(ACI/InfoCatólica) «¡Díganles que están decepcionando al pueblo de Colorado al permitir que esta propuesta pase sin un auténtico debate público!», alentó.
A continuación, la carta completa del Arzobispo de Denver, Mons. Samuel Aquila:
Estimados hermanos y hermanas:
A través de la presente, me dirijo a ustedes el día de hoy con una importante solicitud. Entiendo que los fines de semana son ocupados para todos pero les quiero pedir 10 minutos de su tiempo durante este fin de semana para que oren por una intención muy importante, y para que tomen acción. Al final de esta carta les propongo cómo hacerlo.
En caso de que no se hayan enterado, la próxima semana se debatirá en el Senado del Estado de Colorado una propuesta de ley bastante preocupante. La propuesta de ley 175 (abreviada SB175 en inglés), promocionada como la «ley de libertad a la salud reproductiva», fue aprobada en uno de los comités del senado el pasado jueves por mayoría partidista. Les agradezco a todos los que acudieron a la audiencia a mostrar su oposición a esta propuesta.
Dicha propuesta de ley consiste en ser una pieza central y dominante de la legislación que básicamente eliminaría todo esfuerzo por aprobar legislación que afirmara el derecho a la vida en Colorado por siempre. Pero lo que es más, busca añadir el «derecho al aborto» en las leyes de Colorado. Las organizaciones en contra de la vida, como NARAL y ThinkProgress, han elogiado esta propuesta definiéndola como «ambiciosa» y «la primera en su clase» en el país. Esta propuesta quiere legalizar la cultura de la muerte e ignorar lo que la ciencia dice.
De aprobarse, esta propuesta impediría a los legisladores aprobar leyes en las que se requieren ultrasonidos, las cuales, como todos sabemos –específicamente gracias al trabajo realizado por la iniciativa de ultrasonido de los Caballeros de Colón aquí en Colorado–, han hecho tanto bien a las madres al proveerles crucial información sobre su embarazo, y por consiguiente, salvado las vidas de un sinnúmero de niños de una muerte inminente.
Así mismo, impediría regulaciones de sentido común, tales como un periodo espera (antes de un aborto), restricciones en píldoras abortivas (específicamente a menores de edad), y políticas de notificación a los padres. Los promotores de esta propuesta de ley están buscando que el «derecho al aborto» sea otorgado a niñas de hasta 10 o 11 años de edad o sin el consentimiento, guía o apoyo de sus padres. Los padres de familia son vistos como que no tienen lugar en la dirección moral de sus propios hijos.
Justo este pasado 11 de abril, el Papa Francisco mostro su firme apoyo a que los padres de familia decidan la educación moral y religiosa de sus hijos, al tiempo que manifestó su rechazo a «cualquier tipo de experimento educacional con los niños».
Acentuó que «los horrores de la manipulación educativa que hemos vivido en las grandes dictaduras genocidas del siglo XX no han desaparecido; conservan su actualidad bajo ropajes diversos y propuestas que, con pretensión de modernidad, fuerzan a caminar a niños y jóvenes por el camino dictatorial del ‘pensamiento único’».
Precisamente esta propuesta de ley protegería ese «pensamiento único» del cual el Papa Francisco nos previene y que socava la libertad de la conciencia de la persona de promover la dignidad de la vida humana y del niño no nacido.
Finalmente, esta propuesta eliminaría los códigos de salud que regulan las clínicas de aborto, las cuales son catalogadas por los activistas en favor del aborto como «molestas». ¿Recuerdan el caso de Kermit Gosnell en Philadelphia, con esas horribles imágenes e historias de mujeres al borde de la muerte sobre la mesa de los abortistas? ¡Así es como las clínicas de aborto se mirarán si no existen regulaciones! ¡Esta propuesta de ley no es buena para las mujeres y las niñas de colorado!
Es por ello que estoy implorando a toda persona de buena voluntad a que le dedique 10 minutos de oración este fin de semana. Pidan al Señor por Su intersección a nombre de las vidas inocentes en Colorado. También pidan por nuestros políticos, con posturas a favor y en contra, en especial por aquellos que trabajan incansablemente y en la mayoría de los casos, sin reconocimiento alguno, en promover legislación que afirma el derecho la vida en el capitolio estatal.
Pero por favor no se detengan ahí. Al final de su oración pregúntele al Señor que es lo Él que quiere de ustedes. Han sido llamados a ser levadura del bien y por la vida en nuestra sociedad.
He aquí algunas maneras concretas como pueden tomar acción este fin de semana:
Contacten a su senador. Sería un bello testimonio de parte del pueblo de Colorado que apoya y respeta la vida, si cada senador de Colorado se despertara al lunes con cientos de correos electrónicos y mensajes diciéndole que se oponga a la propuesta de ley SB175. Para saber más sobre esta propuestau obtener la información de su senador, por favor comuníquense con Colorado Catholic Conference (Confederación Católica de Colorado), por teléfono al 303-894-8808 o en internet al sitio: www.cocatholicconference.org.
Contacten a los medios de comunicación. Llámenle a las televisoras, estaciones de radio y periódicos. Pídanles que cubran como noticia esta propuesta de ley. ¡Díganles que están decepcionando al pueblo de Colorado al permitir que esta propuesta pase sin un auténtico debata público!
Pasen la voz. Sobre todos en las redes sociales. Si están activos en Facebook Twitter u otras redes sociales, ayuden a pasar la voz. Inviten a otros que quizá no recibieron esta carta a que se unan en oración y acción.
Sean personas de esperanza. Entiendo que muchos de ustedes han perdido su confianza en los políticos, pero recuerden que la desesperanza no viene de Dios, sino del maligno. Satanás busca confundir y desalentar. Pero el Papa Francisco en su homilía del 11 de abril nos recuerda que «el diablo existe. ¡También en el siglo XXI! Y no debemos ser ingenuos, ¡eh! Debemos aprender del Evangelio cómo se hace para luchar contra él». Los cristianos somos personas de esperanza. Toda acción que tomemos en defensa de la vida tiene un significado, sobre todo si viene como respuesta de nuestra oración y el Evangelio.
Concluyo con esta reflexión sobre la importancia del testimonio cristiano en nuestros tiempos. Recuerden que el Concilio Vaticano II nos llamó a todos los católicos a ser levadura en la sociedad y a contribuir, «desde dentro, a la santificación del mundo»: «Por tanto, de manera singular, a ellos corresponde iluminar y ordenar las realidades temporales a las que están estrechamente vinculados, de tal modo que sin cesar se realicen y progresen conforme a Cristo y sean para la gloria del Creador y del Redentor». (LG, 31).
Mis hermanos obispos de Colorado y un servidor hemos enviado una carta conjunta a todos los senadores del estado. Ahora les pido a todos ustedes poner su granito de arena en la santificación de nuestra sociedad. Tomemos juntos una posición de entrega y con sentido, a favor de la vida aquí en Colorado.
Qué el Señor los bendiga a cada uno de ustedes en abundancia.
Mons. Samuel J. Aquila
Arzobispo de Denver