(Luis F. Pérez/InfoCatólica) Mons. Martínez Camino ha asegurado que la Iglesia no condena a nadie, pero a su vez enseña que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Éstos, como otras acciones, son objetivamente pecaminosas, aunque el juicio final de las mismas corresponde solo a Dios (Catecismo, nos. 2357-2359 y 2396). Como ejemplo de otros pecados contra el sexto mandamiento, ha citado el caso de que la persona casada que mantiene relaciones sexuales fuera del matrimonio, lo cual es adulterio.
Preguntado sobre si la homosexualidad es una enfermedad, Mons. Martínez Camino ha respondido que esa cuestión debe ser decidida por los psiquiatras y psicólogos y ha recordado que dichos profesionales de la medicina no mantienen una postura unánime sobre el tema. En todo caso, la Iglesia no promueve el odio hacia las personas con esa tendencia sexual, como han afirmado en la última campaña ciertos sectores mediáticos y políticos.
Ante la última sentencia de un juzgado que ordena la readmisión en su puesto de trabajo como profesora de religión a Resurrección Galera, el prelado ha recordado que diversos tribunales han reconocido que a la Iglesia le asiste el derecho a elegir a las personas idóneas para dar esa asignatura, respondiendo al derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones.