173 - ARGENTINA: CONSEJO DE CONVIVENCIA: GRAVE INTROMISION DEL ESTADO
Argentina: Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires
CONSEJO DE CONVIVENCIA: GRAVE INTROMISION DEL ESTADO
Fuente AICA, 3-5-99
La Vicaría Episcopal de Educación de la Arquidiócesis de Buenos Aires, volvió a referirse al proyecto de ley de convivencia escolar que está en estudio de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El proyecto fue propuesto por el gobierno de FERNANDO DE LA RUA, Jefe de Gobierno de la Ciudad y candidato a Presidente de la Nación por la ALIANZA UCR-FREPASO. La Vicaría de Educación consideró que el proyecto constituye una "grave intromisión del Estado a través de su poder legislativo".
El siguiente es el TEXTO COMPLETO del reporte de la Vicaría Episcopal de Educación a las comunidades educativas de Buenos Aires, del 26 de abril, acerca del proyecto de ley de convivencia escolar:
La Vicaría Episcopal de Educación quiere esclarecer a todas nuestras Comunidades Educativas lo actuado y sucedido en el debate que ha tomado estado público acerca del proyecto de ley de convivencia escolar que está siendo tratado en la Comisión de Educación de la Legislatura porteña.
GRAVE INTROMISIÓN DEL ESTADO
En primer lugar, sostenemos que no es atribución del Estado a través de su Poder Legislativo instalar un sistema de convivencia único y obligatorio para todos los colegios de la Ciudad, sean éstos de gestión estatal o de gestión eclesial o privada en general.
LA CONVIVENCIA: CORAZÓN DE LA VIDA ESCOLAR
En la convivencia se juega la identidad propia. Allí se articulan el ideario, el proyecto educativo institucional y la vida escolar. La convivencia escolar es mucho más que un régimen disciplinario: involucra valores, ideales, principios y las acciones pedagógicas correspondientes para que se tornen vitales.
En lo que compete a la función del Estado en este ámbito, en forma similar a lo que sucede en lo académico, el mismo sólo tiene que determinar, para que exista un código común, algunos criterios generales y las sanciones principales que los colegios podrán aplicar. Cada colegio (insistimos, de ambas gestiones) luego, con sus criterios específicos, las aplicarán a sus alumnos. No está en juego la participación, que es valiosa en la vida comunitaria, sino la libertad del establecimiento para buscar los canales más adecuados dentro de su propio carisma.
CORRECCIÓN SIN FRATERNIDAD
Nuestra condición profesional con un criterio personalizado del arte de educar nos impone una comprometida prudencia y respeto por la dignidad de los alumnos. Estas responsabilidades indelegables se verían muy comprometidas si siempre se impusiera una metodología única.
Asimismo, en el camino de la convivencia, es necesario no sólo corregir sino también promover reconciliación. En este sentido, nuestros idearios y la cosmovisión cristiana nos marcan virtudes, valores, ideales y principios que no pueden ser soslayados. La corrección fraterna es una enseñanza evangélica en la que el Maestro nos indica detalladamente los cuidadosos pasos que debemos dar en el itinerario de nuestra convivencia comunitaria.
Otros mecanismos forzados, no siempre podrán dar lugar a la firmeza y confidencialidad que exige cada proceso personal o comunitario de corrección y reconciliación.
LA IMPOSICIÓN DE UN RÉGIMEN ÚNICO, DESCONOCE NUESTRAS EXPERIENCIAS
Nuestros colegios tienen una amplia experiencia en la participación de toda la comunidad en la escuela. Y queremos desarrollarla cada vez más pero siempre desde la libertad y carisma propio de nuestros institutos. En muchas instituciones de gestión estatal y privada ya existen consejos de convivencia consultivos o mecanismos para escuchar propuestas vinculadas con el área de la convivencia. La Legislatura, reiteramos, no tiene porque imponernos un modelo único para todos.
NO A UN ÓRGANO PARALELO DE GOBIERNO
No hay que engañarse: el Consejo de Convivencia es un órgano de gobierno impuesto en la institución escolar. No es simplemente una instancia de participación. En la marcha habitual de nuestra vida escolar la irrupción de una hiperestructura corre el riesgo de resbalarse en acciones no conducentes a su fin específico. Las burocracias, en ese caso, empiezan a querer gobernar y para ello generan y replican más estructuras. En la propuesta de la legislatura, no es un órgano consultivo.
COINCIDENCIAS Y OBJETIVOS COMPARTIDOS
Antes de presentar aquellos elementos negativos del proyecto que han generado el debate que todos conocen, queremos subrayar algunas coincidencias con el mismo:
-Los principios y objetivos del Sistema de Convivencia Escolar (Título II), si bien incompleto, fomentan: el diálogo y la participación en la institución educativa, a tono con lo que venimos realizando en nuestros colegios,
-el logro de relaciones basadas en la solidaridad, la cooperación, la responsabilidad, el respeto y la no discriminación,
-la práctica permanente de la evaluación y valoración de conductas como fundamento del proceso de educar,
-el clima armónico necesario para el desarrollo de la tarea pedagógica.
-Fundamenta este sistema en las leyes y tratados internacionales y considera también el "respetar las características, historia y principios de la institución" (art. 5).
