(234) La suspensión teleológica, clave para entender la crisis
La crisis de fe en que se halla sumido el catolicismo actual es real. No es una crisis imaginaria, no es una crisis de algunos, no es una crisis fortuita ni gratuita; es una crisis real, general.
Encontrar la causas de la crisis es tarea urgentísima. A ello nos estamos dedicando, conscientes de la gravedad del momento presente, de la necesidad de nuestra tarea, y de su complejidad. No es labor grata, en este caso, hacer de Scherlock Holmes. Pero seguir la pista, compleja y sutil, de las causas de la crisis, es empresa detectivesca. No otra cosa es la filosofía.
Y digo que no es tarea grata porque derribar mitos, desencajar paradigmas y destronar prejuicios poderosos, siempre es labor de francotiradores y partisanos, por así decir, que han de vivir en guerra contra un enemigo incuestionado.
I.- LAS DOS CAUSAS DE LA CRISIS
1.-Voy a enunciar de nuevo la tesis, para ceñirnos a ella. Distingo como agentes de la crisis de fe actual dos causas, una principal y otra subordinada, una intencional y otra no intencionada, una heterodoxa y otra que no quiere serlo.