InfoCatólica / Que no te la cuenten / Categoría: Actualidad

16.04.17

Resurrección de Cristo: traducción más conforme al original, según Antonio Persili

Vittorio Messori, en “Dicen que ha resucitado” (la continuación de “¿Padeció bajo Poncio Pilato?”), ha sacado del olvido una obra del padre Antonio Persili, sacerdote italiano de Tívoli y gran conocedor del griego bíblico que estudió durante años los siguientes pasajes evangélicos:

 

“Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó” (Jn 20, 4-8).

 

La pregunta que se hacía Persili (y que nos hicimos nosotros más de una vez) era: ¿qué es lo que había visto San Juan para que le llamara tanto la atención al punto de llegar a creer? ¿un simple par de lienzos? ¿Por qué no creyó, más bien, que se habían robado el cuerpo del Señor?

Con la finalidad de resumir su trabajo, lo presentamos en grandes trazos, pidiendo perdón desde ya por la pedantería académica y un par de latines y griegos que deberemos usar.

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13.04.17

Sacerdocio católico. Hugo Wast, Castellani y romance español

Los que es bravo es ser Quijote

siendo a la vez sacerdote.

Los sacerdotes más anchos 

se reclutan entre Sanchos.

(Padre Leonardo Castellani, El Ruiseñor Fusilado)

Jueves Santo e institución del sacerdocio católico van de la mano. Y estos dos textos también.

Recemos para que nunca nos falten verdaderas y santas vocaciones sacerdotales.

Buena Semana Santa de conversión.

P. Javier Olivera Ravasi

Cuando se piensa que ni la Santísima Virgen puede hacer lo que un sacerdote.

Cuando se piensa que ni los ángeles ni los arcángeles, ni Miguel ni Gabriel ni Rafael, ni príncipe alguno de aquellos que vencieron a Lucifer pueden hacer lo que un sacerdote.

Cuando se piensa que Nuestro Señor Jesucristo en la última Cena realizó un milagro más grande que la creación del Universo con todos sus esplendores y fue el convertir el pan y el vino en su Cuerpo y su Sangre para alimentar al mundo, y que este portento, ante el cual se arrodillan los ángeles y los hombres, puede repetirlo cada día un sacerdote.

Cuando se piensa en el otro milagro que solamente un sacerdote puede realizar: perdonar los pecados y que lo que él ata en el fondo de su humilde confesionario, Dios obligado por su propia palabra, lo ata en el cielo, y lo que él desata, en el mismo instante lo desata Dios.

Cuando se piensa que la humanidad se ha redimido y que el mundo subsiste porque hay hombres y mujeres que se alimentan cada día de ese Cuerpo y de esa Sangre redentora que sólo un sacerdote puede realizar.

Cuando se piensa que el mundo moriría de la peor hambre si llegara a faltarle ese poquito de pan y ese poquito de vino.

Cuando se piensa que eso puede ocurrir, porque están faltando las vocaciones sacerdotales; y que cuando eso ocurra se conmoverán los cielos y estallará la Tierra, como si la mano de Dios hubiera dejado de sostenerla; y las gentes gritarán de hambre y de angustia, y pedirán ese pan, y no habrá quien se los dé; y pedirán la absolución de sus culpas, y no habrá quien las absuelva, y morirán con los ojos abiertos por el mayor de los espantos.

Cuando se piensa que un sacerdote hace más falta que un rey, más que un militar, más que un banquero, más que un médico, más que un maestro, porque él puede reemplazar a todos y ninguno puede reemplazarlo a él.

Cuando se piensa que un sacerdote cuando celebra en el altar tiene una dignidad infinitamente mayor que un rey; y que no es ni un símbolo, ni siquiera un embajador de Cristo, sino que es Cristo mismo que está allí repitiendo el mayor milagro de Dios.

Cuando se piensa todo esto, uno comprende la inmensa necesidad de fomentar las vocaciones sacerdotales.

Uno comprende el afán con que en tiempos antiguos, cada familia ansiaba que de su seno brotase, como una vara de nardo, una vocación sacerdotal.

