(Efe) «Acabar con el hambre tiene un sentido político, económico y social y es también un imperativo moral», dijo al Papa Da Silva, según una nota de la FAO.
El director general de la FAO solicitó a Benedicto XVI «un apoyo renovado de la Iglesia en la lucha contra el hambre en los planos mundial y local así como la movilización de su red para llegar a la meta de un mundo con seguridad alimentaria».
El Papa se interesó «por la situación en el Cuerno de África, en la que existe mayor proporción de hambrientos del mundo, así como por las perspectivas ante la próxima celebración de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible 'Río +20'», agregó el informe.
Da Silva reiteró que la seguridad alimentaria está también en el centro del desarrollo sostenible.
«No podemos llamar al desarrollo sostenible si casi 900 millones de personas padecen hambre y tampoco podemos esperar que los agricultores pobres, que dependen directamente de los recursos naturales para sobrevivir, no talen árboles si no les ofrecemos alternativas», dijo el responsable de la FAO.
Graziano da Silva expresó su agradecimiento al Pontífice y al Vaticano por su constante compromiso con la FAO y la erradicación del hambre, evidenciada en la participación en las Cumbres Mundiales sobre la Alimentación celebradas hasta la fecha.
Y agregó que acabar con el hambre es un reto demasiado grande para cualquier gobierno o agencia en solitario.
«Por eso nos gustaría fortalecer la colaboración de FAO con la Iglesia y pedirle que aliente a todos sus sacerdotes a dedicar su misa y sus sermones a la erradicación del hambre en la Semana de la Alimentación que celebraremos en octubre», dijo.
Por su parte, el pontífice reiteró su compromiso en la lucha contra el hambre, señaló que en breve la Iglesia dará a conocer un mensaje de apoyo en este sentido y expresó su confianza de que el sector rural pueda liderar una vez más en el desarrollo de nuevas estrategias.