(Agencias/InfoCatólica) Al finalizar la asamblea anual, la Leadership Conference of Women Religious (LCWR), esto es, la Asamblea de Superioras de Religiosas de Estados Unidos, ha decidido mantener el carácter oficial de su organismo que representa aproximadamente al 80% de las congregaciones y a unas 57.000 religiosas del país
La hermana Pat Farrell, presidenta de la LCWR, calificó como “tergiversación” el Doctrinal Asessment, informe doctrinal de la CDF emitido en abril de 2012, que señaló que el grupo ha organizado periódicamente conferencias con errores doctrinales, así como una “prevalencia de ciertos temas feministas radicales que sean incompatibles con la fe católica”, sobre el sacerdocio sólo para hombres, la anticoncepción o la homosexualidad, mientras permanecían casi en silencio en el combate contra el aborto.
La Santa Sede puso al arzobispo J. Peter Sartain de Seattle y a otros dos obispos más como encargados de llevar a cabo una reforma del grupo. Pat Farrell, sin embargo, que las más de 900 mujeres que asistieron esta semana a la asamblea nacional del grupo decidieron que por ahora estarían abiertas a la discusión con los tres obispos designados por el Vaticano para supervisar y modificar en lo necesario sus constituciones, estatutos y actividades.
Igualmente, la LCWR se ha comprometido a comenzar y mantener un diálogo “tan prolongado como sea posible” con la Santa Sede, a condición de que éste se realice “en un clima de oración, desde actitudes de respeto mutuo, escucha cuidadosa y apertura sincera”. La asamblea de la LCWR ha encomendado a sus representantes que comiencen y prosigan este diálogo “siempre que no se vean obligadas a poner en cuestión la integridad de su misión”. Pat Farrell admitió que el plan de las monjas para seguir adelante era vago, pero señaló que el proceso duraría cinco años y apenas había comenzado.
El Informe Doctrinal (Doctrina Assestmenmt)
La LCWR resaltó una vez más su profundo desacuerdo con el informe y planteamientos de la Congregación para la Doctrina de la fe, aunque quiere aprovechar este momento como “una gran oportunidad” para explicar con claridad a los líderes de la Iglesia cuál es su misión, sus valores y sus principios operativos.
”Si bien reconocieron su profunda decepción con el informe de la CDF, los miembros proclamaron su intención de utilizar esta oportunidad para explicar la misión de la LCWR, sus valores y principios de funcionamiento”, dijo a miembros de la conferencia en St. Louis.
En su discurso presidencial ante la conferencia, titulada “Navegando por los cambios”, dijo a la hermana Pat a la asamblea que sería un “error hacer demasiado caso de la Evaluación doctrinal”.”No podemos permitir que se consuma una cantidad excesiva de nuestro tiempo y energía o que nos distraiga de nuestra misión”, dijo a las hermanas. Sin embargo, dijo, “creo que también sería un error hacer demasiado poco de la Evaluación doctrinal ‘”.
La influencia de la intervención de Barbara Marx Hubbard
La reunión de la LCWR acogió a la autora futurista y promotora “consciente de la evolución”, Barbara Marx Hubbard, quien elogió el “liderazgo de la evolución” de la LCWR, llamándola “el mejor semillero” para “la evolución de la Iglesia”.
A la luz de la charla de Hubbard, la hermana Pat dijo en su discurso presidencial que “es fácil ver en este momento a la LCWR como un microcosmos dentro de un mundo en constante cambio”, lo que “nos da un contexto más amplio”, dijo. Farrel aseguró que la razón por la que “muchas instituciones, las tradiciones y las estructuras parecen marchitarse” es que “los fundamentos filosóficos que tenemos en la realidad ya no se sostienen”.
”A la familia humana no le sirven ya el individualismo, el patriarcado, una mentalidad encogida o competitiva”, explicó. El mundo, dijo Farrell, está “superando las construcciones dualistas” de “superior/inferior”, “ganador/perdedor”, “bueno / malo” y “dominación / sumisión”, y en su lugar está irrumpiendo “la igualdad, la comunión, la colaboración, la sincronicidad, la expansividad, la abundancia, la plenitud, la reciprocidad, conocimiento intuitivo y el amor”, dijo.
De cualquier manera, la hermana Pat dijo que espera que la conferencia podrá “seguir adelante” de forma “contribuya al bien de la vida religiosa en todas partes y para la curación de la Iglesia que tanto amo.” “El diálogo sobre la doctrina no va a ser nuestro punto de arranque”, dijo Farrell. “Nuestro punto de comienzo será sobre nuestra vida propia y sobre nuestra comprensión de la vida religiosa, y sobre la inexactitud sobre ello, desde nuestro punto de vista, sobre los documentos (del Vaticano), y veremos cómo se desarrolla a partir de ahí”, agregó.
Respuesta del arzobispo Sartain
El arzobispo Peter J. Sartain respondió, en un comunicado emitido por la Arquidiócesis de Seattle, renovando su gratitud y el compromiso de trabajar con ellas. El texto estaba lleno de elogios, pero centrado en la solución de las cuestiones planteadas por la revisión doctrinal. Sartain dijo:
«La Santa Sede y los obispos de los Estados Unidos están profundamente orgullosos de la contribución histórica y permanente de las religiosas en nuestro país, en tareas sociales, pastorales y espirituales, como la sanidad católica, la educación católica y muchas otras áreas, en las que llegan hasta los márgenes de la sociedad.
Como asociación de mujeres religiosas, la LCWR es un regalo único para sus miembros y para la Iglesia en general. Esta singularidad incluye la sensibilidad hacia el sufrimiento, ya sea en Latinoamérica o en los centros urbanos, bien en la vida del niño no nacido o en la víctima de la trata de personas.
Las religiosas han hecho una contribución duradera para el bienestar de nuestro país y continúan haciéndolo hoy en día. Por los que merecen nuestro respeto, nuestro apoyo, nuestro agradecimiento y nuestras oraciones.
Junto con los miembros de la LCWR, quedo comprometido a trabajar para afrontar las cuestiones planteadas por la evaluación doctrinal en un ambiente de oración y de diálogo respetuoso. También debemos trabajar para despejar cualquier malentendido, y mantengo la esperanza de que trabajaremos juntos sin comprometer la doctrina de la Iglesia ni el importante papel de la LCWR. Espero que nuestros debates continúen, ya que colaboran a la promoción de la vida consagrada en los Estados Unidos».