Nilov considera inadmisible que la multa por saltarse un semáforo en rojo sea igual que la que recibe el que insulta el sentimiento de millones de creyentes.
«Ya estamos trabajando en la iniciativa legal. Propondremos la responsabilidad penal», dijo.
En caso de ser aprobada, la nueva ley obligará al infractor a pagar una fuerte multa, realizar trabajos sociales o ser condenado a una pena de cárcel.
El jurista Ígor Ponkin, propuso restablecer el derogado artículo 143 del código penal ruso sobre la violación de la libertad de culto y de conciencia.
El Patriarcado de Moscú de la Iglesia Ortodoxa Rusa, en el ojo del huracán por exigir un severo castigo contra el grupo punk Pussy Riot que cantó en la catedral de Cristo Salvador, respaldó de inmediato la iniciativa.
Las tres jóvenes de ese grupo fueron condenadas a dos años de cárcel por «gamberrismo motivado por odio religioso», aunque muchos opositores y las cancillerías occidentales creen que se trató de una simple gamberrada.
El propio primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, reconoció ayer que la actuación de Pussy Riot le produce «ganas de vomitar», pero añadió que las mujeres no deberían haber sido condenadas a prisión.
Precisamente, la Duma aborda este asunto coincidiendo con las violentas protestas contra las legaciones diplomáticas de EEUU en el mundo árabe debido a dos películas norteamericanas, que en opinión de muchos musulmanes han ultrajado al profeta Mahoma.
Al respecto, el presidente ruso, Vladímir Putin, llamó a todos los Gobiernos del mundo a responder con dureza ante cualquier provocación religiosa u ataque contra los sentimientos de los creyentes de cualquier confesión.
(Efe) «Ya estamos trabajando en la iniciativa legal. Propondremos la responsabilidad penal», dijo Nilov. En caso de ser aprobada, la nueva ley obligará al infractor a pagar una fuerte multa, realizar trabajos sociales o ser condenado a una pena de cárcel.
El jurista Ígor Ponkin, propuso restablecer el derogado artículo 143 del código penal ruso sobre la violación de la libertad de culto y de conciencia. El Patriarcado de Moscú de la Iglesia Ortodoxa Rusa, en el ojo del huracán por exigir un severo castigo contra el grupo punk Pussy Riot que cantó en la catedral de Cristo Salvador, respaldó de inmediato la iniciativa.
Las tres jóvenes de ese grupo fueron condenadas a dos años de cárcel por «gamberrismo motivado por odio religioso», aunque muchos opositores y las cancillerías occidentales creen que se trató de una simple gamberrada. El propio primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, reconoció ayer que la actuación de Pussy Riot le produce «ganas de vomitar», pero añadió que las mujeres no deberían haber sido condenadas a prisión.
Precisamente, la Duma aborda este asunto coincidiendo con las violentas protestas contra las legaciones diplomáticas de EEUU en el mundo árabe debido a dos películas norteamericanas, que en opinión de muchos musulmanes han ultrajado al profeta Mahoma. Al respecto, el presidente ruso, Vladímir Putin, llamó a todos los Gobiernos del mundo a responder con dureza ante cualquier provocación religiosa u ataque contra los sentimientos de los creyentes de cualquier confesión.