(Vatican Insider) El gesto, que recuerda por su intolerancia la quemas de Coranes del pastor estadounidense Terry Jones, fue la respuesta de Ben-Ari a lo que considera como «provocación inaceptable» de la Sociedad Bíblica israelí, institución protestante evangélica que en estos días envió a los 120 diputados israelíes una copia del Nuevo Testamento en hebreo. «Nos complace ofrecer este libro que ilumina las Sagradas Escrituras y ayuda a comprender el vínculo entre la Torah y el Nuevo testamento –decía la carta del presidente de la sociedad, Víctor Kalisher, que acompañaba el regalo. En su importante posición al servicio de la gente, esperamos y oramos para que este libro le pueda ayudar».
Una iniciativa muy ingenua en un lugar como Israel, en donde el «proselitismo cristiano» es un tema que siempre ha causado revuelo. Puntualmente, «Artuz Sheva» la agencia de prensa más cercana a la derecha religiosa, había dado noticia de ello con el siguiente encabezado: «Los cristianos inundan la Knesset con el «nuevo hebraísmo». En la nota indicaba que había muchos legisladores furiosos por este gesto y que Tzipi Hotolevu, miembro del Likud, había pedido abiertamente que el presidente de la Knesset, Reuven Rivlin, pusiera «fin a la difusión de material abiertamente misionario».
Sin embargo, ayer Michael Ben-Ari decidió ir mucho más allá y dejó inmortalizar su gesto por el fotógrafo. Mientras desgarraba el libro, antes de arrojarlo a la basura, dijo estas palabras: «Este libro abominable –según indica el sitio de información NRG– promovió el asesinato de millones de judíos durante la inquisición y los autos de fé. Esta es una provocación misionera horrible de parte de la Iglesia. No hay duda de que este libro y los que lo enviaron pertenecen a la basura de la historia».
Michael Ben-Anri tiene 48 años, es hijo de judíos orientales, creció en los barrios difíciles de la perifería de Tel Aviv y hoy en día vive en el asentamiento de Karnei Shomron; Ben-Ari es el primer diputado israelí que no ha escondido el hecho de haber sido uno de los seguidores de Meir Kahane, el fundador del partido racista Kach que fue prohibido en Israel por haber incitado al odio en contra de los árabes después de la masacre de 29 palestinos en 1994 a manos del colono Baruc Goldstein. Por este motivo, Estados Unidos le han negado el visado para ingresar al país, sacando a relucir la legislación antiterrorismo. En 2009, Ben-Ari se había dado a conocer por sus afirmaciones incendiarias en contra de la visita de Benedicto XVI a Irsael: «Una acogida de estado para el Papa, significaría dar la espalda a los millones de judíos que murieron a la sombra del cristianismo».
Sin embargo, su nuevo desplante en cotra del Nuevo Testamento podría tener repercusiones en las relaciones entre Israel y la derecha evangélica, que ha sido uno de los aliados en los Estados Unidos del primer ministro Netanyahu durante estos años. Además, este gesto coincide con el anuncio del viaje a Israel del mormón Mitt Romney, quien, como parte de su campaña electoral, fijó en su agenda una etapa en Jerusalén, justamente para distinguirse de Barack Obama en relación con el tema de la cercanía al estado judío.