InfoCatólica / Que no te la cuenten / Categoría: Sin categorías

29.01.15

Aprendiendo a pensar: lógica de los sofismas (3-21)

            2. Sofismas de distinta suposición

 

          Dentro de los sofismas por homonimia están aquellos que pro­vienen de la distinta “suposición” que en cada premisa tiene el término común[1]. La falla consiste en razonar como si el término mantuviese constante su suposición, cuando en realidad ella va­ría. Una de las maneras como puede ocurrir esto es cuando un mismo término una vez “supone” por un concepto (por el concepto mismo), y otra vez “supone” por un individuo que corresponde a ese concepto:

 

[5]      Hombre es especie.

            Juan es hombre.

 

            Juan es especie.

Leer más... »

28.01.15

Aprendiendo a pensar: lógica de los sofismas (2-21)

CLASIFICACIÓN DE LOS SOFISMAS

  

I. SOFISMAS VERBALES

 

«La más natural y extendida causa (de los sofismas) es el uso torcido de las palabras. Efectivamente, como no es posible enta­blar una discusión trayendo las cosas mismas a ella, usamos en su lugar palabras, como en el caso de las piedras del que cal­cula. Pero no es igual, porque las palabras y el número de las locuciones son limitadas, mientras que las cosas son ilimitadas en número. Es, por tanto, forzoso, que una locución y que una palabra, signifiquen varias cosas».

Aristóteles, Arg. Sof., I, 165 a).

Leer más... »

27.01.15

21.01.15

¿Es lícito luchar por Cristo? (3-3): hasta los santos en las Cruzadas

¿Es lícito pelear por Cristo? (3-3): ¡Hasta los santos en las Cruzadas!

Como dijimos anteriormente, la entera Cristiandad se sintió galvanizada por el ideal de las Cruzadas. Hasta un espíritu tan apacible y sereno como el de san Francisco, no ocultó su entusiasmo por la empresa. Ya desde su juventud, se había sentido deslumbrado por el estilo de vida caballeresco, que llegaba entonces a la península italiana a través de los Alpes.

Leer más... »

20.01.15

¿Es lícito luchar por Cristo? (2 de 3)

Pero volvamos a nuestro tema; los musulmanes habían irrumpido violentamente al punto de hacer peligrar a la misma Europa en su asalto. Se trataba de ir a la reconquista de Tierra Santa. El hombre medieval conocía esa tierra hasta en sus más ínfimos detalles, ya que había sido espiritualmente alimentado desde su más tierna infancia con las Sagradas Escrituras. Todo le resultaba familiar, la cueva de Belén, el pozo de Jacob, el Calvario, los lugares por los que viajó San Pablo, los salmos que narraban la belleza de aquellos parajes…, todo le hablaba de los Santos Lugares. Por otra parte, en la época feudal, montada toda ella sobre el fundamento de posesiones concretas, parecía obvio que la Tierra del Señor fuese considerada como el feudo de la Cristiandad; pensar lo contrario hubiese implicado en cierta manera una injusticia.

Leer más... »