(ACI/Raymond Arroyo) El retirado Obispo alemán, llamado ocasionalmente «el teólogo del Papa» dio una conferencia hace una semana en la Universidad de Georgetown, en Washington D.C. (Estados Unidos).
En su visita a la capital estadounidense, el Cardenal Kasper se sentó conmigo a discutir su propuesta en profundidad, y sus repercusiones para la Iglesia. La entrevista, que se transmitirá en el programa The World Over de EWTN (en inglés) en dos partes, permite a la audiencia entrar en la mente de un hombre que en muchas formas ha dado forma al diálogo sobre el Sínodo de los Obispos sobre la Familia, que se realizará en Roma en octubre.
La determinación del Cardenal de presionar a los padres sinodales para abrazar su propuesta es clara, así como su convicción de que podría finalmente triunfar. Me dijo que él no se inmuta por la oposición que su propuesta ha recibido de conferencias episcopales de diversas partes del mundo. Al mismo tiempo, el Cardenal se aleja de sus anteriores comentarios en los que indicaba que tenía el apoyo del Papa para su controvertida posición.
¿Ha perdido terreno la propuesta del Cardenal Kasper? ¿Pregonó el respaldo papal demasiado enérgicamente? Aquí algunos extractos claves de la primera parte de la entrevista:
Así como ve la situación ahora, así como ve a los obispos africanos, los obispos polacos, los obispos estadounidenses diciendo que no debe haber un cambio ni en la práctica o la doctrina, tiene a gente escribiendo, firmando peticiones rogando a los padres de la Iglesia que no se haga ningún cambio, ¿está confiado en que ese cambio podría pasar?
Bien, ese es un lado, pero hay muchas peticiones también en el otro (lado); y ya que conozco a muchos cardenales, conozco a muchos obispos que están más de mi lado...
Su eminencia, sé que usted empujó esta propuesta y la ha enviado al cuerpo episcopal, y ha salido realmente a anunciarla y tratar de exponer a la gente a su propuesta por todo el mundo. ¿Siente alguna responsabilidad por el fenómeno sobre que la gente me ha escrito, sacerdotes particularmente, de parejas divorciadas en nueva unión, parejas homosexuales presentándose después de Misa y diciendo «queremos la Comunión; usted debe permitirnos tener la Comunión. Esto es claramente lo que el Papa quiere». ¿Siente alguna responsabilidad personal por ese fenómeno?
Bien, este es un malentendido y, en primer lugar, era una pregunta, y yo puse la pregunta abierta al debate. No es una propuesta. Y, por tanto, por supuesto que una pareja puede venir y querer la Santa Comunión. Yo hablé sobre un proceso penitencial, un camino penitencial. Necesita tiempo…
Pero hay realmente un proceso penitencial. Me refiero a que ya existe el proceso canónico de nulidad, ¿sí?
Sí, el proceso de nulidad es una cosa; no me refiero a esto. Un proceso de nulidad: Esto es una cosa…
Arroyo: ¿Así que este es otro proceso?
Este es otro proceso, pero si la gente, bien, si ellos tienen la declaración de nulidad, pueden venir a la Santa Comunión: Eso es claro.
Pero entiende que, cuando un hombre de Iglesia como usted mismo, un teólogo, una figura internacional apreciada, una autoridad curial dice: «Aquí está mi propuesta, y el Papa está de acuerdo conmigo», eso causa alguna…
Bien, esto no lo dije.
Bueno, usted sí lo dijo, y la cita es: «Claramente esto es lo que él quiere», y el Papa ha aprobado mi propuesta. Esas fueron las citas de la vez…
No… él no aprobó mi propuesta. El Papa quiso que yo ponga la pregunta, y, después, en una forma general, ante todos los cardenales, expresó su satisfacción con mi discurso, pero no el fin, no en el… no diría que aprobó la propuesta, no, no, no.