(69) Que es imposible, y sólo el Cordero puede
Hermanos: Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados. Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: “Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: “Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad.”” Primero dice: “No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias", que se ofrecen según la Ley. Después añade: “Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.” Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre. (Hebreos 10, 4, 10)
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1.- No hay lejía humana capaz de limpiar la podre que deja el pecado. Solamente con Sangre del Viviente, con Sangre del Mesías, con Sangre de Dios, puede limpiarse, y volver amable lo que el torrente del mal ahogó en tiniebla, y cuajó de inmundicia.