(Efe) De esta manera, los católicos de la isla se unen a los 13.000 miembros de la Federación de Trabajadores de la Educación y a los 80.000 de la Unión de Profesores Profesionales, que ya han expresado su descontento contra la controvertida propuesta.
El motivo del descontento es que la ley, que empezará a aplicarse en 2012, hace por primera vez obligatoria la materia de “educación nacional” en todas las escuelas de Hong Kong, que fue devuelta a China en 1997 bajo el régimen de “un país, dos sistemas”, que permite mayores libertades sociales y económicas en la isla.
La aplicación de la ley “significa que Hong Kong será obligada a trasplantar el estilo de educación patriótico chino en nuestras escuelas”, señaló en el semanario uno de los responsables de la diócesis, Francis Chan Nai-kwok.
“El Estado y el Gobierno existen para el bienestar de los ciudadanos, y no los ciudadanos por el bienestar del Estado”, señaló Chan Nai-kwok.
En los últimos años, diversos grupos y agentes sociales de la ex colonia han denunciado la paulatina pérdida de derechos tras la devolución de Hong Kong a China, como por ejemplo una mayor censura en los medios.