El khmer rosa: sólo para hombres...
Cuentan que, durante el siglo de Pericles (s. V a.C.), el filósofo Diógenes de Sinope se paseaba por las calles de Atenas con una lámpara encendida a plena luz del día.
Al preguntarle qué buscaba, respondía lacónicamente:
- “Busco un hombre".
Y no lo hallaba…
En tiempos de feminismo, en el que algunos se ven disminuidos, venga este artículo impresentable.
Que no te la cuenten…
P. Javier Olivera Ravasi
El Khmer rosa*
Por Sertorio
Desde que mandan, los demócratas nos lo prohíben todo: fumar, automedicarnos, comer un croissant mientras conducimos, decir maricón o subnormal, beber aguardiente casero y un largo etcétera de pejigueras que se compensan, por fortuna, con el intenso placer de votarles cada cuatro años. Ahora que somos iguales y podemos expresar con orgullo nuestra condición sexual, las catequistas rojas nos quieren sancionar a los hombres por sentarnos con las piernas abiertas, tocarnos la barba, ceder el paso a las damas y —abominación de la desolación— piropearlas. A veces creo que estoy leyendo el Mortadelo en lugar del periódico.