(ACI/InfoCatólica) Mons. Nona ha sido forzado a abandonar su hogar por el Estado Islámico, un califato recientemente establecido en Irak y Siria. Él es uno de los cinco obispos que han sido obligados a abandonar Mosul.
El grupo extremista islámico ha perseguido a todos los que no fueran musulmanes sunitas en el territorio del que se ha apoderado. Cristianos, yazidis y musulmanes chiítas han abandonado la zona. «Perdí mi diócesis» dijo el Arzobispo. «El establecimiento físico de mi apostolado ha sido ocupado por radicales islámicos que nos quieren convertidos o muertos. Pero mi comunidad aún está viva».
De acuerdo a las Naciones Unidas, hay más de 1,2 millones de personas desplazadas internamente en Irak, y al menos 10 mil refugiados iraquíes en Siria, como resultado del Estado Islámico.
Mons. Nona apeló a los medios de comunicación occidentales para que «traten de entendernos». «Sus principios liberales y democráticos no valen nada aquí. Deben considerar otra vez nuestra realidad en el Medio Oriente, porque están recibiendo en sus países a un número cada vez mayor de musulmanes. Ustedes también están en peligro. Deben tomar decisiones fuertes y valientes, incluso a costa de contradecir sus principios».
El Arzobispo Caldeo de Mosul lamentó que «ustedes piensan que todos los hombres son iguales, pero eso no es verdad: El Islam no dice que todos los hombres son iguales. Los valores de ustedes no son los valores de ellos». «Si no entienden esto lo suficientemente pronto, se convertirán en víctimas del enemigo que han recibido en su casa», advirtió.