“No pensarás”
Como vimos en un post reciente, los diferentes pasos del proceso racional que concluye en la necesidad de penalizar el aborto son muy claros y transparentes. Por eso, un elemento básico de la estrategia pro-abortista consiste en tratar de evitar que la gente vea la realidad del aborto y piense a fondo sobre ella, lo cual se podría ser expresar en este falso mandamiento: “No pensarás”.
Habitualmente los médicos abortistas incumplen su deber formal de recabar un auténtico “consentimiento informado” de sus “pacientes”. A toda costa procuran evitar que la mujer embarazada se dé cuenta de que el aborto directo y voluntario no consiste en la extracción de un mero conjunto de células de su cuerpo sino en la eliminación de un ser humano, más precisamente de su hijo.
Por la misma razón, los pro-abortistas también procuran evitar que los canales de televisión muestren la realidad del aborto. Saben muy bien que una imagen vale más que mil palabras y que la demostración gráfica de la naturaleza homicida del aborto revelaría sin tapujos toda la inconsistencia de sus falaces argumentos. Algunos, habituados a ver en televisión los desbordes de violencia homicida de un Rambo o un Terminator, se vuelven de repente hiper-sensibles a la efusión de sangre cuando se trata de mostrar la realidad del aborto (o de la pasión de Cristo). No nos dejemos impresionar por esas críticas hipócritas.
Por lo general los pro-abortistas intentan, con gran tenacidad, eludir el debate filosófico acerca de su postura y mantenerse en el terreno de los argumentos “pragmáticos". Usualmente fundamentan esta actitud apelando al relativismo: sería inútil que la sociedad se sumergiera en un debate filosófico acerca de esta cuestión, porque no existe una verdad en esta materia y jamás lograríamos ponernos de acuerdo en este nivel. Los pro-abortistas no se dan cuenta de que su postura “pragmática” es también una postura filosófica: la que confunde verdad y bien con utilidad. El problema fundamental del “pragmatismo” es que no incluye una reflexión profunda sobre el concepto de utilidad: ¿la legalización del aborto es útil para quién y para qué?
El intento de ocultar el corazón del asunto es equivocado y vano. Los proyectos de legalización del aborto deben generar y generan un intenso debate. Cabe desear que, en la medida de lo posible, ese debate sea filosófico –es decir radicalmente racional– y ético, es decir centrado en los valores morales que están en juego.
Comenzar por el principio sería una gran contribución a la racionalidad del debate. Y el principio que está en discusión en este asunto es evidentemente el del derecho a la vida de los seres humanos no nacidos. Por lo tanto es necesario plantear con insistencia a los pro-abortistas una pregunta muy simple y sumamente pertinente, más aún, ineludible: “¿El embrión o el feto es o no es un ser humano? ¿Qué responde usted? Esta pregunta sólo admite tres respuestas: sí, no o no sé.”
La racionalidad del debate también se vería beneficiada si, dejando de lado la retórica, cada pro-abortista se animara a alinearse clara y honestamente en torno a una de esas tres únicas alternativas posibles.
Daniel Iglesias Grèzes
8 comentarios
Con respeto, creo que existe una cuarta respuesta que lleva a un debate previo, que por implícito a menudo se soslaya.
La respuesta es: depende de lo que entendamos por "ser humano" (en el sentido filosófico). Dé una definición con sus características necesarias y suficientes, y entonces habría que preguntar:
a) ¿Está de acuerdo con esa definición de ser humano? Si/No/No se y porqué en los casos no afirmativos.
Y a partir de ahí, es cuando (hallado algún mínimo acuerdo), en mi opinión, sería "adecuado" preguntar:
¿El embrión o el feto es o no es un ser humano de acuerdo con está definición?
Un saludo atento
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DIG: "Ser humano" equivale evidentemente a "individuo de la especie humana". Mi pregunta se refiere ante todo a una realidad biológica ineludible. La reflexión filosófica viene después de esta simple constatación experimental. Lo primero es no negar el dato empírico.
Un cordial saludo.
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DIG: El "pensamiento débil" que caracteriza a la post-modernidad es una gran afrenta a la capacidad de la razón humana, que es capaz de conocer la verdad de lo real.
Para eludir el razonamiento, los partidarios de la despenalización, en la Argentina, enfatizan un argumento utilitario: el aborto es malo, pero la penalización es peor.
Es muy discutible, y creo que es un argumento falso.
Saludos.
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DIG: Sí, ese argumento es falso. El Estado debe defender el derecho humano a la vida.
Si un mismo día, en muchos países, desde Reino Unido hasta Chile, infinidad de madres gestantes se apostaran frente a las oficinas del Registro Civil, exigiendo la identidad jurídica del niño que portan en sus entrañas, el lobby abortista recibiría un duro golpe.
Ya "tan sólo" hace falta convencer a todos esos cientos de miles de madres de renunciar a su bestial derecho a asesinar, para cambiarlo por el amoroso derecho de proteger.
Dejemos los autoengaños. El PSOE sí educa a la gente en cuanto a respeto a la vida. Recordemos que defiende incluso a los simios.
Lo único que hace es blindar de impunidad a la madre que aborta. Eso es todo.
La persona embrionaria está protegida incluso contra su propio padre.
En España ha llegado a haber tres encarcelamientos en un solo mes, de padres que decidieron unilateralmente el aborto de su hijo.
Repito: el problema es que las feministas extremas o feminazis han blindado de impunidad a la madre y a sus secuaces.
Así como se está promoviendo la euroorden de protección a las mujeres maltratadas, también debería promoverse la euroorden de protección a la persona no parida.
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DIG: De todas las formas de violencia doméstica extrema (con consecuencias fatales) el aborto es hoy la más frecuente; pero no se suele hablar de él cuando se habla de violencia doméstica. Hoy en día, además, el aborto se ejecuta comúnmente por medios farmacológicos, por lo cual se trata de "violencia doméstica" en sentido literal: la madre lo comete muy a menudo sola, tomando determinadas pastillas en su casa.
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