas morales objetivas».
Los autores y firmantes del manifiesto aseveran:
«Como teólogos y filósofos moralistas católicos y nos sentimos moralmente obligados a hablar contra la distorsión de la enseñanza católica que está implícita en el parágrafo 137. Si es aprobado por el Sínodo, el deficiente texto del Instrumentum laboris puede crear confusión entre los fieles».
Tras analizar las diversas versiones del texto (inglés, italiano original y español), se denuncia que su redacción «es profundamente ambigua, tiende a presentar la norma moral como algo extrínseco a las personas y a la vida buena a la que son llamadas; por lo tanto, la norma aparece como algo exclusivamente negativo y, por así decirlo, como meramente coercitiva»
Y más adelante se advierte que:
El parágrafo 137 del Instrumentum laboris no solo no aconseja confiar en Dios en el esfuerzo para conformarse a sus mandamientos, sino que, en cambio, sugiere que el agente moral puede ser capaz de encontrar un punto medio en el que sopesar sus subjetivas «necesidades y posibilidades» que ha auto-discernido, contra el contenido actual de la ley moral. Lo que se pierde aquí completamente es la comprensión del Concilio de la gracia de la redención de Cristo que ha sido reiterado en el capítulo tercero de la Veritatis splendor: «Para no desvirtuar la cruz de Cristo».
El manifiesto denuncia igualmente la distorsión de la enseñanza del punto 16 de la Gaudium et spes, del Concilio Vaticano II, sobre el papel de la conciencia en el cristiano. Y advierte:
La idea de que la conciencia haga una referencia intrínseca a una verdad objetiva del bien está totalmente ausente en el parágrafo 137. Al presentar la conciencia como un polo que está en oposición dialéctica con la ley, el Instrumentum laboris propone una concepción incompatible con la enseñanza del Magisterio de la Iglesia y disminuye la dignidad espiritual de la persona humana en cuanto alguien capaz de conformar sus acciones con la verdad objetiva.
El texto explica cómo afecta ese error a la hora de formar el juicio moral. Y sentencia:
Las formulaciones ambiguas imprecisas del parágrafo 137 sugieren un rechazo de la existencia de actos intrínsecamente malos. El texto implica que no hay normas morales con un valor absoluto, universal e inmutable que prohíben siempre y sin excepciones las acciones intrínsecamente malas. En consecuencia, el texto parece poner en cuestión la Tradición de la Iglesia y la enseñanza explícita de la encíclica Veritatis splendor (nn. 79-82. 115).
En relación a la Humanae Vitae, se asegura:
... el parágrafo 137 está muy lejos de promover la sólida antropología en la que el Beato Pablo VI, y después de él San Juan Pablo II, basaron la normativa precisa enseñada por la Iglesia: los seres humanos están destinado a amar y ser amados. La contracepción, de hecho, es incompatible con amar y ser amado. Al usar los anticonceptivos, no solo se rechaza el significado procreativo del acto conyugal, sino también el significado del acto en cuanto verdaderamente «unitivo», queda así radicalmente comprometido el genuino acto de amor (cfr. HV 12).
Y se advierte que:
Aunque el parágrafo 137 habla de la «riqueza de sabiduría» de Humanae vitae de hecho mina su contenido fundamental.
Los filósofos y teólogos moralistas firmantes recuerdan en su conclusión que:
El fracaso de muchos teólogos e incluso de algunos obispos y sacerdotes en dar un sólido respaldo a la enseñanza de la Humanae vitae ha llevado a décadas de una débil identificación con la enseñanza de la Iglesia, no sólo en materia sexual, sino en todos los ámbitos. El Sínodo es una oportunidad para corregir esta deficiencia. El parágrafo 137 debe ser rechazado y reemplazado por un fuerte respaldo a la enseñanza de la Humanae vitae y una clara explicación de la relación entre la conciencia y las normas morales objetivas como enseña la Veritatis splendor.
Texto oficial del manifiesto con las firmas de los adherentes