La Palabra del Domingo - 4 de abril de 2010- Resucitó
Juan 20, 1-9: Él había de resucitar de entre los muertos
1 El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro. 2 Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto.»
3 Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. 4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. 5 Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró.
6 Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, 7 y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. 8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó, 9 pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos.
COMENTARIO
Y resucitó
1.-Los hechos que narra, para el día de hoy, Domingo de Resurrección, son más que conocidos porque, a lo largo de los cientos de años que han transcurrido desde que ocurrieron, han sido repetidos, meditados y tratados de comprender por muchas generaciones de cristianos y, aquí, de católicos.
2.-Sin embargo, en el texto del evangelio de Juan, destacan o, mejor, hace referencia a tres personajes que son muy importantes en la historia del cristianismo: María Magdalena, Pedro y Juan.
3.-En cuanto a la María, que también acompañara en la agonía del Gólgota al Maestro, fue la primera persona que vio a Jesucristo resucitado. Fue, por decirlo así, apóstol de aquellos discípulos que, por miedo, se habían escondido. Por eso tiene tanta importancia la figura de quien llorara ante Jesús y, con sus cabellos, le limpiara las lágrimas que a los pies del Hijo de Dios habían caído: amó porque fue perdonada en sus pecados.
4.-Pedro, el que tenía que dirigir la Iglesia fundada por Cristo tenía, como era lógico, muchas ganas de ver lo que les había dicho María (“Se han llevado del sepulcro al Señor”) si, además de una muerte infamante tenían que soportar el robo del cuerpo… sería, seguramente, demasiado para sus entristecidos corazones aún no conocedores de la buena nueva de la resurrección de Jesucristo.
Por eso corre y, aunque llegue después que Juan, entra el primero en el sepulcro. Y vio lo que había pasado, corroborando lo dicho por la de Magdala.
5.-Pero Juan, el discípulo amado, tuvo reparo en entrar al sepulcro. Tal era el amor que le tenía a Jesucristo que no quería ver, seguramente, que el cuerpo había desaparecido. Entonces, tras Pedro, entró y, como dice su mismo evangelio, “vio y creyó”.
6.-Lo que resulta, para el creyente, importante tener en cuenta de lo reflejado por Juan en el penúltimo capítulo de su evangelio, es que, se convencieron de que todo lo que les había dicho el Maestro en aquellos años de cercana, íntima, convivencia, era cierto y que había resucitado para la eternidad. Ahora, ahora (con aquella prueba crucial del sepulcro vacío) era cuando todo el miedo que habían tenido iba a desaparecer para siempre y les convertiría en discípulos dispuestos a morir por su Maestro.
PRECES
Por todos aquellos que no han visto la luz de Dios tras la Resurrección.
Roguemos al Señor.
Por todos aquellos que aún no comprenden la importancia de la Resurrección.
Roguemos al Señor.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos a tener por el Resucitado el amor que tanto merecer por haber dado tanto por nosotros porque amor con amor se paga o, mejor, se devuelve al prójimo.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.
Eleuterio Fernández Guzmán
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Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:
Y, si puedes, da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7).
4 comentarios
Jesús murió y ha resucitado, el tiempo pascual es tiempo de alegría, que se asienta en todo momento en el corazón del cristiano.
Cristo vive en su Iglesia, en sus Sacramentos. en su liturgia ,en su prediación, en toda su actividad.
De modo especial Cristo sigue presente entre nosotros...en esa entrega diaria de la Sagrada eucaristia.
Los cristianos debemos exclamar con San Pablo "No soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí"
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EFG
!Aleluya¡ Cristo ha resucitado y así será para siempre, siempre, siempre.
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