(ACI Prensa/InfoCatólica) En el video también se presenta una entrevista con el Dr. Ben Van Handel, director ejecutivo de Novogenix Laboratories –otra compañía asociada con Planned Parenthood para la extracción y venta de órganos de bebés–, que admitió que «hay veces en las que después de realizado el procedimiento (aborto) que el corazón aún está latiendo».
«Quiero mostrarte algo», le dijo a Holly su supervisora, antes de dar un ligero golpe sobre el pecho del bebé. En ese instante el corazón del niño «comenzó a latir».
«Y estaba ahí mirando este feto, y su corazón está latiendo, y no sé qué pensar», recordó. «Tenía un rostro, no estaba completamente arrancado. Su nariz era muy pronunciada. Tenía párpados y su boca era muy pronunciada».
Vamos a sacarl el cerebro
Su supervisora, lejos de cualquier remordimiento, destacó que «este es un feto realmente bueno y podemos sacar mucho de él». «Vamos a sacar el cerebro», le dijo y le indicó cómo debía ir «a través de la cara».
Tras realizar una incisión, la supervisora le dejo las tijeras a la joven para que continuara con la extracción. «No puedo siquiera describir cómo se siente», señaló Holly profundamente entristecida.
David Daleiden, jefe de la investigación del Center for Medical Progress, destacó que «el video de hoy contiene admisiones desgarradoras sobre la barbarie absoluta de la práctica de abortos de Planned Parenthood y la venta de partes de bebés, en las que los fetos son a veces sacados intactos y vivos».
«Planned Parenthood es una organización criminal desde arriba hacia abajo y debe ser despojada inmediatamente de la financiación vía impuestos, y enjuiciada por sus atrocidades contra la humanidad», exigió.
Por su parte, la presidenta de la organización pro-vida estadounidense Live Action, Lila Rose, aseguró que «es difícil incluso hablar de un horror tal, y aún así nuestra nación permite e incluso financia estas atrocidades contra nuestros niños más vulnerables».
«Esta es una entre las cientos de miles de vidas extinguidas cada año por Planned Parenthood, una corporación a la que los contribuyentes son forzados a financiar con más de 500 millones de dólares al año, mientras que la gigante del aborto recolecta, trafica y obtiene ganancias de la venta ilegal de órganos de bebés», señaló.