LOS PUNTOS NEGATIVOS QUE REBAJAN LOS PRINCIPIOS ENUNCIADOS
Por el contrario, los sanos principios recién enunciados del proyecto se ven limitados en el desarrollo de su articulado que propone y obliga a todos los colegios a:
-Crear un Consejo de Convivencia Escolar constituido por directivos, docentes, asesores pedagógicos, alumnos, centros de estudiantes y padres o tutores elegidos por votación (art. 7).
-Entre sus funciones están (art. 11):
-Elaborar, evaluar y revisar periódicamente las normas de convivencia del establecimiento.
-Dictar el reglamento interno de funcionamiento de las mismas.
-Decidir las sanciones de los alumnos siendo el directivo sólo autoridad para su aplicación.
-Las sanciones, hasta el momento, estipuladas son (art. 13).
-Apercibimiento oral.
-Apercibimiento escrito.
-Realización de tareas en beneficio de la comunidad.
-Cambio de curso, turno y establecimiento.
CONSIDERACIONES FINALES
Frente a lo resumido y sintetizado hasta aquí, nuestra Vicaría quiere expresar las siguientes consideraciones:
Promover la libertad responsable y el sano pluralismo
No podemos permitir intromisiones del Estado en la libertad responsable que día a día trabajamos. El Estado no debe obligarnos más que a lo imprescindible como garante que es del bien común. En todo lo demás debe promover la libertad, no coartarla. Debe promover la diversidad y el sano pluralismo que permita la consolidación de identidades que enriquezcan la vida social.
Autonomía para todos
Queremos destacar que este principio no vale sólo para las escuelas de gestión privada sino también para las estatales. Aunque el Estado sea el dueño de las mismas no debe tampoco limitar su natural autonomía como institución intermedia de la sociedad.
No declamar la participación sino promoverla realmente
Como primer objetivo el art. 6, señala "promover la participación…". Contrariamente, no tuvieron en cuenta ni consultaron a directivos y docentes del sector de gestión privada que constituye el 50 % de los establecimientos educativos de la Ciudad de Buenos Aires. Y los directivos y docentes de la gestión estatal plantearon, en la mayoría de los casos, la conveniencia de que los consejos de convivencia sean consultivos, no resolutorios.
La institución educativa debe organizar su convivencia escolar
Cada colegio debe darse su forma de determinar, gestar y aplicar sus normas de convivencia dentro del encuadre legal que le corresponde al Estado: fijar criterios generales de una sana convivencia escolar y la escala principal de sanciones para generar un código común que permita la comprensión de todos sobre lo actuado. En cuanto a los estímulos positivos sobre los alumnos, deben quedar absolutamente librados a lo que la comunidad educativa, a través de sus autoridades, determine estipular.
Objeciones al actual proyecto de convivencia escolar
En cuanto a los elementos negativos del Consejo de Convivencia Escolar como está desarrollado hasta el momento:
a. Sostenemos que no debe ser obligatorio para los colegios.
b. No corresponde que las normas de convivencia de una institución educativa sean elaboradas por este Consejo; sino que tienen que surgir naturalmente del ideario y el proyecto educativo.
c. Se crea una asamblea que asume la atribución de determinar lo que está bien y lo que está mal según el criterio de la mayoría circunstancial. El consejo actúa no sólo como órgano legislativo determinando por consenso cuáles son los modelos disciplinarios a imponer, al margen de la orientación de los padres, sino también como tribunal de disciplina facultado para investigar conductas y decidir sanciones.
d. Las autoridades de la institución, por su misma posición, son las que deciden las sanciones a aplicar. Cuentan para ello con la ayuda técnica y natural que le brindan los docentes, preceptores, asesores e incluso consultando a padres y alumnos. No es bueno que se quiera hacer ver que este tipo de gestión de la convivencia es autoritario y arbitrario. No se puede exigir responsabilidad a los directivos por la decisión tomada si éstos no cuentan con la autoridad necesaria. EL PLANTEO DEMAGÓGICO DE QUERER "DEMOCRATIZAR" LA CONVIVENCIA ESCONDE UNA COSMOVISIÓN TOTALITARIA SOBRE LA EDUCACIÓN, LA AUTORIDAD, LAS NORMAS, LA PARTICIPACIÓN QUE SE INTENTA IMPONER DESDE EL ESTADO COMO SI ÉSTA FUERA SU FUNCIÓN, (El resaltado del texto es nuestro, n. de la r.)
No desubicar a los alumnos sino promover una participación educativa
Hemos coincidido espontáneamente con muchos educadores de distintas orientaciones sobre la función de los alumnos en este tema en estos últimos días. No es bueno que los chicos se conviertan en constructores de normas de convivencia institucional ni tampoco que integren un tribunal que juzgue a sus pares. Esto los conflictúa y los desubica; por lo tanto no los educa. Sí es importante seguir promoviendo su participación en todas las instancias de la vida escolar.
UN DEBATE CENTRAL
Queremos concluir destacando que, aunque a simple vista parece lo contrario, el debate sobre la convivencia escolar es central en nuestra concepción de lo educativo. Por esto continuaremos acercando nuestra postura a los legisladores e informándoles a todos de los pasos que vayamos adelantando. No queremos que, como lo expresó el jueves pasado nuestro Arzobispo, "nos roben, en aras de libertades ideológicas, la libertad esencial que hemos adquirido en Cristo". FIN