(CNS/Gaudium Press) No es que dicha práctica hubiera sido abolida en Australia, sino que, como en muchos otros países, la Conferencia de Obispos aplicó la potestad que le otorga el Derecho Canónico para definir la forma como ésta se reglamenta. Por esta razón, durante los viernes fuera del tiempo de Cuaresma, la abstinencia puede actualmente conmutarse por otro sacrificio u oración, a elección de los fieles. Un caso de aplicación similar es el de Estados Unidos y lo fue, hasta 2011, Inglaterra y Gales. La norma de los obispos australianos fue establecida a este respecto en 1985.
Razones para un posible retorno de la abstinencia
El obispo auxiliar de Melbourne, Mons. Peter Elliot, comentó a Catholic News Service su impresión personal sobre esta decisión, de la cual afirmó que si bien se comprende su intención, «falló en no tener en cuenta la psicología humana». En su opinión, pasar de una norma establecida a la libertad que cada fiel tiene de establecer el tipo de sacrificio llevó a muchos, con el tiempo, a olvidar el precepto completamente. En este sentido, la cesación de la práctica resultó «un gran error pastoral y espiritual».
«En la Iglesia amplia e inclusiva proclamada por el Papa Francisco necesitamos ofrecer formas para que los católicos practicantes realicen actos sencillos de pertenencia», explicó Mons, Elliot. «No comer carne en viernes era simplemente eso». Una opinión similar fue argumentada a CNS por Mons. Geoffrey Jarrett, Obispo de Lismore: «Ha sido difícil para los sacerdotes predicarla (la abstinencia) cuando no hay una disciplina uniforme atada a ella». Para el prelado la abstinencia de carne en todos los viernes es «una práctica católica antigua y universal profundamente grabada en nuestra identidad con Cristo y la Iglesia».
Testimonio colectivo de la fe
El Arzobispo de Hobart, Mons Julian Porteus, también expresó su deseo que que regrese la norma, ya que al retirar la abstinencia obligatoria la Iglesia «perdió un signo distintivo de nuestra identidad como católicos». Esta sencilla práctica tenía la doble dimensión del sacrificio individual y de testimonio colectivo de la fe. «En el pasado era una de esas prácticas que todos conocían: los católicos no comen carne en viernes», recordó. Resulta claro que la norma no podría regresar sin un apoyo pastoral decidido. Para Mons. Porteus, se requiere «una seria catequesis» para que los fieles comprendan y apliquen el precepto adecuadamente.
El ejemplo inglés
La Iglesia en Inglaterra y Gales ya tomó una decisión en este sentido, y desde el 16 de septiembre de 2011 se restauró la práctica en el país. «La Conferencia de Obispos desea recordar a todos los católicos en Inglaterra y Gales la obligación de la penitencia de los viernes», manifestaron en su momento los prelados. «Los Obispos han decidido restablecer la práctica de que esto debería ser cumplido a través de abstenerse de carne. Quienes no puedan o elijan no comer carne como parte de su dieta normal deberían abstenerse de algún otro alimento que tomen con regularidad».
Los prelados ingleses señalaron que la práctica constituye una «clara y distintiva marca de su propia identidad católica» y que el precepto contribuía a edificar la virtud apoyado en la intención y el testimonio comunitarios. «Es importante que todos los fieles estén unidos en una celebración común de la penitencia de viernes», señaló la declaración oficial de 2011 .
Mons. Terence Drainey, Obispo de Middlesbrough, Inglaterra, explicó al informativo diocesano de Perth, Australia, The Record, el significado que tendría esta decisión en el país. «Al ofrecernos a todos una forma de recordar que en el día viernes los católicos de todo el mundo estamos unidos en penitencia, cualquier diócesis estaría dando a sus fieles un regalo espiritual oportuno, adecuado y práctico», describió el Obispo.
La iniciativa de restablecer la práctica de la abstinencia en los días viernes de todo el año requiere la aprobación de la Conferencia de Obispos del país. Sin embargo, el tiempo de Cuaresma es un tiempo adecuado para la reflexión sobre la forma como los católicos viven la penitencia cristiana durante todo el año, ya sea a través de la abstinencia prescrita por la Iglesia o los diferentes sacrificios y oraciones con los cuales puede reemplazarse fuera del tiempo de Cuaresma de acuerdo a las normas de la Iglesia en cada lugar. Esto ya podría marcar una notable diferencia.