Uno comprende el inmenso respeto que los pueblos tenían por los sacerdotes, lo que se refleja en las leyes.

Uno comprende que el peor crimen que puede cometer alguien es impedir o desalentar una vocación.

Uno comprende que provocar una apostasía es ser como Judas y vender a Cristo de nuevo.

Uno comprende que si un padre o una madre obstruyen la vocación sacerdotal de un hijo, es como si renunciaran a un título de nobleza incomparable.

Uno comprende que más que una Iglesia, y más que una escuela, y más que un hospital, es un seminario o un noviciado.

Uno comprende que dar para construir o mantener un seminario o un noviciado es multiplicar los nacimientos del Redentor.

Uno comprende que dar para costear los estudios de un joven seminarista o de un novicio, es allanar el camino por donde ha de llegar al altar un hombre que durante media hora, cada día, será mucho más que todas las dignidades de la tierra y que todos los santos del cielo, pues será Cristo mismo, sacrificando su Cuerpo y su Sangre, para alimentar al mundo.

(Hugo Wast, “Cuando se piensa").

De regalo, un hermoso “Romance del Jueves Santo” interpretado por Joaquín Díaz que cantábamos de chicos:

 

5.04.17

Nueva casa y Misa tradicional en Buenos Aires

Queridos amigos del blog: luego de haber estado todo el año pasado dando clases en un seminario, esta vez me ha tocado volver a mi rol de pastor y docente.

En una capilla a cuarenta minutos de Buenos Aires, con el permiso del Sr. obispo  y con varias familias numerosas, celebramos a diario la misa  según la “forma extraordinaria”, en un ambiente muy similar al que Natalia Sanmartín imaginó en su “El despertar de la señorita Prim“.

Un coro fabuloso, laicos comprometidos y una cultura que trata de ir de la mano con el culto (como debería ser siempre) es parte del marco de esta hermosa obra que tiene a la Santa Misa por centro y culmen de la vida cristiana.

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2.04.17

Malvinas: Ayuda memoria. Por Enrique Díaz Araujo

Reproduzco aquí un artículo del maestro Enrique Díaz Araujo acerca de la guerra de Malvinas, escrito hace unos cinco años pero de gran actualidad. A nacionales y extranjeros les vendría bien leer este resumen para que, de una vez por todas, conozcamos de qué se trató esa guerra heroica que Argentina llevó adelante contra una de las potencias más grandes del momento.

Que no te la cuenten…

P. Javier Olivera Ravasi

Ayuda memoria.

Por Enrique Díaz Araujo

En abril de 2012 se van a cumplir treinta años del intento argentino de recuperación de las Islas Malvinas.

Se supone que proliferarán las notas recordatorias; la mayoría de ellas, seguramente, de censura a la gesta bélica. Tentativa de afirmación soberana que el ex-presidente Raúl Ricardo Alfonsín tildó de “acto demencial”; “triste y traumática mancha en la historia de nuestras relaciones” con Gran Bretaña, según el ex-presidente Carlos Saúl Menem; y que sería “otro crimen de la dictadura”, conforme a la definición del ex –presidente Néstor Carlos Kirchner. Repudio regiminoso cuya unanimidad radicaría en el concepto expuesto por el ex canciller Guido Di Tella de que “la derrota en Malvinas ocasionó la felicidad de la Democracia”. Democracia que, a su vez, cual lo expusiera en Madrid, el 7 de octubre de 1985, el ex ministro del Foreign Office David Steel, no habría llegado a la Argentina “si no hubiera sido por el coraje y el sacrificio de nuestros bravos muchachos”.

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31.03.17

El proceso jurídico de Cristo. Conferencia

Por si llegara a interesarles, en base a una serie de artículos que publiqué hace un tiempo aquí, me han pedido una conferencia acerca del proceso jurídico de Cristo. Si llegan a filmarla o grabarla, la subiremos a la página.

Título: “El proceso contra Cristo".

Día: viernes 7 de Abril, 20.30 hs.

Lugar: Parroquia Nuestra Sra. de la Merced (calle 11, entre 45 y 46) La Plata, Bs.As.

Santa Cuaresma de conversión.

P. Javier Olivera Ravasi