(DAV/InfoCatólica) El portavoz de Ginecólogos DAV afirma que “con la medida anunciada por el señor Gallardón no se está defendiendo el derecho a nacer vivo de todos los concebidos: sólo aspira a proteger algo más a algunos y a restaurar otro derecho violado por la Ley Aido: el de patria potestad, lo cual es insuficiente”.
Para DAV, “la ley Aido debe ser derogada, por violar demasiados derechos fundamentales que es necesario restaurar: el derecho a vivir, el mencionado derecho a la patria potestad, y derecho a la libertad de conciencia de unos ciudadanos vinculados por una profesión común”.
El doctor Esteban Rodríguez explica que la ley de aborto “viola además, como ya lo hizo la anterior ley de González, la deontología médica y varios tratados internacionales como la Convención Internacional de Derechos de las personas Discapacitadas o la Declaración Universal de Derechos Humanos que dice en su artículo 6 que ‘todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de personalidad jurídica´”.
“La vida de los seres humanos, desde su etapa embrionaria, debe ser protegida por las leyes y los códigos de deontología médica antes y después del parto en igualdad de condiciones, sin discriminaciones por edad o por salud. Especial protección merecen aquellos que tendrían que nacer con el Síndrome de Down que están siendo objeto de una cacería inhumana llegando al extremo de que los jueces condenan a los médicos cada vez que uno se escapa del cribado prenatal y nace. Es urgente una reforma de la Constitución para garantizar el derecho a vivir de toda persona concebida y no nacida reconociéndole jurídicamente su personalidad”, reclama el doctor Rodríguez.
Declaraciones decepcionantes del presidente de la OMC
Sobre las declaraciones del Presidente de la Organización Médica Colegial, publicadas en varios medios, el portavoz de Ginecólogos DAV opina que “resultan decepcionantes e incoherentes viniendo de un médico que preside una institución médica. El doctor Sendín debe proclamar que el aborto no es un acto médico, como tampoco lo es la prescripción de una píldora potencialmente abortiva. El aborto intencionado supone la muerte violenta de un ser humano y un daño para la mujer, a manos de médicos; lo ejecuten directamente o participen como intermediarios. Los daños causados por los médicos que facilitan o ejecutan los abortos son los mismos aunque la niña menor de edad vaya acompañada de sus padres”.
“El doctor Sendín debe cumplir con la obligación marcada en el artículo 3 del Código Deontológico, que aprobaron con prisa y con secretismo el pasado mes de julio, tan solo un año después de la imposición de la ideología de los derechos reproductivos por ley y a espaldas de la inmensa mayoría de los colegiados, a los que no se les permitió votar algo que ellos han llamado la “Constitución” de los médicos”. Ese artículo obliga a la OMC a “intentar de que se cambien las disposiciones legales que se opongan en cualquier forma a la deontología médica, como lo son todas aquellas prácticas o procesos que tiendan a facilitar la destrucción de la vida humana a manos de un médico”, explica el portavoz de la plataforma. En opinión de Ginecólogos DAV,
“el Código Sendín pervierte la esencia de la profesión médica al violar el derecho a vivir de algunos seres humanos, por consentir que sean médicos los que los ejecuten mediante una IVE y por convertir en objetores a los médicos fieles a la ética médica que no quieran cooperar en su destrucción. Violando además el derecho fundamental a la libertad de conciencia, al obligar a los objetores a cooperar en los trámites informativos del aborto y otras actividades que implican la muerte de embriones de persona, en varios de sus artículos”.
“Con estas declaraciones el doctor Sendín demuestra que la OMC no se cree que “el ser humano es un fin en sí mismo en todas las fases de su ciclo biológico desde la concepción hasta la muerte” tal y como reza el artículo 51.1 de su Código Deontológico, al pretender que los médicos receten fármacos que pueden eliminar la vida a partir de la concepción y que sigan destruyendo vidas humanas si las menores van acompañadas de sus padres.
El doctor Rodríguez concluye sentenciando que “tratar de evitar un aborto intencionado es un acto médico y humanitario de gran dignidad humana y profesional que salva vidas y evita un drama a la mujer. Esto es lo que con firmeza debe proclamar el doctor Sendín como presidente de la OMC y lo que deben entender el señor Gallardón y la señora Mato, a los cuales pedimos que revisen el Código Deontológico aprobado en la era Zapatero”.