(Efe) Los prelados asisten en el Vaticano a un congreso organizado por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y a los que recibió en la residencia de verano de Castel Gandolfo. El Obispo de Roma dijo que aunque esas diócesis cristianas son de reciente formación y muestran un gran entusiasmo y celo apostólico, también viven momentos de inestabilidad social debido a problemas alimentarios, sanitarios y educativos.
«A esas calamidades naturales se unen discriminaciones culturales y religiosas, intolerancias y sectarismos, fruto de integrismos equivocados que subestiman o desconocen el derecho a la libertad religiosa, el respeto de los más débiles, sobre todo de los niños, de las mujeres y de los discapacitados», afirmó el Papa. Añadió que los enfrentamientos entre castas y etnias causan, además, «violencias injustificables».
Benedicto XVI les exhortó a no ceder y a proseguir con la difusión del Evangelio, «ya que la difusión de la Palabra de Dios hace florecer el don de la reconciliación y favorece la unidad de los pueblos». El Pontífice señaló que desde hace tiempo se registra una disminución de misioneros en esos países, pero que esa falta se está cubriendo con el aumento de sacerdotes autóctonos, que incluso están marchando a otras diócesis en las que faltan presbíteros.
El papa les exhortó a propiciar la «inculturación», es decir, usar elementos de las culturas indígenas para anunciar el Evangelio, de manera correcta y a una formación profunda de los candidatos al sacerdocio. «La misión exige pastores a imagen de Cristo, santos, prudentes y previsores, dispuestos a gastarse generosamente por el Evangelio y por la Iglesia», precisó Benedicto XVI.