(Aica/InfoCatólica) El papa Francisco recibió esta mañana a los miembros de la Congregación para la Doctrina de Fe, al finalizar estos una sesión plenaria dedicada a la relación entre fe y matrimonio.
«Se trata –dijo el Papa- de una reflexión de gran relieve que se coloca en la línea de la invitación formulada por Benedicto XVI sobre la necesidad de interrogarse más a fondo acerca de la relación entre fe personal y celebración del sacramento del matrimonio, sobre todo en un contexto cultural que ha cambiado».
La doctrina sirve a la vida del pueblo de Dios
El Santo Padre subrayó que desde los primeros tiempos de la Iglesia «existe la tentación de entender la doctrina en sentido ideológico o de reducirla a un conjunto de teorías abstractas y cristalizadas» cuando en realidad «la doctrina tiene como único objetivo servir a la vida del Pueblo de Dios y asegurar a la fe un fundamento cierto» porque «efectivamente, es grande la tentación de apropiarnos de los dones de la salvación que procede de Dios para domesticarlos -incluso con buena intención- a los puntos de vista y al espíritu del mundo».
Dice el Papa que el cuidado de la integridad de la fe es una tarea muy delicada que sirve para salvaguardar el derecho de todo el pueblo de Dios para recibir el depósito de la fe en su pureza y en su totalidad. Un trabajo que debe compartirse con los Pastores locales y con las Comisiones Doctrinales de las Conferencias Episcopales.
Diálogo paciente con los autores
«En efecto, la Iglesia es el lugar de la comunión y, en cada nivel, todos estamos llamados a cultivar y promover la comunión, cada uno bajo la responsabilidad que el Señor le ha asignado. Estoy seguro de que cuanto mayor sea la colegialidad en nuestro trabajo, más brillará ante el mundo la luz de nuestra fe».
El trabajo de la Congregación para la Doctrina de la Fe, añadió, debe «tener también siempre presentes las exigencias de diálogo constructivo, respetuoso y paciente con los autores. Si la verdad exige fidelidad, ésta crece siempre en la caridad y la ayuda fraternal para aquellos que están llamados a madurar o esclarecer sus convicciones.»
El Papa observó igualmente que el método de trabajo de la congregación se distingue «por la praxis de la colegialidad y del diálogo. La Iglesia es, efectivamente, el lugar de la comunión y, en todos los niveles, cada uno de nosotros está llamado a cultivar y promover la comunión, cada uno con la responsabilidad que el Señor le ha asignado».
Protección de los niños
Finalmente, el Pontífice agradeció a la congregación «el esfuerzo por tratar las delicadas problemáticas sobre los llamados delitos más graves, en particular los casos de abuso sexual de menores por parte de clérigos. Piensen en el bien de los niños y de los jóvenes que en la comunidad cristiana deben estar siempre protegidos y sostenidos en su crecimiento humano y espiritual.
«En ese sentido, indicó Francisco, se estudia la posibilidad de incorporar a su dicasterio la Comisión específica para la protección de los niños que he instituido y que quisiera fuera ejemplar para todos los que quieren promover el bien de los niños».