Opus Dei, Eluana Englaro y la moral totalitaria del laicismo
El dizque Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Pompeu Fabra Marc Carrillo publicó, el pasado día 21 de febrero, un artículo en el que demuestra que, verdaderamente, la moral la tiene un tanto distraída y la verdad es un valor del que no conoce, siquiera, las sílabas que forman tal palabra.
Se refiere, tal individuo, a dos casos recientes en los que se ha demostrado, por una parte (caso Eluana Englaro) que el ser humano puede ser despiadado… con el otro y, por otra parte (caso la película “Camino” de Javier Fesser) que la manipulación de la verdad no siempre da buenos réditos económicos pero causa gran malestar espiritual.
Establece la siguiente premisa general:
“Aunque por razones distintas, Silvio Berlusconi, el Estado vaticano, y la llamada prelatura del Opus Dei son buenos ejemplos de moral totalitaria”
Empecemos diciendo que la premisa es falsa y que, por tanto, se niega la mayor.
Lo que sigue es, sólo, manifestación de un pensamiento totalitario y típicamente laicista:
1.- Caso Eluana Englaro
“No hay duda de que el Estado vaticano ha colaborado activamente en la obscenidad promovida por Berlusconi para imponer sus coyunturales concepciones morales”
Tiene maldita la gracia que se pueda llamar “obscenidad” a lo que ha tratado de evitar Silvio Berlusconi y que no era otra cosa que la muerte injusta e inmerecida de Eluana Englaro. Al contrario, obsceno es el comportamiento de aquellos que han apoyado (como el es caso) que la vida de una persona pueda ser manipulada hasta acabar con ella so pretexto de evitarle sufrimientos. Tal comportamiento, además, no es sólo obsceno sino que está plagado de una forma de pensar totalitaria, fascista y, básicamente, asquerosa.
2.-Caso “Camino”, de Fesser
Dice, ni más ni menos, que la película de Javier Fesser es “Un alegato a favor de la libertad, el placer y, en definitiva, la vida”.
¿Quiere referirse, al decir libertad, a haber hecho lo que le ha venido en gana al director de tal engendro obviando la voluntad de la familia? Entonces, efectivamente, la tal película es ejemplo de libertad.
¿Quiere referirse, al decir placer, el que le ha producido, al tergiversar la realidad? Entonces, efectivamente, la tal película es ejemplo de placer… desordenado y nigérrimo.
¿Quiere referirse, al decir vida, a la que tanto ha insultado (Alexia González Barros) con la tal película, Javier Fesser? Entonces, efectivamente, es un alegato a favor de la vida… ridiculizándola.
Además, llama “secta elitista” al Opus Dei, lo cual no lo hace en ejercicio de la libertad de expresión sino de la más absoluta ignorancia o, simplemente, de la más burda manipulación. Y es, como poco, de juzgado de guardia.
Y remata la faena, desaliñada y torpe, diciéndole al Alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, que es un insulto “dedicar una calle de la ciudad a Escrivá de Balaguer” porque cree que la moral que representa el fundador del Opus Dei es, digamos, mejorable. Y es que entiende que las señas de identidad son “el pensamiento oscurantista, el integrismo moral, el padecimiento y la muerte”
En realidad, la moral que manifiesta el Catedrático de Derecho Constitucional está bastante alejada de la realidad, es manipuladora de la misma y, sobre todo, es sembradora de falsedad y mentira.
Pero eso, por otra parte, es muy propio de pensamientos totalitarios que sólo entienden bueno aquello que es de su propia podrida cosecha.
11 comentarios
Con respecto al tema Eluana, dice este pájaro que "el estado Vaticano ...". Es lo de siempre en los progres, querer hacer ver que existe una gran diferencia entre la curia romana y lo que ellos llaman "católicos de base". Que no confunda este tipo. La posición del "estado Vaticano" en el asesinato de Eluana es la posición de la Iglesia, recogida en en la Palabra, su Magisterio y Tradición.
El tema de los ataques al Opus Dei es ya recurrente entre los "fieles" de la nueva "religión zapateril". No contentos con difamar a sus miembros, se atreve a despreciar la gran Obra de Dios que inicio San Josemaría. Solo un indigente intelectual, que se recubre bajo la capa de decirse catedrático, puede expulsar tal sarta de mentiras e insultos. No olvidemos que el que es santo es San Josemaría, y el que debe servirnos, por tanto, de modelo de vida es el fundador de la Obra.
Mientras estos tipejos continuen echando bazofia por la boca, no podemos más que denunciarlo y contestar con la Verdad, siendo conscientes de que el Espíritu Santo nos guiará por el buen camino.
+ CREDO IN UNUM DEUM
Muchas veces, demasiadas, se toma la parte por el todo sin darse
cuenta de que en la Iglesia católica el todo es el todo. Por eso
suelen equivocarse los llamados "progres" y, seguro, seguirán
equivocándose.
Qué decir del tema del Opus Dei: siempre se recurre a él cuando
no se tiene nada bueno que decir y todo lo que se dice es malo.
Y, efectivamente, no podemos dejar de denunciar lo que pasa.
Lo de esa pobre chica italiana es otra cara de la misma moneda. Es la loa a la cultura de la muerte. Pero es la que está imperando en los gobiernos de toda laya que nos afligen. Y debemos ser astutos para combatir esa plaga. Y no callarnos. Con respeto. Con la Verdad por delante. Sin insultos. Demostrando con hechos que no somos todos iguales. Porque ésa y no otra es la enseñanza de Cristo.
Tanto en una cosa como en otra, tiene Ud. toda la razón.
Lo de la película es pura manipulación interesada para hacer daño a la Iglesia católica en el cuerpo del Opus Dei. Algo, pues, deleznable.
Lo otro, el caso de Eluana Englaro, es, efectivamente, el ejemplo más palmario de lo que Juan Pablo II Magno llamara "cultura de la muerte".
Ante una cosa y ante la otra, callar sería una vileza y algo impresentable.
Es cierto que es falsa la tal premisa principal porque no es entendible que se pueda creer que el comportamiento del Opus Dei sea totalitario. Eso no es cierto, luego no es cierto lo que se dice.
Por otra parte, es cierto que el ser humano, el cristiano, el católico, puede haberse equivocado a lo largo de la historia pero no creo yo que la voluntad de Dios sea que se mate.
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